Dentro del sistema clientelar, se encuentran periódicos, estaciones de radio y canales de televisión que sacan una gran tajada anual de instituciones y organismos del gobierno federal y gobiernos locales.
Armando Enríquez Vázquez
El
panorama de los medios tradicionales, y sobretodo los diarios, es desolador;
están muy preocupados por cubrir su agenda particular para satisfacer a la
partidocracia, para llenar sus arcas con los chayotazos, porque de otra manera,
con sus subscritores no pueden sobrevivir, que de las acciones que ponen en
peligro el futuro del país y que son dictadas por los gobernantes. Han olvidado
en muchos de los casos su función crítica y de cuestionamiento. Han decido
vender su labor por pesos que los convierten en cómplices del poder.
Pero los
temas básicos no aparecen muchas veces ni en las columnas de sus colaboradores.
Hoy en el México podrido y corrupto del Peña Nieto, PRI, PAN, PRD, Morena y el
Verde la prensa nacional, y los informativos de radio y televisión olvidan, por
solo citar dos ejemplos, discusiones centrales en el panorama de la Nación: El
presupuesto para 2017 y el proyecto de Constitución para la CDMX (Marca
Registrada) que puede impactar de manera negativa en otras entidades del país.
El
presupuesto que elaboró Luis Videgaray, ex secretario de hacienda y crédito
público, es un presupuesto a favor de la corrupción, de las políticas
clientelares y en contra de México y de los mexicanos. El proyecto de
presupuesto presentado por Enrique Peña Nieto es la punta del iceberg de una
ofensiva priísta que promueve la crisis en México y remarca el rotundo fracaso
de las reformas estructurales y las demás políticas de un presidente
irracional. La vieja práctica de un partido que sexenalmente pone al país en el
borde de la bancarrota, por así convenir a sus intereses políticos y
electoreros sin importarle México, y mucho menos los mexicanos.
Como
siempre que este partido que institucionalizó la revolución, por absurdo e
irracional que esto suene, la estrategia económica es en contra de una política
de competencia, en contra del crecimiento, a favor de la pobreza y en
detrimento de la calidad de vida de los mexicanos.
Los
recortes en materia de educación, de ciencia y tecnología, a proyectos de
infraestructura revela como para el gobierno de Enrique Peña Nieto, lo de más,
es lo de menos y la corrupción, así como el elefante burocrático que tanto
facilita la corrupción y el sistema clientelar y los sindicatos so la
prioridad.
Y dentro
de ese sistema clientelar, se encuentran sin duda periódicos, estaciones de
radio y canales de televisión que sacan una gran tajada anual de diferentes
instituciones y organismos del gobierno federal y los gobiernos locales, lo que
sin duda impacta de manera directa en la forma en que en estos medios manipulan
y sesgan la información, conforme a los intereses de dichos gobiernos. El que
paga manda. Por eso, en el presupuesto de la federación para 2017, los asuntos
de inversión propagandística no se ven reducidos, ni siquiera porque Enrique
Peña Nieto cuando presentó su Reforma en Telecomunicaciones anunció con bombo y
platillos el fin de la propaganda del gobierno, cosa que no ha sucedido.
Lo mismo
sucede con la tan cacareada e innecesaria Constitución de la CDMX (Marca
Registrada) que pocos medios se atreven a criticar gracias a la inversión que
el gobierno de Miguel Ángel Mancera hace en los medios, a pesar de que dicha
ley es una aberración que privilegia a los grupos clientelares del PRD que
tanto daño hacen a la seguridad y viabilidad de la Ciudad, como los ambulantes
y taxistas piratas, mientras abandona a los indigentes a una especie de fauna
nociva, contra la que no se puede actuar a favor, ni en contra, a pesar de que como
está demostrado la gran mayoría de ellos padecen de sus facultades mentales y
no pueden razonar de manera coherente, por eso me resulta más que extraño e
incluso indignante que un gobierno que se dice de izquierda y se llena la boca
de su preocupación por los derechos humanos, niegue y olvide su obligación con
estos seres humanos a los que con su ridícula Constitución ha decidido
considerar un paisaje negativo de la ciudad, en lugar de implementar una
política para protegerlos de su condición de calle. Se privilegia a ciertos
grupos y se omite a otros.
Estas son
cosas que los medios deciden callar por así convenir a sus intereses
económicos. Mientras se privilegia la nota roja y los escandalosos
comportamientos de los gobernadores priístas y panistas. Asuntos que no dejan
de ser muy graves, pero que solamente son consecuencias de esas ganas de no
gobernar de Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera y todos los demás que ven
en el ejercicio de la función pública la mejor y más fácil manera de
enriquecerse y que por lo tanto promueven el que todo se mueva para que
permanezca igual.
En últimas
fechas Enrique Peña Nieto ha demostrado lo patético y demagógico de su discurso
cuando ha dicho que no es obligación del gobierno mover a México, a pesar de
que ese sigue siendo uno de los lemas de su gobierno. Peña Nieto habla de
seguridad, cuando nunca México ha sido más inseguro, o envía a su títere en la
presidencia del PRI a culpar de la situación actual a Felipe Calderón, lo que
sería equivalente a decir que la inseguridad en Estado de México que hoy tiene
los peores lugares para vivir en el país y el más alto número de feminicidios
fuera culpa de Peña Nieto y no de Eruviel que en cinco años de gobierno lo
único que ha hecho es intentar promover su candidatura a la presidencia de la
nación como en su momento lo hizo Peña Nieto. A lo largo de cuatro años el
gobierno federal sólo ha demostrado su incapacidad para lograr el bienestar de
los mexicanos, y su beneplácito para encubrir a ese nuevo PRI que tanto
presumió Peña Nieto cuyos principales representantes eran Roberto Borge, César
y Javier Duarte.
Los medios
mexicanos sólo se preocupan por el sensacionalismo, porque más tardó, El
Universal, en hablar de ética e integridad en los medios que subir a su portal
las imágenes del asesinato del Juez en Metepec al momento del atentado en
contra de su vida.
No es que
la inseguridad no sea importante, es el cómo se retrata por los medios, como se
carece en el mayor número de los casos del análisis, así como de una crítica
seria y sustentada contra las acciones ineficaces de la autoridad. Pero a los
dueños de los medios sólo les preocupa seguir cobrando en la ventanilla
correspondiente y celebrando aniversarios, que en el caso de El Universal ya
rayan en lo absurdo. Alabanza en boca propia es vituperio decía mi
abuela.
Por lo que
crean una agenda basada en sus propios intereses económicos y los intereses
políticos de funcionarios y gobernantes. No en el de los lectores y es por eso
que los diarios en México cada día pierden más lectores.
Y es por ese contubernio entre medios y gobiernos que no hay un
cuestionamiento acerca del presupuesto o de la Constitución de la CDMX. Al
menos eso creo, porque de ser de otra manera estamos aún peor.publicado en blureport.com.mx el 18 de octubre de 2016
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