La televisión abierta mexicana carece de productos veraces, impactantes y atractivos, porque más allá de la buena voluntad de productores y conductores, el servilismo de los dueños de los medios siempre se antepondrá.
Armando Enríquez Vázquez.
Como sucedió en su momento con la banda AM de radio, la
televisión abierta está condenada a convertirse en una proveedora de contenidos
cada vez más baratos en orden de no morir de manera súbita. El reto consta en
que ese bajo costo se apoye en calidad. Sí realizamos una evaluación del costo
de los contenidos actuales de la televisión abierta nos daremos cuenta que mantener
un canal de televisión abierta es cada vez más barato.
La oferta de la televisión abierta redunda en géneros como
la revista, el talk show y el programa de noticias. Cuyo costo es bajo en
comparación de la ficción, las series y las telenovelas. Existe incluso un
canal exclusivo para dar noticias inútiles en la televisión abierta conocido
como ForoTv y al cual los ejecutivos de Televisa justifican como parte de su
brazo político, el cual se complementa con la sarta de notas huecas y pagadas
de López Doriga y Loret de Mola, cuando en realidad se trata de un espacio
imposible de catalogar y que de cualquier otra manea de programarlo resultaría
más caro a la empresa y al que, por otro lado, la televisora jamás claudicaría.
Es conocido que los ratings de cualquier canal en México
bajan al entrar los espaciosos noticiosos. Qué las audiencias prefieren ver
cualquier cosa antes que la labor de propaganda que llevan a cabo los lectores
de noticias de cualquier canal de televisión abierta mexicana.
A pesar de la importancia que se le quiere dar a la noticia
en México, las audiencias no responden a la programación. Además, no existen ni
buenos, ni malos programas de reportaje y apenas un puñado de intentos de
programas donde se intenta de manera muy rupestre hacer periodismo de
investigación. La televisión abierta mexicana carece de productos veraces,
impactantes y atractivos, porque más allá de la buena voluntad de productores y
conductores, el servilismo de los dueños de los medios siempre se antepondrá,
haciéndonos invariablemente dudar acerca de los motivos de las empresas de televisión
para poner al aire un tema específico en los mal llamados reportajes y que
siempre tienen que ver con los intereses particulares del dueño de la concesión
del medio.
Las mesas de análisis son tan intrascendentes, en general,
que hasta Televisa, que presume de la calidad de sus lectores de noticias, tuvo
que cancelar su aberración llamada Tercer
Grado que a nadie interesaba. Curiosamente el mejor programa de opinión en
México continúa siendo Primer Plano
de Canal Once y probablemente sea el único.
Todo esto viene a colación por dos excelentes programas de
información y periodismo de investigación que produce Antena 3 en España y que
ya quisiéramos tener en México donde la verdad sea dicha existen
extraordinarios periodistas a los que no se les ha ofrecido un espacio en la
televisión abierta por no convenir así a quienes ostentan las concesiones de
las comunicaciones en México.
Estos programas son En
tierra hostil y Salvados. En tierra hostil,
se compone de una serie de 11 programas grabados en algunos de los lugares
más peligrosos del mundo, entre ellos Venezuela, Colombia, Ucrania, La
República Democrática del Congo, Corea del Norte, Honduras y por supuesto dos
de los programas están grabados en México, el primero en Michoacán y el Segundo
en Monterrey. La conducción va a cargo de dos periodistas que viajaron y
estuvieron en los lugares repartiéndose los destinos, unos son cubiertos por
Jalis de la Serna y los otros por Alejandra Andrade quienes sorprenden por su
osadía. El programa, además de los problemas de las diferentes zonas, se centra
en los españoles que viven en ellas para conseguir el interés de las audiencias
españolas, lo que al final del día no le afecta en la universalidad del tema a
tratar, ni el interés de otras audiencias en el mundo empezando por la de los
países investigados. A pesar de que sospechamos como están las cosas en nuestro
país los reportajes de Alejandra Andrade para En tierra hostil, nos permiten ver ese lado que la televisión
mexicana evade por autocensura o por censura real del gobierno federal.
Salvados es un
programa de entrevistas conducido por el periodista Jordi Evolé, un destacado y
premiado periodista, pero lo sorprendente fueron los temas reservados para los programas
finales de su temporada actual. Uno de ellos, dedicado a un ex miembro de ETA, Iñaki
Rekarte. La organización guerrillera vasca ha cobrado cientos de vidas a lo
largo de los últimos sesenta años de la historia de España. Fundada en 1958
durante la dictadura de Francisco Franco y ETA busca la autonomía del país
Vasco. La emotiva entrevista nos lleva a reflexionar sobre el terrorismo, las
consecuencias del mismo y la facilidad en la que los ideales de los jóvenes son
trocados por la propaganda de grupos destructores del llamado tejido social.
Pero el más sorprendente programa de esta serie de Salvados es sin duda la entrevista que Evolé le hace a Lucio
Urtubia, un anarquista que desertó del ejército español, se exilió en Francia y
organizó una de las estafas más exitosas en contra del Citibank a partir de falsificar
Cheques de Viajero. Contrastada con otro
defraudador español de este siglo, Enric Durán, quien en 2005 se dedicó a
obtener créditos de la banca española para dar el dinero a diferentes grupos de
necesitados. En una acción contra la voracidad y avaricia de la banca.
¿En dónde están en México los trabajos que nos hablen del
verdadero México violento y de los personajes radicales de nuestro país? Porque
estos existen a pesar de la historia oficial y de esa estupidez que tiene
Televisa para querer hacernos creer que con sus guionistas y empresarios basta
con crear un presidente, una primera dama y la historia de un país. La
televisión abierta es para jodidos como simple reflejo de lo jodido que son sus
directivos.
publicado en roastbrief el 8 de junio de 2015
imagen: DeathtoStock
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