Una educación cómo la que existe en México, tiene como consecuencias la existencia de esos jóvenes llamados ninis, el aumento de la pobreza extrema y por supuesto en la inseguridad
y el crimen.
Armando Enríquez Vázquez
Dice un antiguo proverbio chino: Da un pescado a un hombre y le
quitarás el hambre por un día, enséñalo a pescar y se la quitarás para siempre.
De acuerdo con el último informe de la OCDE, del que nadie
en el gobierno parece estar ocupado, México se encuentra en el quinto lugar en
el mundo en población joven que ni estudia, ni trabaja. Los famosos ninis. De
acuerdo con el organismo internacional el 22.1% de jóvenes mexicanos entre los
15 y 29 años de edad se encuentran en esa situación que los acerca al crimen
organizado y reafirma los círculos perversos de pobreza que tanto le interesa a
la partidocracia mantener. Sobre todo al PRI y al corrupto, ahora sí admitido
por él con su torpe cita bíblica, Enrique Peña Nieto.
Como se quiera ver el reporte de la OCDE referente al 2015,
muestra como después de tres años la reforma educativa es un fracaso. Y es un
fracaso por esa visión administrativa y nada pedagógica que el gobierno federal
se ha empeñado en darle. Los alumnos siguen siendo pesimamente instruidos por
métodos arcaicos que en nada hacen atractiva la instrucción.
La reforma educativa, no ha sido efectiva porque tanto la
SEP como SEGOB están ocupadas negociando con los verdaderos enemigos de la
educación en nuestro país; los líderes de la CNTE, mientras en el otro extremo,
los sumisos líderes del SNTE sólo están dispuestos a aceptar sin cuestionar,
todo aquello que la llamada autoridad educativa del país les indique. La
prioridad para ambas estructuras sindicales es únicamente el dinero y no perder
sus canonjías, el de Peña Nieto ganarse los votos del magisterio. A ninguno de
los tres les importan los niños y mucho menos la educación.
Tal vez, como en otras cuestiones que no son de importancia
para la partidocracia, es hora de que la sociedad civil se haga escuchar y
proponga las reglas que creen un modelo educativo cuyos resultados sean
egresados de calidad en todos los niveles del sistema educativo. Jóvenes y
niños curiosos y con ganas de continuar su proceso de aprendizaje sabiendo que
las oportunidades de empleo, desarrollo y bienestar son posibles gracias a una
educación eficiente.
Desgraciadamente son los políticos mexicanos y todos los
monstruos que crearon en su modelo educativo los peores enemigos del desarrollo
del país, y su visión corrupta de la política y el servicio civil los obliga a
promover un México de obreros, albañiles y taxistas que sólo piensen que el
bienestar social está dictado por las dádivas de un gobierno estatista basado
en un paternalismo que denigra a los seres humanos.
Una educación cómo la que existe en México, no sólo tiene
como consecuencias la existencia de esos jóvenes llamados ninis, si no
obviamente en el aumento de la pobreza extrema y por supuesto en la inseguridad
y el crimen, incluyendo por supuesto el crimen organizado.
Un gobierno, y en este sentido son culpables rojos, azules,
amarillos, morenos, turquesas y verdes, que se preocupa por la igualdad y los
derechos de la diversidad sexual y que olvida cosas básicas que afectan a las
mayorías como una educación sexual preventiva que evite los embarazos en
adolescentes enseñándoles el uso de métodos anticonceptivos y de prevención de
enfermedades de transmisión sexual, obviamente está afectando la realidad de la
mayoría y solamente está ejerciendo una discriminación contra la mayoría de los
mexicanos.
Los mismo sucede con la educación en general, no son los
derechos de los maestros los que deben importar, si no los de los alumnos, que
a final de cuenta son la mayoría y los ciudadanos que habrán de ver por su
desarrollo personal y por extensión del país.
Eso en la mente del gobierno carece de sentido. Un ciudadano
educado cuestiona y difícilmente será parte de esos grupos clientelares que
únicamente saben vivir del presupuesto.
En ese sentido, nos encontramos en medio de una discusión
bizantina, donde políticos y líderes sindicales ocupan el centro, en lugar de
los temas que realmente impactan en la educación y los estudiantes. Los padres
de familia que pagan impuestos son las víctimas de funcionarios y carroñeros de
los sindicatos que junto con sus descomunales aparatos burocráticos agotan el
presupuesto, que debería estar destinado a los hijos de los contribuyentes.
Hoy la educación no puede estar cimentada en maestros que
son analfabetas digitales, maestros que pueden ser cuestionados sin ningún problema
por alumnos que tienen acceso a toda la información posible a través de un
teléfono.
No se puede pretender que bajo estas condiciones el maestro
mantenga la tradicional postura de autoridad doctoral. Hoy los maestros tienen
una función de facilitadores, de acompañantes de la educación, de promotores de
la curiosidad del alumno. Pero este tipo de temas no han sido puesto en la mesa
por ninguno de los grupos participantes en la discusión porque implica mermas
en la plantilla de personal tanto al interior de la SEP, como de las
organizaciones sindicales.
De acuerdo con un informe de UNICEF, rápidamente desmentido
por la Secretaria de Educación Pública, publicado el pasado mes de septiembre
4.1 millones de niños y adolescentes entre 3 y 17 años de edad no tienen acceso
a las escuelas.
La demagogia y los eufemismos de Peña Nieto, el secretario
del ramo y la cada vez más anodina propaganda sobre la reforma educativa
carecen del sustento para decir que esta reforma es un éxito y los informes y
estudios de organismos extranjeros demuestran con cifras frías la triste
realidad de México y el menos alentador futuro para millones de mexicanos
condenados a la pobreza.
publicado en blureport.com.mx el 7 de octubre de 2016
imagen DeattoStock.com
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