Pensar que la televisión es para siempre es pensar que el Betamax es insustituible. Todo evoluciona y la televisión esta dando sus ultimas bocanadas.
Armando Enríquez
Vázquez
Renovarse o morir. Conforme a las teorías evolutivas, los
organismos vivientes deben adaptarse, cambiar, evolucionar con tal de perpetuar
su especie, aquellos que no cambian, que son atrapados por la rapidez de los
cambios desaparecen. Estas reglas aplican al mundo corporativo también.
Hasta hace un par de años, la idea de que alguien pudiera
sustituir el cine o la televisión por la oferta en Internet era absurda.
Durante años se aseguró que los contenidos de
entretenimiento grabados en Internet no podían pasar de diez minutos y además
la inversión era muy difícil de recuperar. Así fue para los pioneros en
Internet. A pesar de ello en Estados Unidos y Canadá las webseries, series de
entretenimiento para Internet con capítulos que oscilaban entre tres y quince
minutos de duración cada uno comenzaron a tener cierta popularidad y
rentabilidad. En México, la primera webserie que recuerdo se realizó en 2010,
previa al campeonato mundial de futbol de Sudáfrica. Fue producida por la
agencia aseguradora Axxa y se llamó El
Talismán. Contó con una campaña promocional en espectaculares y posters en
las paradas de autobús. Dos años después, Axxa produjo una segunda webserie,
esta vez haciendo alusión a varias formas en las que el mundo acabaría en el 2012.
La webserie se llamó así 2012.
Después vinieron webseries producidas por Nescafe y Volkswagen. Todas estas
webseries servían de pretexto para anunciar marcas y productos. En algunos
casos como las de Axxa y Volkswagen bien producidas y escritas de manera atractiva
para el espectador, que perdonaba el product
placement. No sucedía lo mismo con la propuesta de Nescafe, que resultó muy
burda. También productores independientes y sin acceso a los medios
tradicionales y monopólicos del país produjeron webseries de diferentes
calidades y temáticas. Recuerdo entre otras, una propuesta interesante de
terror, producida en Baja California.
En España, tanto Antena 3, como RTVE aprovecharon la
plataforma para producir webseries que por temática o duración no tenían cabida
en sus pantallas. Las webseries parecían ser el futuro del entretenimiento. En
Estados Unidos incluso se creó un premio al estilo Oscar o Emmy, que premiaba a
los mejor de la producción para Internet.
En paralelo, surgieron sitios que comenzaban a distribuir de
manera legal e ilegal series de televisión y películas. Los internautas
comenzaron a consumir contenidos que tenían una duración mucho mayor a quince
minutos y con altos estándares de producción.
En 2013 el mundo del entretenimiento cambió para siempre.
Netflix estrenó la primera serie hecha para Internet. House of Cards, estelarizada por Kevin Spacey y Robin Wright. La
serie fue un éxito inmediato, acabando con el escepticismo de los directivos de
las cadenas tradicionales de televisión abierta y de paga en Estados Unidos. Netflix
aprovechó las ventajas de Internet: Contenidos On Demand, o sea cuando el espectador quiere y donde quiera y por
otro lado poner los trece capítulos de la temporada a disposición del público
el mismo día del estreno de la serie. Así el espectador no tiene que esperar
una semana para el nuevo capítulo.
La serie y los protagonistas de la misma fueron nominados a
los premio Emmy, lo mismo que algunos de los participantes de Orange is the New Black, un sitcom
producido también por Netflix, que además, también estrenó Hemlock Grove, una serie de vampiros y hombres lobo.
Este año Netflix estrenará la tercera temporada de estas
series, así como nuevas series. Amazon, por su parte, anunció el 13 de enero
que Woody Allen producirá una serie para esta empresa. En la página de RTVE uno
puede ver cualquiera de las series de ficción o documental que ha producido la
televisora.
El futuro del entretenimiento no pasa por la pantalla de
televisión. Los nuevos consumidores con poder adquisitivo casi no prenden la
televisión. Televisa y TV Azteca han reaccionado de manera muy lenta y bajo sus
mismos esquemas lerdos. Hace ya más de tres años Slim está a la cabeza en ese
sector en Latinoamérica con Unotv, Clarovideo y Claromusica. Cadenas como FOX y
HBO ofrecen ya sus contenidos por internet y lo mismo sucede con ligas
deportivas como la NFL. Netflix se encuentra rodando ya su primera serie
mexicana en español; Club de cuervos.
Queda una pregunta por hacer. ¿Entonces la reforma en
materia de telecomunicaciones para qué diablos sirve en el caso de la
televisión?
publicado en roastbrief el 19 de enero de 2015
imagen: deathtoStock
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