Atacar problemas de la salud pública, respetar las libertades del ciudadano y actuar de manera responsable son cosas que el legislativo y el ejecutivo parecen no conocer.
Armndo Enríquez Vázquez.
En 1936, un argentino director de cine, radicado en la
Ciudad de México, émulo de Juan Orol llamado José Bohr, creó la película Marihuana el monstruo verde, estelarizada
por el mismo en el papel principal, Lupita Tovar y con actuaciones de Rene
Cardona, Emilio “El Indio” Fernández
y Sara García. La cinta narra las desventuras de un policía que se vuelve
adicto a la marihuana y entonces comienza un descenso a los infiernos de la
maldad. Por si fuera poco el melodrama policiaco el personaje principal lleva
el nombre de Raúl Devoto.
Casi ochenta años después la marihuana sigue siendo
considerada como una especie de caja de Pandora, en la que todos los males
están contenidos. Un monstruo verde que acecha a los miembros de la sociedad. En la última semana y gracias al fallo
de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al permitir a 4
mexicanos el consumo, transporte y producción de marihuana con fines lúdicos y
personales el tema se ha vuelto uno de los mejores distractores en el mediocre
espectro de la información en nuestro país.
Lo cierto es que una vez más queda demostrada la ineficacia
del gobierno federal y de sus instituciones para poder gobernar, administrar y
legislar en nuestro país. La sordera y autismo del ejecutivo y del legislativo
fueron sacudidos una vez más desde la sociedad civil que es la que ha
demostrado ser más actual que el nuevo gobierno priísta que no ha demostrado
ser nada más que una versión más voraz de la mezquindad, el oportunismo y las ganas
de saquear al país, sin importarle de manera alguna la ciudadanía.
Lo que está detrás de las declaraciones estultas y demagógicas
del vocero de presidencia acerca del tema de la marihuana, es solo una postura
maniquea sobre un tema de actualidad. Las ideas expresadas por presidencia sólo
demuestran la nula vocación democrática de un gobierno que está dispuesto de manera
desfachatada a utilizar argumentos sofistas para imponer su visón moralina
sobre el asunto. Un gobierno, que por
otro lado no tiene en empacho en pactar con las refresqueras del país, que
representan el más grave problema de salud pública al intentar librarlos de un
impuesto para promover la adicción al azúcar de los mexicanos y que
afortunadamente desde la sociedad civil fueron frenadas, al dar cara a un
senado que de manera bipolar no sabe si obedecer a los mandatos de sus amos o
de la población dispuesta a exponer sus tonterías en las redes sociales, como
sucedió también con los intentos dictatoriales de del senador Fayad y su iniciativa
por acabar con nuestros derechos de libertad de expresión.
La mejor manera de responder al tema de la marihuana por
parte del gobierno es la tibia e ingenua propuesta de la senadora priísta,
Cristina Díaz del estado de Nuevo León, en el sentido de promover una
modificación a la ley para importar medicamentos que contengan los principios
activos de la marihuana, así como el uso de la planta con fines terapéuticos y
medicinales. La propuesta no habla de la producción con esos mismos fines en
nuestro país lo que debería hacer estos medicamentos más accesibles a la
población en general al no tener que importarlos. Tampoco se habla de permitir
la investigación con la planta para desarrollar nuevos medicamentos y
sustancias en nuestro país. En La casa de
los mexicanos, como han escogido los senadores llamar en su publicidad a la
cámara de senadores, lo que menos les importa a los representantes populares
somos los mexicanos y los beneficios a los que pudiéramos aspirar los
habitantes de México. Ni que decir de la
cámara de diputados.
Diferentes agrupaciones de la sociedad civil están lisas
para seguir el camino judicial que siguieron los cuatro miembros de SMART (Sociedad
Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante) para obtener los amparos para
el consumo de la marihuana con fines lúdicos y el derecho que tiene todo ser
humano de consumir la sustancia que desee de manera normada por el gobierno.
Los impuestos que deberán imponerse al consumo de marihuana, el marco jurídico
de su cultivo y producción, y la intervención del estado ya sea de manera
directa o a través de concesiones deberían ser los temas que los llamados
legisladores mexicanos deberían estar diseñando y discutiendo, y no aparentar
estar espantados por el tema, como se los ordenan los presidentes de sus
partidos, los líderes de las distintas bancadas o el presidente de la
República, quién obviamente tiene una doble moral, al no objetar el consumo de
alcohol o tabaco que son de igual manera un problema de salud pública en todo
el mundo.
El tema no sólo se quedará en el mediocre y conservador
debate que proponen los políticos como si el tema no se hubiera debatido ya en
exceso a nivel mundial. El monstruo verde que aparentemente no les permite
dormir, es una realidad con la que tienen que enfrentarse ya.
Como en muchas otras ocasiones la realidad habrá de alcanzar
a políticos mexicanos que con su dedo tratan de ocultarse a sí mismos el sol y
a veces se contentan y conforman con ello.
publicado en blureport.com.mx el 12 de noviembre de 2015
imagen ecuavisa.com
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