sábado, 24 de diciembre de 2016

Rubí y los lentes de Checo.



Quien dude de la fuerza de las redes sociales, ya puede ir pensando otra vez que es lo que tiene que hacer.
Armando Enríquez Vázquez

Los XV años de Rubí llenaron no sólo las redes sociales, si no los canales de televisión abierta, faltos de contenidos y ávidos del raiting que los ha abandonado. Marcas grandes, chicas y desconocidas, políticos; diputados de cuarta y gobernadores de segunda, como Eruviel, todos se subieron al tren del mame, dirían los jóvenes, de la fiesta de la pueblerina Rubí. Incluso la Secretaria de Turismo del estado de San Luis Potosí describió el fenómeno como la mejor campaña turística posible para el estado. Una campaña que al erario estatal no le costó un peso.
Hasta ahí y hasta hoy todo parece miel sobre hojuelas; la familia tuvo sus quince minutos de fama y quedó demostrado el poder de las redes sociales, lo fácil que es viralizar un video que no se hizo, al menos eso creemos, con ese propósito y el saltó a la fama del hasta entonces desconocido poblado de La Joya.
Lo que suceda el 26 de diciembre puede ser de proporciones épicas, pues puede convertirse en una de las mayores fiestas jamás llevadas a cabo o en uno de los desastres más dramáticos en la organización de eventos en nuestro país.
Pero más allá de que el Proyecto X pueda suceder en tierras de San Luis Potosí, lo que debe hacer reflexionar a todos los gurús de las redes sociales es el fenómeno de cómo el azar, como diría Sabina, Joaquín, no María, que seguramente pensaba similar, juega su papel. Ya quisiera cualquier publicista o community manager tener un impacto como el que tuvo el papá de Rubí con su mensaje a la comunidad. Los que mejor reaccionaron se colgaron de inmediato del trending topic y anunciaron patrocinar u ofertar servicios si alguien iba a los quince años de la joven, el caso de Interjet que ofreció descuentos para los que volaran a los XV años de Rubí. Los condones Prudence lanzaron también una publicidad en la que dicen tener ya los globos de la fiesta, mientras una mano sujeta un condón. Caballitos, una marca de refrescos locales, Spotify y Mundo Joven son otras de las marcas que se han sumado a publicitarse con pretexto de los quince años.
Y con ese oportunismo o aprovechamiento de un espacio para colocar la marca, ciertos publicistas se pueden erróneamente creer ya maestros en el dominio de los sucesos del internet. Intérpretes de un fenómeno que difícilmente pueden, ellos o cualquiera, explicar con certeza real. Una frivolidad, se convirtió no solo en un fenómeno social y mundial, si no en un hecho publicitario.
En el otro extremo del mismo fenómeno se encuentra la desafortunada idea de un copy o creativo poco analítico que creyó brillante la idea de promocionar su marca de lentes oscuros, utilizando a los mexicanos como su burla, sin siquiera recordar que dos de sus patrocinios importantes se encontraban con deportistas mexicanos. Me refiero a la marca de lentes Hawkers. El publicista en cuestión creyó ingenioso hablar del muro, de los mexicanos y de los lentes, sin siquiera pensar en las consecuencias que un comentario racista y discriminador, pueden tener en una gran parte de la audiencia que hoy cuenta con el poder de responder, y mucho menos pensó que tanto Checo Pérez, el piloto de Fórmula 1 mexicano, como los Diablos Rojos, legendario equipo de la Liga Mexicana de Béisbol eran mexicanos, los dos mandaron a la marca y a su patrocinio muy lejos. La arrogancia y estupidez de la marca española tuvieron consecuencias importantes no solo en la forma en que sus patrocinados contestaron, sino en la reacción de miles de mexicanos que sin dudarlo despreciaron y criticaron a la marca. Hawkes finalmente ofreció crear una fundación a nombre de Checo, con tal de no perder al piloto mexicano.
A partir de estos dos ejemplos, creo que nos quedan lecciones por aprender y mucho por estudiar, por un lado, porque nada está escrito, ni es regla en el constante y diario evolucionar del Internet, dos; descubrir las oportunidades y hacer el mejor uso y el más congruente con ellas recordando que el que lee el mensaje, no sólo puede contestarlo, sino que puede crear una reacción inversa que perjudique a la marca o producto, la tercera es que sin lugar a duda el mercado mexicano, con el número de hispanohablantes que somos, nos convierte en el más importante dentro de este nicho y por lo tanto a considerar en la manera de plantear el mensaje.
Lo que también me lleva a pensar que debemos hacer sentir nuestra fuerza e importancia, no sólo protestando cuando ya un idiota posteó una ocurrencia que sólo puede salir de su mente arrogante y poco analítica. Si no demostrando que también como consumidores nuestra recomendación es importante.

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