Nada más atractivo en un país en crisis que prometer en empleo, lo malo es hay partidos que no saben de lo que hablan.
Armando Enríquez Vázquez
Entre las muchas prácticas indignantes de políticos y
partidos políticos al momento de hacer campaña, se encuentran los discursos y
declaraciones plagadas de lugares comunes que muchas veces ni los estrategas de
las campañas, ni los candidatos se molestan en verificar.
Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en el discurso de
la campaña del Partido Verde. Ese partido al que lo único que le preocupa es
violar sistemáticamente la ley electoral y la Constitución para mantener las
prerrogativas a las que tienen derecho los partidos, traducido al español común
a seguir enriqueciendo a una familia y sus amigos a costa de nuestro dinero y
mantener el fuero de sus legisladores para que comentan todos los actos de
impunidad posible.
Un partido más preocupado por los elefantes de los circos
que por los niños mexicanos que viven desnutridos en la pobreza extrema en
nuestro país.
Un partido que promueve la salud y el abasto de medicinas y
cuyo gobernador en el estado de Chiapas está más preocupado en salir en las
fotos de su boda vestido de charro que en exigir una investigación real y
confiable que señale a los responsables de la muerte de dos niños indígenas y
la necesidad de internar a más de 30 otros al aplicarles una vacuna en IMSS.
Un partido que se nota a leguas que antes de iniciar sus
campañas se olvidó de algo muy importante, conocer la realidad actual del país.
Una de las propuestas del Partido Verde consiste en emitir
vales de primer empleo para que las empresas sean compensadas por el gobierno
sí contratan a jóvenes. Obviamente el Partido Verde desconoce los datos
revelados por el INEGI que señalan que el 25% de los mexicanos tiene entre 15 y
29 años de edad, mientras que más del 40% tiene entre 30 y 64 años de edad y
sumamos a los mayores de 64, estamos hablando de casi el 50% de la población.
Al hablar del primer grupo tenemos que pensar que los
mexicanos menores de 18 años, no deberían de trabajar de manera formal y que
probablemente hasta los 21 o 22 los empleos para los jóvenes no sean de calidad
pues no han concluido la licenciatura. Lo que deja una pequeña fracción de la
población para la propuesta del Verde. De otra manera el Partido Verde parece
estar promoviendo la deserción escolar y la búsqueda de empleos en la maquila o
la construcción para servir a intereses tanto de empresarios mexicanos como
extranjeros.
Lo que al parecer nunca
han visto los seudo-políticos del Verde son a la cantidad de hombres y mujeres
en edades productivas, cuya experiencia y habilidades son desperdiciadas por un
sistema de empleo que busca al trabajador más barato, no al más capacitado. Un
sistema en cual el joven inexperto es preferido para ocupar las vacantes
simplemente porque es más económico.
Miles personas a lo largo y ancho del país, que tienen una
licenciatura o en su defecto el conocimiento y la experiencia para desempeñar
diferentes empleos subsisten en el comercio informal o conduciendo taxis, a
pesar de representar la mayor fuerza laboral del país y a la que le es muy
difícil colocarse. Los otros partidos no lo hacen mejor pero al menos en estos
tiempos de crisis al hablar de empleo no segmentan a la población como lo hace
un partido en el que sus dirigentes y altos mandos nunca han tenido que
trabajar porque son herederos de los bienes de sus mayores, empezando por el Niño Verde, Jorge Emilio González, que
heredó al partido y sus prerrogativas de su padre.
En el pasado cuando uno iba a los supermercados una serie de
niños se encargaban de empacar la compra. A estos niños se les conocía popularmente
como cerillos. Las ganancias de un cerillo ayudaban a la economía familiar o
era una forma de iniciar a los adolescentes en una disciplina laboral
Ahora cada día es mayor el número de adultos de la tercera
edad que desempeñan esa labor dejando en claro dos cosas; la falta de
oportunidades de empleo para este grupo de edad. Personas que todavía están en
una edad productiva y que necesitan trabajar, pero sólo encuentran empleos que
difícilmente pueden satisfacer las necesidades de un hogar o de una familia.
Mientras que por otro lado nos habla del pésimo sistema de seguridad social que
tiene el estado mexicano para los que por décadas fueron contribuyentes.
El ejemplo de mayor descaro que he visto de este sistema de
explotación de los mayores de edad y de la burla de los programas del Gobierno
de Enrique Peña Nieto, se encuentra en las tiendas Chedraui donde además los
hacen vestir playeras del INAPAM, (Instituto Nacional de las Personas Adultas
Mayores), que imagino será para mostrar al pueblo otro más de los exitosos programas de empleo que tiene
el sexenio actual.
Los estrategas del Verde, sus legisladores y funcionarios en
diferentes ámbitos deberían estar
preocupados por el empleo de los mexicanos, de todos, para poder hacer
este un país donde no exista más de cincuenta por ciento de mexicanos viviendo
en pobreza extrema, para que los niños de estados como Chiapas donde la pobreza
es vergonzante y lacerante, vayan a la escuela y se forjen mejores vidas.
Pero no podemos pretender que un partido que tiene como
consigna la incondicionalidad a lo que le ordena el PRI, y que tiene como
costumbre no obedecer a las autoridades y violar de manera sistemáticamente la
ley con soberbia, prepotencia y arrogancia pueda realmente pensar en México y
en los mexicanos.
publicado en blureport.com.mx el 15 de mayo de 2015
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