El Superbowl y la gente de mercadotecnia de la NFL han
sabido hacer del Superbowl,
un espectáculo esperado por todos sin importar si
les gusta o entienden el deporte.
Armando Enríquez Vázquez
A lo largo de cincuenta años el Superbowl se ha convertido,
sin duda, en uno de los espectáculos deportivos más importantes del mundo a
pesar de la poca popularidad del deporte a nivel global con respecto a otras
actividades deportivas.
Las NFL es una de las ligas deportivas más redituables del
mundo, y los Vaqueros de Dallas son la segunda franquicia más valiosa a nivel
mundial de acuerdo con la revista Forbes, sólo atrás del Real Madrid y por
delante de los Yankees de Nueva York del baseball, el Barcelona y el Manchester
United. Diez equipos de la NFL figuran entre los 25 equipos de dicha lista.
El Superbowl y la gente de mercadotecnia de la NFL han
sabido hacer del partido con el que se define el campeonato anual de la liga,
un espectáculo esperado por todos los miembros de la sociedad sin importar si
les gusta o entienden el deporte.
Para un cierto sector de la audiencia la atención se centra
en el espectáculo de medio tiempo, donde a lo largo de los últimos años se han
presentado pilares de la música pop contemporánea, como Los Rolling Stones, U2,
Black Eye Peas, Madonna, Bruce Springsteen, entre otros. Un espectáculo que
inició únicamente con bandas de música locales o de las universidades haciendo
piruetas en la mitad del campo, es hoy una de las media horas más esperadas del
mes de febrero en la televisión mundial.
La televisión fue fundamental en la difusión del Superbowl y
de hacer de la final del futbol americano un espectáculo que llenó primero las
salas a lo largo y ancho de Estados Unidos y poco a poco comenzó a llamar la
atención en otros países. La NFL a pesar de tener uno de los peores planes de
marketing como liga fuera de Estados Unidos es capaz de reunir en un domingo de
Superbowl a aficionados de más de cien países para ver el juego de campeonato
entre los equipoa campeones de la NFC y la AFC.
Poco a poco, como el espectáculo de medio tiempo, y gracias
a la cantidad de personas que ven el juego, las marcas comenzaron a gastar más
cada año más en anunciarse en el Superbowl. Este año los treinta segundos tuvieron
un costo de cinco millones de dólares. Los espacios comerciales del Superbowl
se han ido convirtiendo en una gran ventana para lanzamientos o simplemente
para posicionar marcas y productos. Baste como muestra el famoso comercial de
Mac dirigido por Ridley Scott y basado en el Big Brother de la novela de Orwell.
Pero además gracias a esas audiencias, poco a poco y de
manera casi involuntaria el Superbowl se ha convertido en uno de los más
democráticos y populares concursos de creatividad entre los publicistas
norteamericanos. Aquí no hay premios dorados, ni pódiums solemnes donde decir
mil y un palabras huecas y sin sentido. Los creativos y agencias en competencia
dependen únicamente de hacer algo bien: Publicidad que llame la atención del
consumidor.
Gracias a las redes sociales el reconocimiento se ha vuelto
inmediato y las listas que se publican casi de manera inmediata una vez
terminado el encuentro, funcionan mejor que cualquier focus group, jurado o
comité organizador y son capaces de mostrar cuales agencias de publicidad
tienen el músculo para llamar la atención de los consumidores de manera
positiva, negativa y cuales han creado mensajes totalmente intrascendentes para
la audiencia.
Desde el año pasado un producto mexicano le ha apostado a
ese aparador que surge una vez al año. Se trata de los aguacates de México. Y
esto se debe a que uno de los alimentos que más se consume anualmente durante
el Superbowl es el Guacamole. Con cientos de recetas diferentes, picosos o
dulces, el guacamole es un acompañamiento perfecto para las tortillas chips,
los nachos, las pitas y es el dip más natural, en tiempos que preocupan los
alimentos procesados, al que se puede tener acceso.
El año pasado el comercial de los aguacates mexicanos
representaba el primer draft en la historia del mundo. En él, Australia escogió
al canguro, Brasil al perezoso, Estados Unidos al trigo, pero la selección que
los comentaristas; Jerry Rice el brillante receptor abierto de los 49 de San
Francisco y Doug Floutie, ex quarterback de los Bills de Buffalo, más
celebraron fue la de nuestro país al escoger al aguacate.
Este año el comercial se fue al extremo opuesto en la línea
del tiempo y un futuro lejano cuando al parecer la humanidad ya desapareció un
grupo de extraterrestres son llevados por un guía para ver algunos ejemplos de
la cultura humana, entre ellos al actor segundón Scott Baio, un cubo Rubicks y un
aparato de tortura del siglo XXI (la sección de pasajeros de un avión comercial
con un bebe entre los pasajeros) el guía muestra al final del recorrido el
único producto que aún se puede, en ese futuro utilizar, en este caso comer y
tiene disponibilidad a lo largo del año: El aguacate mexicano.
El comercial producido por la agencia GSD&M, fundada en
1971 en la ciudad de Austin, Texas en colaboración con Havas Media de nuestro
país, fue seleccionado entre los diez más graciosos de la tarde del Superbowl.
Los
aguacates de México tuvieron millones de vistas, no sólo a la hora del
encuentro deportivo, sino que, gracias a las nuevas plataformas, lo que hasta
hace quince años para la mayoría de los publicistas era el rumor de cómo habían
sido percibidos los comerciales del Superbowl, hoy se vuelve un espectáculo
global con millones de personas esperando ver la creatividad desplegada el día
más importante para el futbol americano.
publicado en roastbrief.com.mx el 15 de febrero de 2016
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