Netflix empeñado en dar salida por medio de su plataforma a diferentes producciones de cine documental de gran calidad estrenó en enero pasado un extraordinario e impactante documental
Armando Enríquez Vázquez
De las historias de horror que surgen de la psicopatía de la
sociedad moderna, la contada por el documental de Netflix “Abducted in Plain Sight” (Abducida a plena vista) jugando con la
palabra “Abducted” en su sentido de secuestro, así como se utiliza para narrar
el supuesto rapto de seres humanos por entes extraterrestres, es sin lugar a
dudas una de las más delirantes que existen.
La anécdota es en principio sencilla; una adolescente de
doce años secuestrada por un carismático vecino y llevada por diferentes
lugares de Estados Unidos y México, en dos ocasiones, con duración de meses bajo
la complicidad tácita, ese silencio que aniquila, el egoísmo, el miedo y la
estupidez de todos aquellos adultos que se vieron involucrados en la terrible
historia que destruyó parte de la vida de Jan Broberg.
Netflix empeñado en dar salida por medio de su plataforma a
diferentes producciones de cine documental de gran calidad estrenó en enero
pasado, este extraordinario documental que se presentó en las pantallas de Estados
Unidos en 2017 y ganador de diferentes premios cinematográficos en 2018.
Dirigido por la documentalista, productora y escritora Skye
Borgman la cinta nos muestra a los protagonistas de un crimen que encuentra sus
raíces en una serie de ideas preconcebidas de la sociedad norteamericana blanca
y anglosajona de los pueblos perdidos. La argumentación criminal premeditada,
fríamente planeada y descarnada de quien desde una personalidad atractiva y de
líder puede manipular a todos los seres cercanos a su objetivo pensando en
todas las posibilidades futuras, para que las cosas jueguen de manera perfecta
en su acción criminal.
Robert Berchtold con su familia llegó a vivir a la comunidad
de Pocatello en Idaho y se instaló ahí, pronto hizo migas con sus vecinos los
Broberg, miembros como él del culto mormón, y se obsesionó con la hija mayor de
los Broberg; Jan, a la que visitaba con frecuencia, platicaba con Jan y sus dos
hermana y les contaba historias acerca de un tema que apasionaba a Berchtold;
los platillos voladores y las civilizaciones extraterrestres. Robert Berchtold
construyó lazos y fidelidades entre los diferentes miembros de la comunidad, y
de la misma manera al interior de la familia Broberg, lo que permitió a
Berchtold secuestrar a Jan en 1974, cuando la niña tenía sólo doce años con el
pretexto de llevarla a montar caballos y con el permiso de su madre. Berchtold
drogó a la joven y desapareció con ella por meses. A Jan le contó y armó todo
un circo para convencerla de que ambos habían sido abducidos por
extraterrestres, argumento que con el paso de los días sirvió a Berchtold
violar a la joven.
El secuestro terminó cuando Berchtold fue detenido en
Mazatlán tras haberse casado con Jan de tan sólo doce años. Extraditado a
Estados Unidos y listo para ser enjuiciado Berchtold fue exculpado por los
Broberg, Tanto la madre, como el padre de la joven sostuvieron algún tipo de
relación sentimental con Berchtold, lo que le permitió tener una forma de chantajearlos.
En 1976 volvió a secuestrar a Jan quien vivía aterrorizada
en casa de sus padres, convencida de la misión alienígena de la que formaba
parte junto con Berchtold y que tenía que ser finalizada. Las supuestas
amenazas que los seres de otro planeta le hicieron por si llegaba a revelar a
sus padres su existencia o la misión que ella y Berchtold tenían que llevar a
cabo, la hacían vivir en constante temor.
La historia no deja de ser un retrato detallado de una
familia, de las relaciones sociales de la humanidad. De esa idea de la sociedad
norteamericano de que todo el mal viene del exterior, aunque los testimonios
tanto del padre, como de la madre de Jan nos demuestran la enorme culpa que
ambos tuvieron en toda la trama que afectó a su hija. Todos los personajes
adultos en el momento del secuestro de esta historia cuentan de manera
extremadamente civilizada no sólo el crimen, pareciera que no existió ningún
momento de angustia en ellos, si no con una calma y una seguridad de una
inocencia muy cuestionable en todos y cada uno de ellos. Pero lo que cuentan
nos demuestra que las únicas víctimas fueron las tres hijas de los Broberg,
pero obviamente y muy claramente Jan.
Leyendo sobre esta mujer me entero de que es actriz y ha
aparecido en películas y series de televisión desde 1992. Ha dado entrevistas y
escrito un libro acerca de su experiencia, siendo siempre muy abierta acerca
del crimen del que fue víctima. Lo que nos muestra que Jan pudo en algún grado
la situación más que traumática que sufrió en los años setenta.
“Abducted in Plain
Sight” es la película de terror de la que nadie quiere formar parte, porque
sabemos que no es un argumento de ficción, aunque lo parezca. Se trata de una
historia macabra nacida en la mente retorcida de un hombre obsesionado por
hacerse de una niña, a la que aterrorizó con su cuento de los seres de otro
planeta hasta el año de 1978 cuando la Jan tenía 16 años y ya se había desecho
de su secuestrador y a la que sus padres consciente o inconscientemente
entregaron a su secuestrador por egoísmo. Una reflexión acerca de una sociedad
donde los monstruos no necesariamente tienen cuernos y habría que agregar que
muchas veces son los propios padres los que están dispuestos a enviar a sus
hijos directo a la boca del lobo, ciegos y llenos de motivos personales para
traicionar su misión más que terrestre de proteger a sus crías. En la vida
real, el melodrama no forma parte de la ecuación.
publicado en roastbrief.com.mx el 18 de febrero de 2019
imagen Netflix
No hay comentarios:
Publicar un comentario