El negocio del futbol
soccer ha pertenecido por décadas a los canales de televisión privada, ahora
que la televisión de paga tiene derechos sobre algunos equipos, la crisis de
las televisoras los obliga a chillar.
Armando Enríquez
Vázquez
El viernes 8 de febrero durante la conferencia mañanera del
presidente López Obrador, una periodista sembrada por alguna de las televisoras
privadas preguntó al presidente como se piensa actuar contra el monopolio de
Disney que controlará los canales deportivos de paga en México, pues ESPN es
parte de Disney y la adquisición de Fox en Estados Unidos contempla el canal
deportivo de Fox en América Latina.
La periodista desvió la atención de los problemas nacionales
al problema particular que enfrentan hoy las tres televisoras nacionales ante
la llegada de un nuevo monstruo de la televisión deportiva. Hoy Televisa, TV
Azteca e Imagen TV dueños de clubes deportivos de futbol creen ver amenazada su
hegemonía corrupta sobre el futbol mexicano, y deciden poner en la plataforma
del gobierno federal para intentar de manipular el nacionalismo ramplón de
López Obrador y la Cuarta Transformación para intentar un bloqueo a ESPN que es
la cadena de Disney que según los rumores tomará las riendas de Fox Sports en
nuestro país y en todos los países de habla hispana del continente.
Las audiencias de las televisoras privadas abiertas crece
con la transmisión de los juegos de futbol, como sucede en la mayoría de las televisoras
del mundo y en realidad se convierten en los únicos espacios que les son
verdaderamente redituables a las mismas. Y lo que más debe preocupar a las
televisoras es que la liga femenil está cubierta por las televisoras de paga,
pues quedan totalmente fuera del pastel económico de esta liga que esta
creciendo de manera exponencial en audiencias debido a la calidad de juego y de
las jugadoras a comparación de la mediocre liga varonil.
Pero lo más curioso que Televisa fue la primera en cobrar
por ciertos partidos en sus plataformas de televisión de paga y ahora cuando
como empresa se encuentra en la peor crisis de su historia que amenaza con
acabar con ella comienza a llorar. Esta es la misma empresa que con su bancada
en el Congreso de la Unión bloqueo el crecimiento del espectro de televisión
con tal de no darle un espacio en el aire a Carlos Slim.
Si bien el presidente dio, como es su costumbre, una
respuesta vaga e imprecisa, al otro día tanto los diputados y senadores metieron
el tema en la agenda de las cámaras, lo que demuestra la existencia de las
telebancadas a pesar de lo que dice el presidente del conflicto de intereses.
Lo mismo sucedió con medios afines a la empresas de televisión como sucedió con
El Universal en su primera plana del domingo.
Nadie ha hecho más daño a los deportes en México, a su promoción
y a la corrupción del futbol que Televisa y lo logros reales de este deporte han
sido nulos en toda su historia. Fue Emilio Azcárrga Milmo a través de su
empresa Televisa la que se encargó de convertir al futbol en el deporte
favorito de los mexicanos porque para él resultaba un negocio millonario como
dueño de un equipo de futbol, el primero en abollar un poco la corona fue José
Ramón Fernández desde IMEVISION, más tarde los primeros golpes duros vinieron
al crearse TV Azteca y adquirir a equipos como el Morelia. Más tarde cuando
Slim compró el León y se lo llevó a Fox Sports junto con el Pachuca por las
condiciones leoninas del duopolio, finalmente la llegada del rebelde Vergara
con sus Chivas y todos los negocios que ha hecho a costillas de la incapacidad
de Emilio Azcárraga Jean a quien no se ha cansado de verle la cara y sacarle
millones de dólares. La compra del club Querétaro por parte de Imagen TV, representó
la ultima fragmentación de un pastel que no es tan interesante ya cuando
alguien tiene que transmitir los juegos del Veracruz o de otros equipos
mediocres y sin afición que sólo representan más gastos que regalías.
Pretender que el
gobierno intervenga en favor de las empresas que no pueden mantenerse de otra manera,
es una vergüenza y habla del tipo de favores a los que las empresas de
televisión están acostumbradas a recibir del gobierno, es la peor de las
estrategias posibles, pues puede provocar un choque de frente, otro con el
gobierno de Estados Unidos que busca pretextos para sabotear el acuerdo
comercial de América del Norte. Mantenerse primero como un monopolio, después como
un duopolio y hoy con tres canales con cobertura de cadena nacional cimentados en
el servilismo al gobierno y la poca creatividad de su producción que en el mejor
de los casos resulta mediocre, cuando no vergonzante como el caso del Canal 6
de la Ciudad de México propiedad de Multimedios, la televisión privada no puede
mantenerse de los favores del gobierno, en la teoría de la Cuarta
Transformación ni siquiera debería ser posible.
Mal haría el presidente en meterse en un tema que es del
sector privado, pero si ya se puso a mediar en las ligas de Beisbol, no dudaría
que en su espíritu mesiánico y totalitario intente meterse en el asunto. Espero
equivocarme.
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