viernes, 11 de diciembre de 2015

Una pastilla para crear.




Se han desarrollado diferentes drogas, cada día más utilizadas por estudiantes, académicos y profesionistas que tienden, en teoría, a incrementar las actividades cerebrales lo que deviene, al menos esos creen, en una mayor capacidad cognitiva.

Armando Enríquez Vázquez

El cerebro humano es sin lugar a dudas el más fascinante de los órganos de nuestro cuerpo. Gracias a las conexiones que se efectúan en él son posibles todos los procesos que nos determinan como especie y como individuos. Y si para algunos el secreto de nuestra humanidad radica en el alma, esta también, es una concepción más de nuestro cerebro. A la altura de los misterios de nuestra alma etérea, se encuentra los misterios de la creatividad y de su génesis en nuestro cerebro.
Los neurocientíficos, al igual que sucede con los astrónomos al explicar el origen del universo son incapaces de llegar al punto donde puedan decirnos, así era todo esto antes de suceder el Big Bang, no pueden mostrarnos el momento preciso en que surge una idea , o crear una fórmula que explique como sucede un invento, o solucionamos un problema. Conocen los elementos en juego, las sustancias y desempeño de las diferentes zonas del cerebro, pero hasta ahí.  Por lo que están obstinados en descubrir métodos que hagan que nuestro cerebro trabaje mejor, más rápido y hasta de manera más creativa. Para ellos el cerebro es una especie de motor que necesita más aceite y lubricantes para ser más productivo.
En ese sentido han desarrollado diferentes drogas conocidas y cada día más utilizadas por estudiantes, académicos y profesionistas que tienden, en teoría, a incrementar las actividades cerebrales lo que deviene, al menos esos creen, en una mayor capacidad cognitiva. Ritalin, Adderall, Modafinil, Donepezil, son los nombres de algunas de estas drogas idóneas para mejorar las capacidades del cerebro, se dice que estas drogas estimulan el aprendizaje y ayudan a la resolución  más rápida y efectiva de problemas por actuar de manera directa en esas zonas de cerebro creando más y mejores sinapsis neuronales, pero como dice sabiamente un científico, el hecho de consumirlas y obtener resultados no quiere decir que el usuario se convierta de pronto en un nuevo Einstein. . Para otros científicos estos fármacos son sólo unos placebos que actúan en la mente del que los toma, pero no de la forma en que ellos creen, sino generando la confianza en sus habilidades. Existen otros factores más allá de las drogas que forman parte de los procesos creativos y de innovación. Factores biográficos y personales que ninguna pastilla es capaz de otorgar
En Israel, la doctora Rivka Inzelberg del Centro Médico Sheeba ha descubierto que los pacientes de Parkinson tratados con precursores de la dopamina, sustancia que se produce de manera natural en nuestro cerebro principalmente y que es la responsable de muchas de las funciones motoras y de la respuesta de nuestras emociones, en especial una llamada L-Dopa presentan una tendencia a escribir o dibujar y pintar mucho más que aquellos sin la droga.
Esto parecería ser la solución a muchos de los problemas que tenemos en las áreas de creatividad y expresión. Una píldora de L-Dopa justo antes de sentarnos frente a la computadora, antes de operar el Photoshop o de tomar los lápices para dibujar. Una especie de viagra para convocar a las musas.   
Pero antes de empezar a pensar en cambiar del alcohol, o tu droga favorita a la L-Dopa, debes tener en cuenta que el estudio actual de la doctora Inzelberg, parece demostrar que la L-dopa actúa como desinhibidor de los impulsos de control lo que convierte a estos enfermos creativos en obsesivos creadores a los que en algunos casos extremos se les ha tenido que suspender la dosis del medicamento pues su actitud compulsiva los lleva a pararse frente a un lienzo en un caballete por horas, días y noches pintando con todo lo que encuentran o sin separarse de la pluma o el lápiz. No quieres pasar 48 horas dibujando storyboards de laxantes o escribiendo copys acerca de los beneficios de las nuevas fórmulas de alimentos caninos en la firmeza de las heces del animal.
Lo que queda claro a la doctora Inzelberg es que la toma de estos dopaminérgicos demuestra cambios tácitos en los procesos creativos de los pacientes, al ser interrogados por la doctora, aquellos pacientes que consumieron mayores dosis de L-Dopa fueron los que contestaron de manera más ingeniosa. A pesar de los hechos, en una entrevista que le hizo James Hamblin de The Atlantic en 2014, Inzelberg  recomendó a las personas sin Parkinson, a pesar de no existir ningún estudio de efectos secundarios, a no tomar la droga en busca de aumentar su creatividad.
Allen Ginsberg en su famoso poema El Aullido escribió: He visto a las mentes más lúcidas de mi generación arrastrarse por las calles en busca de un poco de droga.  En un futuro podríamos ver a mentes mas bien grisesonas arrastrarse por los pasillos de las editoriales, de las galerías y de las agencias de publicidad en busca de una dosis de L-Dopa.

El mismo Charles Baudelaire advertía a los escritores en su ensayo Los paraísos artificiales a caer en la seducción de escribir las alucinaciones de sus sustancias favoritas para usarlas como materia de su creatividad. Como en el caso de las otras drogas de la inteligencia, el uso y abuso de L-Dopa no te convertirá en Octavio Paz o Gabriel García Marquez, existen otras cosas con las que alimentar al cerebro para llegar a su nivel, no todo puede ser L-Dopa.

publicado en roastbrief.com.mx el 31 de agosto de 2015
imagen: DeathtoStock

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