Frank Underwood en la quinta temporada por momentos vuelve a parecer el personaje ingenuo y débil de las temporadas anteriores lo que lejos de construir sobre la trama, la entorpece.
Armando Enríquez Vázquez
Seguir adelante en la lectura es un acto de libre albedrío,
hay los suficientes spoilers para echarte a perder la quinta temporada de House of Cards, pero también puede ser
una forma rápida de enterarte a grandes rasgos de porque no debes perder trece
horas de tu vida en verla.
La quinta y más reciente temporada de la más importante de
las series de Netflix, la que cambió la manera en que vemos el entretenimiento
en materia de series, no es ni la sombra de aquella primera entrega que nos
mostró como una obra maestra de la televisión inglesa se podía adaptar a los
por lo general autocomplacientes guionistas light del entretenimiento
norteamericano, aunque, debo reconocer que es por mucho más inteligente y
atractiva que las dos entregas anteriores y por lo tanto tiene un par de
momentos dignos de verse más de una vez.
Después de dos años de letargo Frank Underwood tiene un par
de secuencias dignas de las primeras dos temporadas, cuando conocimos a ese
despiadado y ambicioso político capaz de asesinar con tal de obtener el poder.
Claire Underwood aunque por momentos también está a la
altura del personaje que se dibujó a lo largo de cuatro temporadas, parece por
momentos perder toda su humanidad para volverse un triste espejo que refleja
una versión femenina de Frank acartonada y estereotipada. Pero también en más
de una ocasión el personaje se desdibuja y parece no tener nada que ver con la
fría mujer que por décadas planeo junto con su marido sacrificar el tener una
familia por llegar al poder.
La quinta temporada trae de regreso a personajes memorables
de la serie; como el presidente Garret Walker. El presidente ruso Petrov y
Raymond Tusk, más en lo que parece un desfile de despedida, al más puro estilo
de cierre de una serie gringa, que algo realmente relacionado con la trama de
la temporada. Los guionistas y productores prefirieron olvidar a personaje que
realmente hubiera sido interesante ver desarrollarse en una quinta temporada
con los hilos dramáticos que esta tiene, como el grupo de mujeres demócratas encabezadas
por la fiscal Dunbar y Jackie Sharp que tendrían mucho que hacer en el caso de
las elecciones intervenidas que llevan a Underwood de nueva cuenta a la
Casablanca y sobre el hecho de Claire convirtiéndose en la vicepresidenta del
gobierno de su esposo. La llegada de nuevos personajes más perversos,
inteligentes y obsesionados por el poder que Frank que por momentos vuelve a
parecer el personaje ingenuo y débil de las temporadas 3 y 4, lejos de
construir sobre la trama, la entorpecen, debilitan a Frank y a Claire. Una
trama que por laxa y telenovelesca; Underwood aventando a la secretaria de
estado Durant por la escalera o Claire envenenando a Peter Yates el escritor
amante de los dos Underwood, transforma lo maquiavélico de las primeras dos
temporadas en un melodrama barato y sin pies ni cabeza. A pesar de ello la
quinta temporada de House of cards tiene
una última vuelta de tuerca interesante que le regresa cierta estatura a Frank
Underwood, junto con el monologo con el espectador que el presidente Underwood
pronuncia en los momentos finales del penúltimo episodio de la temporada cuando
comparece frente al comité del senado que lo juzga.
Y el frío aparte de Claire haciendo saber al espectador el
desprecio que siente por él y como ha sido consciente desde un inicio de
nuestra presencia a través de la pared de cristal. El capítulo final de la
temporada tristemente vuelve a apresurar las cosas para crear una serie de cliffhangers
y la frase de Claire Underwood que podría anunciar la sexta temporada.
Alguna vez se habló de que la quinta sería la última
temporada de la serie, sin embargo, quedan demasiado cabos sueltos para que así
sea, Frank estableciendo un poder más allá del poder, Doug siendo acosado por
Hammerschmidt, el periodista del Washington Herald que finalmente tras tres
temporadas está más cerca que nunca aclarar el asesinato de Zoe Barnes y El
asesinato de la asesora de la vicepresidente; Leann Harvey.
Hay que saber retirarse a tiempo y con honor y para la más
icónica de las series de Netflix eso debió haber sucedido dos temporadas atrás,
mientras Frank Underwood iba ganando.
publicado en roastbrief.com.mx el 5 de junio de 2017
imagen Netflix.com
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