Black Mirror es una mirada de sociedades torcidas y aisladas producto de la tecnología. Dark Net es una demostración de cómo todo esto ya está en proceso de germinación hoy en día.
Armando Enríquez Vázquez
Cuando hablamos de la re-evolución tecnológica en la que
vivimos a diario y sus consecuencias, de teorías de conspiración, la pérdida de
libertad y de privacidad nada más preocupante que la fría e incontrovertible
realidad. Aparte de la esquizofrénica y delirante realidad que nos planteó el
año pasado la excelente serie Mr. Robot,
en los últimos meses he descubierto una serie, una serie documental y un
reality show que intentan ponernos en un ambiente que fomenta y aclara la idea
de la prisión y los riesgos a los que las nuevas tecnologías nos van
acostumbrando y de los cualesl en más de una ocasión no somos totalmente
conscientes. Una prisión virtual cuyas rejas se encuentran en los confines del
mundo y las paredes de nuestros estudios.
Black Mirror una
serie inglesa producida en Inglaterra por Endemol entre 2011 a 2014 y consta de
dos temporadas con siete capítulos unitarios, a partir de este año la
producción de la serie será retomada por Netflix. Black Mirror nos pinta diferentes panoramas de lo que puede pasar
en el futuro gracias a la tecnología y la forma en que puede ser aplicada. En
uno de los capítulos se muestra un mundo muy cercano al Mundo feliz de Aldous Huxley donde todos trabajan para mantener la
producción y el consumo de la sociedad, en lugar del soma el escape de los
obreros es la televisión, canales de porno, de realities, de programas de
concurso cuya finalidad es humillar a los diferentes, en este caso a los
gordos, y un consumismo virtual llevado al
extremo; aquello que se compra jamás se materializa en algo físico, sino
que sirve para intentar individualizar al avatar de cada trabajador en medio de
esa masa en la que a pesar de todo permanece anónimo. Otro narra como las
amenazas de un grupo terroristas cibernético llevan al primer ministro de
Inglaterra a cometer un acto de zoofilia y ser expuesto por los canales de
Internet. Un tercero muestra la historia de un robot capaz de tomar las
características del ser amado muerto, lo que no asegura una vida de cuento de
hadas con final feliz, uno más nos muestra como al incorporar la tecnología al
cuerpo humano. Una cámara en lugar de ojos, capaz de devolvernos los más
vívidos recuerdos y con ellos las más atroces pesadillas. Otro plantea un
sistema penal privatizado y convertido en un parque de diversiones. Black Mirror, es además de una de las
series de televisión más inteligentes que se han hecho en los últimos años, una
de las más perturbadoras y siniestras miradas al futuro cercano y mediano de
las tentaciones en las que el uso y el abuso de la tecnología pueden
desembocar.
Pero si Black Mirror es
una mirada de sociedades torcidas y aisladas producto de la tecnología. Dark
Net es una demostración de cómo todo esto ya está en proceso de germinación hoy
en día, como la tecnología invade campos cada vez más privados de nuestra vida
y tal vez lo más preocupante con nuestro consentimiento. Una persona que ha
aceptado adaptar una cámara de video para sustituir un ojo y las posibilidades
que ver de manera cibernética implica para esta persona que en el fondo no deja
de ser un pervertido que pretender guardar en discos de memoria todo aquello
que ve. Una sociedad tan perezosa y
apática que prefiere insertar en su cuerpo un chip que le evita sacar tarjetas
de identificación o de crédito. Pasar el brazo frente a una terminal para realizar
el pago. Japoneses que encuentran la felicidad en relaciones virtuales
asexuadas. Softwares de armas de plástico puestas en Internet a propósito para
que cualquiera pueda imprimir en 3D, que burlan detectores de metales y
funcionan sin problemas. Trolling y redes sociales. La ciudadanía vigilando a
los cuerpos de sefuridad abusivos del estado como policías y políticos y
terminan siendo reprimidos por ello. Todo eso que ya está sucediendo, que no es
parte la imaginación de nadie. Es una visión a la re-evolución que va más allá
de lo que se ha dado en llamar la tercera revolución industrial y abarca todas
las formas de vida y de comunicación en los que fuimos criados y educados.
Dark Net es una serie documental norteamericana creada por
Mati Kochavi y que consta de ocho capítulos de media hora, producida por Showtime.
Finalmente, el canal #0 de España acaba de producir un reality que muestra el poder que tiene
el estado, al menos el español, pero que podemos suponer existe también en
todos los países del llamado primer mundo, y también intuimos que, en menor o
mayor grado en muchos otros países, incluido el nuestro. El programa se llama La huida y en él quince personas tratan
de actuar como fugitivos mientras un grupo de policías los persigue utilizando
como fuente principal para la búsqueda los nuevos elementos que el Internet,
las redes sociales, teléfonos celulares y la red de más de tres millones de cámaras
de vigilancia que supuestamente existen en el país ibérico, pero que pueden ser
más, ponen a su disposición. La huida
es un programa capaz de disparar nuestra paranoia sobre el Big Brother a un nivel máximo y lo peor con todos los argumentos
verosímiles que podamos imaginar. Gracias a La
huida, la otrora sarcástica frase; yo no soy paranoico, a mí sí me
persiguen, se convierte en una realidad que afecta a muchos millones de
habitantes del planeta.
Atractiva, divertida y adictiva, La huida, contiene elementos de la exitosa Amazing Race combinados con un thriller de buena manufactura. Pero
también sirve como un espacio de reflexión acerca del costo y lo que estamos
dispuestos a sacrificar en aras de una mayor seguridad.
Charlie Brooker el creador de Black Mirror declaró al diario The
Guardian en diciembre de 2011, días antes del estreno de la serie: Sí la tecnología es una droga, y se siente
como una de droga, entonces cuales son en realidad los efectos colaterales.
Esta zona entre el deleite y la molestia es donde mi nueva serie Black Mirror se sitúa. El espejo negro
del título es aquel al que te enfrentas todos los días en cada muro, en cada
escritorio, en la palma de todas las manos: La fría y brillante pantalla de los
monitores de tv, de las computadoras o de los teléfonos inteligentes.
Pegados a las pantallas de cualquiera de nuestros
dispositivos y minimizando el riesgo que nuestras garantías sociales corren, nos
encaminamos a enfrentar una nueva sociedad que ni los mismos medios de
comunicación tradicionales o virtuales pueden anticipar.
publicado en roastbrief.com.mx el 6 de junio de 2016
imagen en.wikipedia.org
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