En Goliath lo que resulta apabullante es lo torcido que resulta la ley que absolutamente todo lo convierte en una competencia donde alguien tiene que ganar y donde, si de justicia se trata el que pierde es el ciudadano .
Armando Enríquez Vázquez
Entre los pendientes que se me habían ido rezagando en
cuestión de series del año pasado, se encontraba Goliath, con su bíblico nombre y su trama de abogados, no es
difícil adivinar cuál es el tema de la serie., por esas razones creo que la
haciendo menos, o al menos poniendo en la parte de la lista de series por ver.
A pesar de lo predictible, la serie tiene un atractivo que
en un principio se limitaba al reparto de la misma; Billy Bob Thorton, William
Hurt y Maria Bello parecen más que suficiente para hacer la serie interesante.
Más tarde descubrí otros.
La verdad es que desde el primer capítulo esta historia de
odio personal, personajes marginales y grandes actuaciones, hace que el melodrama
sea muy atractivo y además logre atrapar al espectador. La pluma la vuelve
mucho más que un simple programa de abogados.
Billy Bob Thorton, (Billy McBride), una vez más pone cara de
perrito de poster kitsch, apabullado por la vida y por él mismo, creando un
personaje más adecuado a una adaptación de novela de Bukowski que a la imagen
de un abogado. Mientras que William Hurt (Donald Cooperman) es tan malo que
hasta es deforme físicamente, pues su cara llena de cicatrices de una
quemadura, lo hacen inhumano, e incapaz de relacionarse con oros seres humanos
si no es desde el despotismo y el odio. Un odio que principalmente dirige a la
figura de Billy McBride ex socio y alguna vez exitosísimo abogado. Tal
maniqueísmo en el melodrama, es superado y hasta se puede ver como un gran
guiño de humor negro que vuelven a la serie realmente capaz de atrapar al
espectador.
A partir de estos clichés, David E. Kelley y Jonathan
Shapiro, crearon una serie llena de claroscuros, traiciones, amores y muchos
personajes totalmente despreciables. Una serie con giros de tuerca interesantes
y algunas salidas predecibles y fáciles, pero que al final nos dejan con el
sabor de boca de haber visto algo interesante. Producida por Amazon, Goliath es una muestra más de que ya
nada es verdad en el mundo de la televisión abierta o de paga.
El año pasado, HBO también estrenó una miniserie con un
abogado perdedor, The Night of, de la
que en su momento ya escribí, pero la idea de tener detectives que son un
verdadero fracaso en su vida personal y en la profesional parece ser tendencia
en una sociedad que se da cuenta de que hace ya mucho que no es lo que cree
ser, por más que su nuevo y racista presidente se los repita y que sus leyes no
sólo están torcidas, si no que en general los sistemas legales están creados
para que los tramposos y los ambiciosos hagan el peor uso de ellos.
John Stone (Interpretado por John Turturro en la serie de
HBO) y Billie McBride tiene muchas similitudes, divorciados, en el borde de la
salud mental, ambos se dedican a atender pequeños casos, si es que tienen
alguna actividad, a defender prostitutas y a sobrevivir en una vida que al
parecer los ha derrotado, volviéndolos lo que parece ser cínicos y tratando de
ganar un caso en primera instancia por oportunismo y dinero, y más tarde por
orgullo, por reto y como en el caso de McBride por amor. John Stone resulta más
patético que McBride porque padece una dermatitis atópica y tiene como mascota
un gato, al que es alérgico, mientras que McBride se limita a ser acompañado
por un perro callejero y una botella de bourbon barato. Los abogados perdedores
y vapuleados, son reflejo de una sociedad que está podrida en los más esencial
de sus raíces; la Justicia. No hablamos de corrupción, hablamos simplemente de
un sistema que en más de una ocasión ha sido derrotado por las mismas lagunas e
inconsistencias que tiene y que permiten a los abogados burlar la justicia y
burlarse de ella.
Las series y películas sobre abogados son un tema recurrente
en Estados Unidos, incluso se ha acuñado ya el nombre de legal drama para describir a este subgénero que en la mayoría de
las ocasiones cae dentro de la categoría del melodrama. Siempre se distinguen
por un gran discurso final de cierre del juicio y de la inevitable victoria del
débil. En el caso de Goliath, visto a
grandes rasgos, no hay sólo un malvado
hay muchos y todos actúan por diferentes razones; una gran corporación motivada
por la ambición, un arrogante y despiadado abogado, una abogada llena de
desprecio hacía la vida, un hombre que sólo quiere resarcir de la mejor manera
el daño que ha hecho a la sociedad por su excelente praxis de la abogacía.
En Goliath lo que
resulta apabullante es lo torcido de la ley y la justicia en ese sistema
estadounidense en donde todo, absolutamente todo se convierte en una
competencia donde alguien tiene que ganar y donde, en el caso de la justicia,
generalmente gana es el abogado y el que pierde es el ciudadano de a pie y la
sociedad norteamericana. El caso en sí o las particularidades del juicio, o sea
el acusado y el acusador por lo general han pasado a ser irrelevantes.
Los creadores de Goliath
a partir de una historia trillada y maniquea como tienden a ser estos
dramas legales, no en balde David E. Kelley es el creador de numerosas y
exitosas series de abogados desde las serias como LA Law, Boston Legal o The practice, hasta cosas muchas más ligeras
y se podría decir que hasta un chick flick legaloide como Allie McBeal. Mientras que Shapiro quien en realidad es un abogado
y trabajó como abogado defensor ha escrito capítulos para algunas de las series
de Kelley, así como novelas y libros acerca de la abogacía.
Hay que reconocer que además de una buena pluma, que conoce las características y lugares comunes tanto del drama legal, como del
melodrama, lo que hace que la serie se convierta en algo sobresaliente son las
actuaciones, Billy Bob Thorton, William Hurt, Maria Bello, que interpreta a la
ex esposa de McBride y socia de la bufete de abogados, Nina Arianda, que
interpreta a una abogada principiante y egresada de una pequeña escuela; Patty
Solis-Papagian, una mujer ambiciosa, pragmática
y solidaria con sus conocidos quien es la que incita a McBride a llevar el caso
contra una gran empresa. Molley Parker (Callie Senate) y Olivia Thirby (Lucy
Kittridge), abogadas cortadas por la misma tijera a diferentes edades y sólo
piezas en el tablero, aunque ellas creen y pueden alterar por sí solas las
estrategias y Tania Raymonde que hace el papel de Brittany Gold, una prostituta
de poca monta a la que McBride representó y ayudó a ganar por lo menos un
juicio y a la que McBride recurre para ayudarlo a organizar el caso.
No hay nada nuevo bajo el sol y menos en una serie como Goliath, son las actuaciones y la
creatividad y certeza de la pluma al escribir a los personajes las que la
definen, las que la hacen que valga la pena verla.
publicado en roastbrief.com.mx el 27 de febrero de 2017
imagen amazon.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario