Viajar en Metro es una experiencia nada grata, pero el gobierno lo sigue presumiendo como el más barato del mundo.
Armando Enríquez Vázquez
Siete de la noche en
la estación Universidad del Metro. Dos andenes, tres vías para los convoys.
Llega el metro en la vía central. Por un lado la gente baja y por el otro
abordan todos aquellos que han esperado la llegada de los vagones por más de
diez minutos, por lo que el andén esté repleto de personas que han visto llegar
al menos tres trenes del metro por la vía de la extrema derecha y a los que no
se ha permitido abordar a nadie, bajo la razón de que los trenes salen de
servicio en ese momento. Policías preventivos de boina roja se encargan de que
los vagones queden vacíos. En el andén
además de los usuarios se encuentra un vendedor ambulante sentado con una
enorme canasta llena de bolsas de papas fritas. La gente ya atiborro el convoy
del metro, sólo espera que se cierren las puertas para iniciar su viaje, en ese
momento un nuevo tren llega por la vía de la extrema izquierda, abre las
puertas y la gente desesperada por llegar a su destino sale corriendo del vagón
ya lleno de la vía central hacia el vagón recién llegado, que más tarda en
abrir las puertas que en cerrarlas y arrancar. Alguien debe de estar riéndose
de su infantil estupidez. Lo peor de todo esto que es una práctica común en
todas las estaciones terminales del sistema que cuentan con tres vías y dos
andenes…
La publicidad del PRD presume que la Ciudad de México goza
del transporte público más barato de la República lo que no implica que sea el
mejor y sí abona en el hecho del pésimo servicio y del poco cuidado que las
autoridades ponen en él.
Cuando hace unas semanas vimos en la cámara de diputados los
dimes y diretes entre los serviles diputados priístas encabezados por Marco
Antonio Calzada por un lado y Marcelo Ebrard que se niega a perder esperanzas
para el 2018, por las irregularidades en la línea 12 del Metro, nadie puso
sobre la mesa los verdaderos problemas que tiene el Sistema de Transporte
Colectivo Metro: Calidad en el servicio, problemas muy graves en la logística,
problemas sindicales y un parque vehicular que cada día deja más que desear,
eso sin contar la falta total de respeto al usuario que es el que paga el
pasaje y tiene derecho a viajar libre de los nefastos vagoneros.
No, por un lado los
priistas mostraron estar urgidos por descalificar a la supuesta Izquierda para
posicionar al Partido Verde como tercera fuerza política y palanca para
gobernar, mientras que pareciera que Ebrard necesita hacerse de fuero por si lo
intentan investigar.
Cinco de la tarde. Estación
Zócalo del Metro. La gente se arremolina en el andén, de vez en cuando una
cabeza se asoma a la vía esperando a la distancia y oscuridad del túnel ver la
luz que anuncie la llegada del convoy. Finalmente al llegar a la estación el
Metro abre sus puertas y se da el consabido intercambio de empujones, miradas
de enojo y hasta insultos entre los que suben y los que bajan. Pasado el
momento el metro permanece con las puertas abiertas por más de cinco minutos
permitiendo de esta manera que; Uno, los desesperados que van entrando al andén
entren a fuerza y con el peligro de lastimar a alguien al vagón. Dos, que la
siguiente estación vaya atiborrándose de más gente por la falta de continuidad
en la corrida de los trenes y Tres, y muy importante, que los carteristas
actúen. Policías o trabajadores del metro incluidos conductores pueden estar
coludidos en estas decisiones idiotas y poco seguras que atentan únicamente
contra los usuarios y su integridad
El problema del Metro no empieza, ni termina en las
supuestas irregularidades descubiertas por el director del sistema Joel Ortega,
quien hay siempre que tener en mente fue destituido en 2008 como jefe de la
policía del Distrito Federal por Ebrard tras la pésima ejecución del desalojo
de la discoteca News Divine el 20 de
junio de ese año, en el que 12 adolescentes perdieron la vida y varios resultaron
lesionados, algunos de por vida.
Joel Ortega quedó marginado de la política durante los
siguientes cuatro años, el cinismo de la partidocracia que vivimos, lo revivió
y lo puso al frente de la Sistema de Transporte Metro, bajo el manto protector
de Miguel Ángel Mancera.
El Metro y sus estaciones están llenos de oscuros negocios
personales y cuotas partidistas para las elecciones, empezando por los famosos
vagoneros, mismos que de acuerdo con el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera
habían desaparecido y que trabajan en todas las líneas del sistema incluso en
horas pico cuando los vagones van a reventar, ellos caminan vendiendo sin
importarles si en su camino atropellan a niños o discapacitados. Más dramático
es el hecho y el peligro que representan los innumerables vendedores instalados
de supuesta manera clandestina, quiero creer, aunque me resulta impensable que
así sea, al interior de las estaciones; Invadiendo con sus productos pasillos,
escaleras, incluso el área de andenes bajo la mirada despreocupadas de agentes
de la policía preventiva y de los trabajadores del Metro, incapaces ambos de
impedirlo o denunciarlo. ¿Habrá contubernio?
Taquillas con encargadas mal encaradas y groseras. Suciedad
en estaciones y carros. En la estación Guerrero yo podría apostar que duermen
muchos indigentes pues los olores son ofensivos como diría mi abuela y un
sinnúmero de productos que van desde golosinas hasta las lámparas de mano
pasando por los audífonos, libros, revistas y periódicos. Corta uñas, ligas
para el pelo, tijeras y pinzas, carteras y folders plásticos, cinturones,
separadores de hojas, curitas y tela adhesiva, masking tape, libros para
colorear y diferentes mendicantes contando historias y exigiendo una moneda a
los usuarios. Si uno viaja en el Metro por más de cinco estaciones y con el
suficiente dinero puede hacerse de toda una gama de productos, eso sin contar
que puede uno quedar casi sordo con la oferta que ciegos tienen de cumbia, rock
en mi idioma y a veces en su idioma, baladas y música de protesta que me hace
suponer que además de ciegos estas personas están sordas.
Cuatro de la tarde.
Sábado. Estación Constituyentes del Metro. Tres jóvenes se suben al vagón en el
recorrido a la estación Tacubaya arman una pequeña batería y conectan
micrófono, guitarra y bajo a los amplificadores y las siguientes estaciones van
dando un pequeño concierto en medio del vagón.
Otra cosa de llamar la atención y prestarse a suspicacias,
es como se ha desmotivado la promoción de la tarjeta única de transporte con la
que el usuario puede pagar Metro y Metrobús, a cambio cada semana los boletos
tienen un diseño impreso diferente. ¿De quién es ese negocio?
Al mismo tiempo que se investigan las irregularidades de la
administración pasada en el Metro sería bueno que alguien pusiera la llaga
sobre las innumerables irregularidades que aquejan al Metro hoy, y que
involucran a redes de crimen organizado, vagoneros, policías preventivos,
sindicato y trabajadores del STCM y las autoridades administrativas del mismo.
Pero ante todo la estupidez de quien arma la logística, si esta existe, en la
corrida de los trenes. Porque será el transporte más barato, pero no es
atractivo ni para el turismo, ni para los ciudadanos.
publicado el 31 de marzo de 2015 en blureport.com.mx
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