Para Miguel Ángle Mancera y el PRD de la ciudad de México, los ciudadanos no deben morir los fines de semana en accidentes automovilísticos, los habitantes de la ciudad debemos caer como moscas durante horas laborales de los servicios de emergencia.
Armando Enríquez Vázquez.
No queda duda el Jefe de gobierno de la CDMX (Marca
Registrada), más allá de su mente empresarial, ha optado por no ver, ni
escuchar a nadie más que a su Pepe Grillo, que le impide darse cuenta de que la
mayoría de habitantes de CDMX (M.R.) que lo elegimos hace tres años, hoy
rechazamos no sólo su administración sino las decisiones que está tomando. Lo
que menos le importa a Mancera son los habitantes de la ciudad y menos si no
representan un negocio para él y sus amigos empresarios.
Esta semana la CDMX (M.R.) enfrenta la peor contingencia
ambiental en décadas, en parte debida a las condiciones meteorológicas y en
gran parte a la necedad del Jefe de Gobierno y de los asambleístas que
prefieren que la ciudadanía muera antes que aceptar que se equivocaron. Estos
perredistas que se han encargado de destruir la ciudad en 18 años de gobierno
hoy admiten de manera tacita que prefieren la muerte de los ciudadanos de la
capital que echar para atrás su retrograda legislación sobre el tráfico de la ciudad.
Especialistas e investigadores de todos los niveles y
diferentes instituciones han declarado lo torpe, ineficiente y absurdo que
resulta el nuevo reglamento de transito de la CDMX (M.R.) Pero para Mancera y
el PRD de la ciudad de México, los ciudadanos no deben morir los fines de
semana en accidentes automovilísticos, los habitantes de la ciudad debemos caer
como moscas durante horas laborales de los servicios de emergencia. Además de
promocionar el uso de la bicicleta las políticas del Gobierno no han hecho nada
para desalentar la compra y el uso de automóviles en la ciudad. La culpa es de
todos incluídos los gobiernos de los estados vecinos a la CDMX (M.R.) antes que
de las autoridades capitalinas.
El martes ante uno de los picos en materia de contaminación
en la ciudad, la brillante idea del empresario oficial de la ciudad de México,
fue que los transportes públicos propiedad de la CDMX (M.R.) ofrecieran su
servicio de manera gratuita. Así o más demagógico e idiota. Mancera debe estar
encantado con sus falsas medidas de atacar la contaminación. Los asesores y
consejeros del gobernante de la capital del país o son nulos o siempre están
aplaudiendo como se le ve su traje nuevo, sin atreverse a admitir que va
desnudo. Pero al jefe de gobierno no se le ocurre legislar de una buena vez en
contra de tantos camiones materialistas, contra el transporte público
concesionado que ofrece las peores condiciones al usuario y a la ciudadanía, no
se ha legislado contra los transportistas y mucho menos contra la recolección
de basura cuyos camiones son uno de los primeros factores que ayuda a la
contaminación y el tráfico diario. La mayor parte de los usuarios del Metro, el
Metrobús, RTP, Trolebús y conexas no utilizan automóvil, darles el servicio
gratuito es pura y llana demagogia.
Lo peor es que en el caso de la contaminación para la que
existe una supuesta comisión de la megalópolis, donde peor que Mancera están
los funcionarios y legisladores priístas del Estado de México, sin lugar a duda
uno de los mayores contribuyentes de contaminantes en el Valle de México, con
una planta industrial poco o nada regulada. Con un transporte público
concesionado que avergonzaría a los peores microbuseros de la ciudad capital. Pero
como buenos políticos tercemundistas los legisladores y funcionarios del Edo
Mex y la CDMX (M.R.) se dedican a señalarse unos a otros, sin que realmente se
preocupen por solucionar los principales problemas de la megalópolis. El
gobernador del Estado de México Eruviel Ávila, sólo sabe replicar al presidente
o al jefe de gobierno de la capital conforme a su conveniencia, anunció sin
tapujos el miércoles pasado que el Mexibus iba gratis, como los transportes de
la CDMX (M.R.)
Mucho más allá de esta inútil comisión, hay que recordar que
la tradición de las comisiones inútiles viene de tiempos de Luis Echeverría,
que sólo provocan más burocracia, más erogaciones del erario y políticos de
cuarta mejor pagados por no hacer nada. Es momento de pensar en política en
serio y ampliar el área de la CDMX (M.R.), como ha sucedido en muchos países de
primer mundo, porque la capital de un país no puede estar secuestrada por las
declaraciones regionalistas de los achichincles de un gobernador. Tarde o
temprano debemos poner sobre la mesa la necesidad de hacer parte de la ciudad
capital a municipios como Naucalpan, Neza, Tlanepantla, Chalco, Ecatepec, que
funcionan diariamente y de manera práctica como parte de la CDMX (M.R.)
Las soluciones deben ser acorde a los tiempos, promover los
vehículos eléctricos, desincentivar el uso del automóvil de manera real, poner
mayores trabas a quienes vayan solos en su auto. Con una legislación real sobre
transportistas, materialistas y servicios urbanos de horarios y vías por las
que se pueden circular. Para eso se necesita un gobernante que gobierne y no
uno que este pensando en sus negocios, en la elección presidencial. Uno sin miedo
a las tribus del partido al que representa, a los sindicatos amañados como el
de los basureros de la CDMX (M.R.), o el del Metro. Uno que no sea tibio que
parece estar listo a dar servicios funerarios gratis a todos aquellos que
lleguen a perecer gracias a la contaminación. La contaminación no es algo que
se resuelva con demagogia, si no con planeación, porque lo que está en juego
hoy no son sus negocios, es la vida de millones de habitantes de la CDMX (M.R.)
y el área conurbada.
Aun así, Miguel Ángel Mancera se prepara para su campaña
presidencial. ¡Mi vido!
publicado en blureport.com.mx el 18 de marzo de 2016
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