En su discurso la noche de su victoria, López Obrador, marcó una línea donde para lograr el bienestar de los mexicanos, primero habrá que pensar en los pobres. ¿Será esa la línea del próximo presidente?
Armando Enríquez Vázquez
No voté, ni simpatizo con el candidato ganador de la
presidencia de México y mucho menos con su muy personal forma de interpretar a
la Izquierda desde el protestantismo.
Hecha la aclaración vale la pena que como mexicanos hagamos una
serie de reflexiones acerca de lo que sucedió durante el pasado proceso
electoral y sobre el papel de todos en el nuevo México de López Obrador y su
partido Morena.
Lo primero que debemos considerar es que a diferencia de los
otros tres presidentes que hemos tenido en este siglo, Andrés Manuel es el
único que pude decir que ganó con los votos de la mayoría de los mexicanos,
esto que podría parecer trivial o anecdótico, es todo lo contrario, representa
un hecho de la mayor relevancia, porque a diferencia de las presidencias de
Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, López Obrador es
verdaderamente un presidente que representa a los mexicanos. El 46% que no
votamos por él, deberemos aprender a convivir desde nuestra oposición con el
régimen, pero respetando democráticamente la elección de nuestros compatriotas
que en mayoría eligieron en las urnas al presidente de la nación. Nos guste o
no López Obrador es el primer presidente legitimo gracias a una votación que le
otorga el apoyo de la mayoría de los mexicanos. Una mayoría tan cansada con el
PRI y con el PAN que también decidió otorgarle la mayoría absoluta en el
Congreso de la Unión y 5 de las nueve gubernaturas en juego el pasado 1º de
julio.
Por lo mismo le pido al próximo presidente que reflexione en
la necesidad de modificar la constitución y en materia de reforma política
proponer la necesidad de una segunda vuelta para quien gobierne el país una vez
que termine el sexenio de López Obrador lo haga con una mayoría mayor al 50 %.
En su discurso en el hotel Hilton la noche de su victoria,
el ganador de la presidencia de México, marcó una línea donde para lograr el
bienestar de los mexicanos, primero habrá que pensar en los pobres. Esta idea
es una promesa que de ser cierta cambiará a nuestro país de manera radical y
para bien. Reducir la brecha entre ricos y pobres es una utopía a corto y
mediano plazo, pero dar las armas para que esto sucede es una de las nobles
labores que puede realizar el gobierno de alguien que declaró su legitima
ambición por pasar a la historia como un buen presidente. Esas aspiraciones
compartidas con casi todos los que se han sentado detrás del escritorio
presidencial han tenido no se han concretado desde la presidencia de Lázaro
Cárdenas para algunos, o López Mateos para otros. Los que rebasamos la quinta
década no hemos conocido un buen presidente para México.
La idea de la autosuficiencia alimentaria y de consumo es
otra utopía y tan lo es que López Obrador ya habló telefónicamente con Donald
Trump, para tender los puentes de la relación con nuestro principal socio
comercial y vecino. A pesar de ello que López Obrador quiera hacer al campo
mexicano productivo de nuevo es una muy buena idea y será la primera vez en más
de 40 años que un presidente lo hace, si lo llega hacer y de esta manera provocar
el bienestar de los campesinos y una mejor vida para uno de los sectores de la
población más olvidados por tecnócratas y panistas. Pidámosle al presidente
leyes que eliminen a intermediarios y especuladores que se nutren del trabajo
de otros.
La contrarreforma educativa debe proponer que la educación
sea un elemento para crear ciudadanos productivos, conocedores de los temas
actuales y una vez más generadora del bienestar de los ciudadanos, para que
como pretende el presidente los más beneficiados sean los pobres.
Andrés Manuel se comprometió ante la audiencia la noche de su triunfo a
respetar a la oposición y la libertad de expresión algo que no hizo cuando fue
jefe de gobierno de la Ciudad de México, ni como en sus 18 años de candidato.
Es fundamental que aprenda a vivir con los críticos, con la sociedad civil, con
los opositores y hasta con los intransigentes que nunca faltan es parte de ser
un líder demócrata.
Prometió acabar con la corrupción y la impunidad, y si bien
se dice que pactó con el PRI su triunfo, si realmente tiene la intención de
mostrarse como un hombre recto y que actuará contra la impunidad es muy
importante que lo demuestre encarcelando a muchos de los políticos que durante
el sexenio de Enrique Peña Nieto se han enriquecido a costas del erario y de
los mexicanos.
Ahora es cuando se debe mostrar como el estadista y líder
que dice y quiere ser, el amor no tiene nada que ver con la justicia. Las
buenas intenciones se acaban cuando se debe demostrar que se quiere un México
mejor, mas humano, menos corrupto, menos injusto porque las acciones que lo
llevarán a ser ese buen presidente que quiere ser no serán del gusto de todos.
Espero que López Obrador se deshaga de la cercanía de sus hijos, pues esto se
presta a todas las suspicacias posibles. La creación de clientelas a partir de
dádivas es una tentación que le encanta a los partidos en nuestro país espero
que este no sea el caso de los primeros anuncios del futuro presidente.
Aunque desde mi particular punto de vista, uno no hace las
cosas pensando en los libros de historia, en el caso de un político, me
imagino, las decisiones y las acciones se toman desde el pensar en el bienestar
de los gobernados y no de los laureles dorados de una biografía. Aún si la
motivación de López Obrador es esa, esperemos que los actos nos muestren que
también se preocupa por los 32 millones de mexicanos que votaron por él y los
otros más de 20 millones que no lo hicimos.
No se trata de oponerse a todo, ni de menospreciar al nuevo
presidente, todos somo parte de México y queremos que al país le vaya bien, que
al presidente le vaya bien para que nos vaya bien a todos, pero les pido a
todos que no pensemos una vez más que el presidente es un salvador o mesías
como lo hemos hecho durante tantas décadas.
publicado en blureport.com.mx el 6 de julio de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario