Las caras de los presidentes de los partidos cambiará, no así su manera de comportarse y de enfrentar a una ciudadanía harta de todo aquello que huela a cualquiera de estos tres partidos.
Armando Enríquez Vázquez
Tras el fracaso en los pasados comicios del 7 de junio, los
tres principales partidos políticos de nuestro país se aprestan a renovar a sus
dirigencias. La soberbia y la arrogancias de Gustavo Madero y Carlos Navarrete
poco tienen hacer ya dentro de partidos que se encuentran en crisis ante los
votantes y más importante frente a su propia militancia, lo mismo sucede con la
sonrisa boba de César Camacho Quiroz que parece no alcanza a comprender que la
victoria en las urnas en junio sabe más a derrota que a cualquier otra cosa.
Las caras de los presidentes de los partidos cambiará, no
así su manera de comportarse y de enfrentar a una ciudadanía harta de todo
aquello que huela a cualquiera de estos tres partidos y más allá de las
palabras escritas a los hechos me remito.
En el PRI, el relevo más importante por ser el partido en el
poder, la llegada de Manlio Fabio Beltrones y la prima del presidente a la
dirigencia sólo significa dos cosas; el fin del peñismo y el regreso de los
PRInosaurios. Sin lugar a duda Manlio Fabio Beltrones es uno de los políticos
más importantes en las últimas décadas no sólo dentro del PRI, si no en el
escenario político del país, esto no lo hace un hombre encomiable, pero si lo
define como un hombre astuto, inteligente y para muchos el estratega de las
políticas que hicieron regresar al PRI al poder, al ejercer una oposición
conciliadora frente a los relectores y golpeadora tras bambalinas que impidió a
los gobiernos panistas establecer desde el congreso algunas de las reformas con
las que hoy Peña Nieto quiere pararse el cuello, apelando curiosamente al
nacionalismo y la Constitución, que desde la llegada del Mexiquense al poder
parecen no importar tanto, a fin de cuentas se la carta maga de nuestro país se
puede reformar ad infinitum, ad libitum y ad nauseam. No importa que estas
reformas lleguen demasiado tarde a nuestra nación y manchadas por la corrupción
que este presidente ha llevado a extremos de cinismo y represión en tres años
no vistos desde los tiempos de López Portillo o Echeverría, si no que el
negovio se quede en manos de la oligarquía Priísta.
Cuando Beltrones habla de acabar con la sana distancia lo
que quiere decir es que no permitirá que el presidente y su gabinete terminen por
aniquilar la popularidad tan baja con la que cuenta el PRI, esa de una primera
minoría que no debe ser orgullo para ninguno de los viejos priístas que aun hay
en el partido. Beltrones que no es cercano al Presidente rompió las
especulaciones de la llegada de otro miembro del peñismo a la cima del partido,
lo que sin duda hubiera despeñado a la institución; Aurelio Nuño o Enrique
Martinez y Martínez carecen del poder de operación y la capacidad de Beltrones
y únicamente hubieran sumido al partido en la desgracia, como sucedió en Nuevo
León ante la ineptitud de César Camacho Quiroz, a diferencia de que Beltrones
pudo hacer ganar a un caballo flaco y torpe como lo es la gobernadora electa y
ex senadora Claudia Pavlovich, en su
estado natal; Sonora. Beltrones desde la presidencia del PRI hará lo que sabe
hacer mejor, operar y mover los hilos del poder desde las sombras, tal vez,
incluso frente a la incapacidad del presidente por hacer brillar su mandato,
Beltrones gire las tuercas necesarias para hacer los cambios tan necesarios en
el gabinete. Peña Nieto y su gobierno están muertos a tres años de terminar su
periodo presidencial, esencialmente por su arrogancia, sordera y ceguera de lo
que sucede en el país. Beltrones, podrá ser tachado de muchas cosas, pero no de
ingenuo o improvisado. El rescate del país es de poca importancia en el PRI,
pero salvar al partido en 2018 es la prioridad para Beltrones, que sin duda
terminará arrollando a los atlacomulcos a los que concedió la graciosa venia de
incluir en su fórmula a una prima del presidente que es virtualmente
desconocida en el país y que no podrá por más que quiera hacerle sombra al todavía
coordinador de la bancada priísta en San Lázaro en la cámara de diputados.
En los otros dos partidos que carecen de operadores
políticos a la altura de Beltrones, la problemática es como ganar la confianza
de la ciudadanía de nuevo.
Para el PAN, la tarea es muy dura pues Ricardo Anaya es sólo
un discípulo y émulo de Gustavo Madero, lo demostró en el debate entre los
candidatos a la presidencia panista. Su carencia de propuestas, su falta de autocrítica.
Incapaz de reconocer esa corrupción que ejercen muchos miembros del blanquiazul
incluso entre su propios compañeros militantes; diputados pidiendo moches a los
alcaldes para promover presupuesto en el congreso. Anaya no se ha deslindado ni
reprobado a personajes panistas como Francisco Rojas Toledo, el candidato del
PAN a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez en las pasadas elecciones
estatales de julio y conocido como Paco Moches por el video donde se le ve
aceptando dinero de un empresario. La corrupción del PAN, no se limita al
dinero, sino a una corrupción moral que el hasta hoy dirigente del PAN ha
preferido obviar y junto con él Anaya, con tal de mantener a los supuestos
cuadros fuertes del partido, pero la realidad es que los verdaderos panistas
fueron segregados del partido desde hace mucho tiempo. Es el caso del oponente
de Ricardo Anaya; Javier Corrales. El actual senador panista por Chihuahua ha
demostrado la corrupción que Madero y ahora Anaya han soslayado al interior del
partido de derechas. Corral, panista de cepa, ha sido una voz crítica e
incómoda para presidentes del PAN y para Felipe Calderón en su momento por lo
que es mal visto por muchos panistas, incluso Ricardo Anaya en su novata y
rupestres argumentación política lo comparó durante el debate de estar más
cercano a López Obrador y no al PAN, lo que sin coloca a Anaya ideológicamente
más cerca de Stalin que de Gómez Morín. Corral, es sin duda una voz disidente necesaria
al interior del PAN y tal vez una
oportunidad de retomar su verdadero papel de partido opositor. Desgraciadamente
las trampas y chanchullos de Anaya y Madero quienes han reconocido el reclamo
del Corral acerca de un padrón electoral inflado, que se han comprometido a
limpiar una vez terminada la elección interna da mucho que pensar de la
transparencia al interior del que desde su nacimiento fue el único partido de
oposición en México y hoy gracias a Gustavo Madero es un perrito faldero más
del PRI.
En el PRD, la situación insostenible de Carlos Navarrete lo
llevó finalmente a renunciar y proponer la elección de un nuevo dirigente del
partido, lo que fue aceptado de inmediato por el consejo político del instituto
que ya no sabe cómo salir de hoyo que día con día se vuelve más profundo. El
daño causado por la estulticia y arrogancia de Navarrete puede ser irreversible
a estas alturas. Silvano Aureoles Conejo gobernador electo del PRD será el
encargado desde su cargo de tratar de dar seriedad a un partido que hace ya
muchos años dejo de contar con políticos confiables, o personalidades
destacadas, el hecho que su bastión político sea gobernado por un hombre al que
el PRD apoyo pero que no pertenece al partido dice ya mucho del tamaño de crisis
que presenta el instituto político, a eso debemos sumar la incapacidad de
Navarrete de atacar los problemas y acusaciones a las autoridades perredistas
en el caso de Ayotzinapa y el estado en el que el PRD dejó a Guerrero, de
manera rápida e inteligente. La fama de corrupción del gobierno de Graco
Ramírez en Morelos y estupidez de los perredistas que han declarado buscar una
izquierda unida intentando de sumar a sus filas a Morena, Cuauhtémoc Cárdenas y
a intelectuales para su proyecto, olvidando que la mayoría de estas personas
abandonaron al partido por sus actos de corrupción e intolerancia.
En el caso de Morena la intransigencia habitual de López
Obrador y de Martí Bartrés, ahora que han ganado un espacio en la política
institucional de nuestro país hará muy difícil una alianza con el PRD, al
contrario creo que en los meses por venir y conforme más se acerquen las
contiendas de 2016 y 2018 más perredistas se unirán a Morena.
Todo se mueve pero nada absolutamente nada
cambiará si nosotros los ciudadanos no mandamos un mensaje claro, como sucede
en las calles hondureñas hoy. ¡Basta! ¡No queremos la continuación de este
sistema corrupto, clientelar, creador de desigualdades y perversas alianzas
entre empresarios, gobierno y grupos criminales que están acabando con la
nación!
publicado en blureport.com.mx el 12 de agosto de 2015
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