La importancia de
esta mujer que descubrió y trabajó en el sitio arqueológico más importante de
Transilvania apenas está siendo revalorada.
Armando Enríquez
Vázquez
La historia del descubrimiento de uno de los sitios
arqueológicos más importantes del este de Europa está relacionado íntimamente
con la vida de esta olvidada mujer que lo descubrió y al final de su vida donó
toda su colección de piezas encontradas al Museo Nacional de Historia de
Transilvania ubicado en la actual ciudad de Cluj-Napoca.
No cabe duda los años de un comunismo destructor de la
identidad popular en aras de construir identidades nacional e ideológica
correctas afectaron el conocimiento de la historia y los personajes que
habitaron muchos de los países detrás de la cortina de acero. Pero también la
división geográfica y el surgimiento de nuevas naciones olvidando a las
antiguas, contribuyó a esa manipulación de la historia. Tampoco en Occidente sabemos
mucho acerca de la historia de estas naciones y el conocimiento de su pasado
también nos ha sido negado. Una importante cultura antigua habitó en lo que hoy
conocemos como Serbia y parte de Rumania, en específico en la región de
Transilvania que asociamos directamente con la leyenda del Conde Drácula. Uno
de los mayores asentamientos de esta cultura fue descubierto y estudiado por
una singular mujer llamada Zsofía Torma quien fue autodidacta y gran promotora
entre los científicos de la época de sus hallazgos.
Zsofía nació el 26 de septiembre de 1832 en la aldea de
Cristestii Ciceului en lo que es hoy Rumania y en aquellos años era el imperio
Austriaco. Su familia era una de las familias de la aristocracia de
Transilvania. Su padre tenía un gran interés por la historia antigua y fue
durante sus excavaciones de una fortaleza romana conocida como Arcobara a las
que llevaba a Zsofía y su hermano Karoly que estos desarrollaron su interés por
la arqueología, esto de acuerdo con los testimonios dejado por Zsofía y
rescatados por la investigadora rumana Laura Coltofean quien se ha dedicado a
investigar a fondo y dar a conocer la biografía de Zsofía.
En su primera etapa la educación de Zsofía Torma se llevó a
cabo en su casa, en 1844 a los doce años ingresó en una escuela para mujeres.
En 1850 murió su madre y dos años después una de sus hermanas mayores. Las
pérdidas sumadas al ambiente de incertidumbre que vivió previamente durante la
llamada época de las revoluciones cuando por unos años Hungría logró
independizarse la marcó, pues cayó en una fuerte depresión, algo que se
acrecentó once años después cuando murió su padre y a pesar de ser una mujer
adulta Zsofía sólo logró salir de ella cuando su hermana la llevó a vivir con
ella y juntas se hicieron cargo de la educación de los hijos de la hermana.
En 1871 Zsofía se mudó a la ciudad de Orastie, los hijos de
su hermana habían crecido y Zsofía ya no era necesaria. Esto puso a prueba su
propensión a la depresión, pero Zsofía supo canalizar sus problemas emocionales
dedicándose primero a la paleontología y a la geología. Aunque se desconoce
realmente en lo que consistieron sus trabajos en estas dos áreas, se sabe que
recolecto una gran cantidad de fósiles algunos de los cuales envío a
paleontólogos y uno de ellos en especial, un molusco de concha cónica, que envío
a Gyula Halaváts, uno de los más reconocidos geólogos y paleontólogos húngaros
de la época, era de una especie hasta ese momento desconocida y Halaváts lo
bautizó científicamente Terebra sophiae en
su honor.
Pero la vida de Zsofía Torma tomó un giro hacía la
arqueología en septiembre de 1876 cuando atendió al 8º Congreso Internacional
de Historia Antigua y Arqueología que se llevó a cabo en Museo Nacional de
Hungría en Budapest. Zsofía que pertenecía desde años antes a diferentes
organismos científicos en materia de paleontología, pero la arqueología se
convirtió a partir de ese momento en su prioridad. En 1875 Zsofía comenzó a
visitar la región de Turdas donde descubrió evidencias de la existencia de una
antigua cultura, su informe apareció ese mismo año en los principales diarios
de arqueología de Hungría.
Los descubrimientos de Zsofía Torma en Turdas demostró que
el pueblo que habitó Turdas y la región cercana se trataba de la antigua
cultura Vinca. En el congreso Zsofía logró hacer una serie de contactos que se
interesaron por sus hallazgos. Al no ser una profesional, en sus papeles hacen
falta detalles como la capa estratigráfica en que se encontraron las piezas que
halló en sus investigaciones. Pero la importancia de sus descubrimientos, tanto
del número de piezas como de sitios arqueológicos la convierten sin duda en la
primera arqueóloga rumana.
La importancia de su obra es innegable, pero se ha
minimizado desde los mismos tiempos en los que vivía cuando su género y sus
raíces rumanas y en especial transilvanas la convirtieron en blanco fácil de la
indiferencia de sus colegas húngaros, pero ella gracias a esos contactos
internacionales que hizo durante el Octavo Congreso pudo hacer llegar sus
hallazgos a estos investigadores a los cuales incluso regaló piezas, también
publicó artículos sobre sus hallazgos y sus teoría en las que proponía que los
más antiguos habitantes de la región de Turdas fueron los tracios que venían de
Troya por la similitud entre los artefactos encontrados por ella y otros de
origen troyano, asimismo llegó a proponer la continuidad de la cultura de la
antigua Mesopotamia que se habría de acuerdo con características de sus
hallazgos y tradiciones que aun se conservaban en los pastores de Transilvania,
perpetuado de una manera directa en aquella región del este de Europa. Algo contrario
a la opinión de los arqueólogos húngaros que pretendían encontrar nexos entre
las antiguas culturas de la región con las culturas germánicas. Algunas de sus
obras fueron publicadas y tuvieron una buena recepción entre los arqueólogos
alemanes e ingleses. Desgraciadamente el libro que tenía preparado dando a
conocer las conclusiones de sus investigaciones nunca fue publicado.
Zsofía Torma murió el 14 de noviembre de 1899. Unos meses
antes, en mayo, la Real Universidad Húngara Franz Joseph, la segunda más
importante del Imperio Austro-húngaro le concedió el doctorado Honoris Causa. Título que no recibió
pues murió antes de la ceremonia de entrega. Gran parte de su colección arqueológica
forma parte del Museo Nacional de Historia de Transilvania.
publicado en mamaejecutiva.net el 5 de septiembre de 2018
imagen wikipedia.org
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