El pasado 1 de septiembre el New York Times publicó un artículo en el que se habla del debilitamiento del gobierno de Peña Nieto a pesar del gasto que la administración federal ha dedicado a la propaganda del mismo.
Armando Enríquez Vázquez
Sí existe un rubro en el que el gobierno de Enrique Peña
Nieto ha desperdiciado el dinero de los contribuyentes es la propaganda de su
gobierno y de su imagen. Simplemente el gobierno priísta encabezado por el
mexiquense ha gastado en promoción más que los gobiernos de Fox y de Calderón.
Mientras que Vicente Fox gastó en su primer año de gobierno
3, 495 millones de pesos de acuerdo con un estudio dado a conocer por Fundar en
julio pasado, Calderón 5,261 millones de pesos en el mismo periodo, Enrique
Peña Nieto gastó 7, 119 millones de pesos tratando de demostrar que estaba
moviendo a México, sin especificarnos, claro, en qué dirección.
A la fecha los gastos del gobierno Federal en cuestión de
propaganda pueden ser superiores a los 18,000 millones de pesos y sin embargo
los verdaderos resultados en la percepción acerca de las bondades de la
reformas y en general de un gobierno cada día más metido en cuestiones de
corrupción es negativa. Es obvio que el gasto presidencial en propaganda tiene
resultados poco optimistas y el pasado 1 de septiembre el New York Times publicó un artículo en el que se habla del
debilitamiento del gobierno de Peña Nieto a pesar del gasto que la
administración federal ha dedicado a la propaganda del mismo.
Si vemos el presupuesto de 2016, en el caso sobre todo de la
presidencia el rubro de propaganda no se reduce, incluso se aumenta, con los
miles de millones de pesos gastados por Peña Nieto en su imagen con resultados
negativos, uno podría cuestionar si ese dinero no sería bienvenido en áreas
realmente prioritarias del gobierno y de apoyo al desarrollo del país, pero no
debemos olvidar que ese gasto también se convierte en una inversión al
convertirse en pagos de espacios publicitarios a medios de comunicación,
allende los gratuitos y obligatorios tiempos oficiales, que permiten a muchos
medios tradicionales sobrevivir, a costa de una actitud dócil ante el gobierno
y que les puede allegar más recompensas como cargos estratégicos en el
gobierno, el caso de la Procuradora General de la Nación que vela por los
interese de Televisa. O el obsequio de un equipo de futbol de una empresa
corrupta, a Grupo Imagen sin que mediara ningún tipo de investigación.
El 30% de la inversión del gobierno en medios se encausó a
la televisión, el 20% al radio y casi el 17% a los medios impresos. Pero no
sólo debemos preguntarnos por los beneficiarios en el sentido de los medios, si
no de las agencias de publicidad, casas productoras y de medios que se encargan
de crea, realizar y administrar la propaganda del poder ejecutivo. Eso sin
contar que deberíamos de preguntarnos porque el Congreso de la Unión o el
sistema judicial necesitan propaganda y si en casos como el INE el abuso del
gasto en materia de propaganda tiene un resultado que beneficie al corrupto
instituto que preside Lorenzo Córdova.
Salvo casos de prevención como los de la Secretaria de
Salud, se puede estar a favor o en contra de la manera sui generis de prevenir
en contra del Chikungunya, alertas de posibles desastres naturales de la
Secretaria de Gobernación o campañas como la fechas de entrega de impuestos de
SCHP, todo lo demás es sólo propaganda de la peor ralea que mella las
posibilidades reales del gobierno federal por invertir en asuntos realmente
importantes a la población y no en la imagen de un presidente que en todo lo
demás no se ayuda a sí mismo o de las otros poderes de la federación; judicial
y legislativo que no pueden tener peor imagen ante la ciudadanía para todavía
tener que oír que el senado es la casa de los mexicanos, cuando sabemos qué
clase de alimañas viven en los salones y oficinas del senado o la cámara de
diputados siempre presumiendo logros inventados y acciones inexistentes, porque
si tuvieran que hacer propaganda sobre lo que realmente hacen nos daríamos
cuenta de que los únicos beneficiarios son empresarios amigos del régimen,
patrones privados y públicos de los legisladores y ellos mismos con su fuero
que los blinda de la acción de la ley y sus dietas que como dice el cínico
César Camacho Quiroz se ganan con el sudor de su frente y no tienen por qué ser
rebajadas.
Para colmo, los mexiquenses ahora tienen que soportar la
campaña de Eruviel Ávila que pomposamente y arbitrariamente al informe de gobierno
ha preferido llamar informe de resultados, con lo cual me imagino deja a un
lado esa enorme parte de su gobierno que ha fracasado, como la seguridad en los
municipios conurbados a la capital del país donde los feminicidios son cosa de
todos los días, o de la corrupción como sabemos que se dio en el caso de OHL,
la otra empresa favorita de Enrique Peña Nieto después de Higa.
publicado en blureport.com.mx el 21 de septiembre de 2015
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