lunes, 17 de octubre de 2016

Rita Levi Montalcini curiosidad, persistencia y un premio nobel.



Italiana de origen judío sobrevivió a dos Guerras Mundiales, y llevó a cabo las investigaciones sobre el tejido nervioso que le permitieron ganar el premio Nobel de Medicina en 1986.
Armando Enríquez Vázquez

En 1986 cuando la asamblea del Instituto Karolinska, encargada de otorgar el Premio Nobel de Medicina anunció como ganadora a la doctora Rita Levi Montalcini, ella se tenía 77 años de edad, había sobrevivido a las dos guerras mundiales y con ello a la estupidez y el racismo de Mussolini. Alguna vez la científica declaró: Debería agradecer a Mussolini haberme declarado raza inferior, ya que esta situación de extrema dificultad y sufrimiento, me empujó a esforzarme todavía más. Además, había llevado a cabo las investigaciones para entender mejor una función de las células nerviosas y su crecimiento.
No sólo el dictador fascista fue uno de los hombres que al oponerse a sus ideas y desarrollo personal motivaron a Rita a crecer y perseverar en sus estudios e investigaciones, Otro fue su padre y un tercero su mentor y primer jefe el doctor Giuseppe Levi.
Rita Levi Montalcini nació en Turín el 22 de abril de 1909, Rita tuvo una hermana gemela llamada Paola. Su padre Adamo Levi, fue un ingeniero dueño de una fábrica de hielo y del que Rita recordó en una entrevista en 2009 al diario español El País, su naturaleza victoriana que la impulsó a nunca determinar el nunca querer casarse por no seguir el patrón de sumisión y obediencia de su madre. Su padre a pesar de esa rigidez con la que a lo largo de su vida lo recordó la médica italiana, al enterarse del interés de Rita por la medicina, se limitó a contestar: No lo apruebo, pero no puedo impedírtelo. El hombre había hecho lo posible para que sus hijas fueran modelo de la mujer ama de casa tan idealizada a principios del siglo XX por una sociedad machista.
Rita estudió en la Universidad de Turín, en una época en que en la facultad de medicina de la escuela sólo había 7 estudiantes mujeres en una matrícula de 300 alumnos. En 1932, Rita ingresó al laboratorio histológico del Giuseppe Levi, quién fue un pionero de las investigaciones del cultivo de células in vitro, y en el campo de la neurociencia estudió los tejidos nerviosos. Levi no sólo fue maestro de Rita Levi Montalcini, entre sus estudiantes en la Facultad de Medicina de Turín también se encontraban Salvador Luria y Renato Dulbecco quienes como Rita habrían de ganar el Premio Nobel de medicina, el primero en 1969 y el segundo en 1975.  
En 1936 y tras graduarse como médica, Rita Levi Montalcini estaba por decidir la especialidad que iba a estudiar cuando Benito Mussolini publicó su Manifiesto de defensa de la raza, en el que se prohibió la presencia de judíos en las universidades italianas. Entonces Rita decidió con ayuda de su hermano y de sus vecinos poner un laboratorio en su casa en el que continuó con sus estudios y las investigaciones iniciadas en el laboratorio de Levi, quien tras el manifiesto abandonó Italia. En 1939, Levi consiguió un trabajo en Bélgica para Rita, pero este únicamente duró nueve meses, pues una vez que los Nazis invadieron Bélgica, Rita Levi, prefirió regresar a Italia y en el campo cercano a Turín montó de nuevo un laboratorio en el continuó con sus investigaciones.
Fue en esos años, cuando gracias otra vez a Giuseppe Levi, que Levi Montalcini conoció el trabajo de Viktor Hamburger sobre el sistema nervioso. Tras la dimisión y huida de Mussolini en 1943 y la presencia Nazi en Turín, la familia Levi huyó a las cercanías de Florencia y Rita colaboró con la Cruz Roja Internacional hasta la llegada de las fuerzas aliadas y el fin de la guerra, en ese momento Rita se reincorporó al equipo de trabajo de Levi y repitiendo los experimentos de Hamburger logró resultados diferentes.
En 1946, Rita Levi Montalcini viajó a Estados Unidos invitada por Hamburguer, con quién se quedó a trabajar por los siguiente quince años y después dividió su tiempo entre Estados Unidos e Italia. Fue entonces cuando Levi hizo su gran descubrimiento acerca del funcionamiento de las células y el factor de crecimiento, su conocimiento acerca del cerebro la llevó a formular la declaración de la existencia de un mayor desarrollo en uno de los hemisferios cerebrales del ser humano y fue este crecimiento de acuerdo a sus palabras lo que obligó a los homínidos a bajar de los árboles.
El trabajo de Levi Montalcini ayudó a los neurobiólogos y neurólogos a entender cómo las células crecen y se reproducen de acuerdo a una “orden”, en este caso llamado factor de crecimiento, en específico las células nerviosas incluidas las neuronas. Con la ayuda del bioquímico Stanley Cohen, la científica a partir de un trabajo con células cancerosas en ratones y pollos se dedicó a aislar y reconocer este factor de crecimiento. En 1954 Cohen logró aislar una nucleoproteína que ambos científicos identificaron con el factor de crecimiento que estaban buscando.
Rita Levi Montalcini fue la primera mujer en ser admitida en la Academia Pontificia de Ciencias fundada por el papa Clemente VIII en 1603. Levi Montalcini ingreso a dicha academia en 1974 y a pesar de considerarse agnóstica mantuvo buena amistad con Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Fundó en 2002 el European Brain Research Institute con sede en Roma. Este Instituto se encarga de buscar soluciones a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y cuyo personal está compuesto en una gran mayoría por mujeres.
Incansable Feminista, fue nombrada senadora vitalicia de la República Italiana en 2001.
En 2008 junto con su asistente y mano derecha a lo largo de más de cuarenta años publicó un libro biográfico titulado La clepsidra de la vida. Este no fue el único libro que la ganadora del Premio Nobel de Medicina escribió a lo largo de su vida, pues también escribió un libro llamado Senz’olio contro vento. Una expresión de los marineros italianos para referirse a hacer frente a las tormentas y el cual trata sobre italianos que enfrentaron de maneras diferentes el fascismo y la discriminación durante la II Guerra Mundial, Elogio a la imperfección, Eva era africana, Cronología de un descubrimiento, El as en la manga, entre otros.
En la entrevista citada para el periódico español El Pais, cuando el periodista Miguel Mora le preguntó ¿Cuál era el secreto para cumplir cien años? La científica italiana contestó:
La única forma es seguir pensando, desinteresarse de uno mismo y ser indiferente a la muerte, porque la muerte no nos golpea a nosotros sino a nuestro cuerpo, y los mensajes que uno deja persisten. Cuando muera, solo morirá mi pequeñísimo cuerpo.
Rita Levi Montalcini murió el 30 de diciembre de 2012 a los 103 años de edad.

publicado en mamaejecutiva.net el 10 de octubre de 2016
imagen ebri.it

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