Lo que sí le debe quedar claro a Peña Nieto es que ese mismo desprecio es el que siente la mayoría de los mexicanos por él.
Armando Enríquez Vázquez
Veo la foto de una niña que durante la marcha del día 15 que
pedía la renuncia de Peña Nieto, porta una bandera mexicana donde un águila
dorada sobre fondo blanco y con el verde y el rojo sustituidos por negro.
Me llega un mensaje al teléfono que, a manera de cadena pide
que seamos conscientes del saqueo que sufre México en su erario público por
personas como Peña Nieto, diputados, senadores y demás zánganos del aparato
burocrático mexicano, y que pide se envíe a 20 contactos para todos repudiar a
Peña Nieto.
Leo la columna de Raymundo Riva Palacio en El Financiero en la que narra como un
número importante de diputados priístas están en total desacuerdo con Peña
Nieto y su pésimo gobierno.
Me muestran un video donde Carlos Marín, uno de los
periodistas más serviles del poder, le dice a Peña Nieto en su cara que no lo
representa. He leído el texto de Alejandro González Iñarritu, publicado en El
País en el mismo tenor y la entrevista de Fher de Maná también diciendo que
Peña Nieto no lo representa publicada en El Universal. Pero esas son algunas
cabezas visibles, porque a millones de mexicanos Peña Nieto no nos representa y
a los que los aparatos del estado de una supuesta democracia impidieron el paso
de miles de estos mexicanos el día en que celebramos el día de México.
Leo también, a los que desde el conformismo de siempre se
limitan a decir ¿Y?... no va a renunciar…
¿Y? Ni los ve, ni los oye.
Creo firmemente en que los pueblos tienen el gobierno que se
merecen, lo que me pone a dudar en nuestro caso es que hoy nuestro país tiene
un gobierno que perdió las elecciones. Un gobierno cuya cantidad de votos fue
menor a la suma de los demás votantes.
Y lo que me sorprende es que la soberbia de Enrique Peña
Nieto lo hace ignorar a los habitantes del país que dice gobernar y con el
mismo desprecio que su hija hizo manifiesto en redes sociales hace años por los
mexicanos, omite las voces de los mexicanos de todos los niveles que no están
de acuerdo con él. Pero lo que sí le debe quedar claro a Peña Nieto es que ese
mismo desprecio es el que siente la mayoría de los mexicanos por él y esa
familia armada en los foros de Televisa, que a todas luces se ve que no sienten
el menor aprecio el uno por el otro.
Se dice que el día 15 fueron pocos los mexicanos a los que
por órdenes de aquellos que protegen a Peña Nieto incluido el Jefe de gobierno
de la CDMX (Marca Registrada) se les impidió el paso a un Zócalo que nos
pertenece a todos los mexicanos y que estaba repleto de hombres y mujeres
acarreados desde el Estado de México que con una mirada de tristeza corearon de
mala gana a un hombre que desde el Balcón Presidencial del Palacio Nacional ya
no representa a casi nadie, incluso al interior de su partido.
Peña Nieto ha demostrado que la opinión de los mexicanos y
de los priístas lo tienen sin cuidado, él es el mejor ejemplo de la política
más retrograda al interior del PRI, pero no es el único y junto con él están el
grupo de bribones que forman todos los ámbitos de su gabinete y quellos
gobernadores priístas que para él son el ejemplo del PRI moderno y a los que su
gobierno cómplice jamás acusará de nada y que tan sólo serán sancionados a ser
expulsados, tal vez, de ese paraíso de los corruptos llamado PRI.
Peña Nieto sólo sabe viajar, sacar su sonrisa Colgate y
creer lo que le dicen su séquito de lambiscones, pero nada sabe del país que
dice gobernar, nada conoce de él y debemos recordar la cantidad de estupideces
acerca de la geografía y de la historia mexicanas que ha declarado a lo largo
del ejercicio de su cargo. Peña Nieto es el sueño del ignorante vuelto realidad
y en ese sentido no podemos pedir tampoco a los niños mexicanos que se sientan
representados por un hombre ignorante que plagió su tesis y desconoce el país
en el que nació.
Peña Nieto ha obligado a miles de mexicanos de todos los
niveles sociales a emigrar del país, porque lo único que ha hecho en cuatro
años es acelerar los procesos de deterioro de la sociedad y de la economía
nacionales.
Incapaz de mejorar la seguridad, en un acto que no se puede
calificar de menos como cobardía, en otro sentido de traición a México y a su
cargo, Peña Nieto ha renunciado a gobernar México, en lugar de ganarse a todos
aquellos que no votamos por él, Peña Nieto ha preferido abandonar las funciones
elementales de cualquier gobierno; la prevención de la seguridad nacional, Una
economía sana y prospera. El valor de nuestra moneda se ha depreciado como
nunca, claro Peña Nieto ni siquiera prometió defender el peso, ni como perro,
ni como nada. Al contrario, ha creado, secundado por los sumisos senadores y
diputados de su partido, leyes ha modo para modificar la Constitución y así
poder violarla desde la legalidad de las reformas. Peña Nieto no representa más
que aquellos que se han beneficiado con su desgobierno.
La convocatoria de la marcha del día 15 surgió de las redes
sociales, del anonimato colectivo que supone una democracia contemporánea, no
de partidos, ni de clientelas. No es resultado de aprovecharse de la necesidad
humana y por doscientos pesos acarrear a mexicanos que viven en extrema pobreza
para pararlos frente a un hombre que se cree presidente, verlo hacer un show
que nada tuvo que ver con la independencia, ni con el orgullo de ser mexicanos.
Eso fue el 15 y pudiera ser el inicio.
Peña
Nieto ¿Qué es lo que no te ha quedado claro?
publicado el 20 de septiembre de 2016 en blureport.com.mx
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