Una de los mayores fake news del siglo y de los últimos
treinta años es todo lo que se dice y esparce de manera negativa acerca de los
cultivos transgénicos.
Armando Enríquez
Vázquez
Hace unos meses la senadora Jesusa Rodríguez, en la vida
real directora teatral y empresaria cultural, subió un video maniqueo en el que
personas de su compañía teatral disfrazadas de las figuras olmecas de la
ofrenda 4 de La Venta sirven de escenografía para un discurso sesgado y mal informado,
al final del performance aparecen dos personajes de tipo alienígena mientras
ella habla a favor del maíz y en contra del maíz transgénico, lo único que
realmente demostró la senadora fue su gran ignorancia acerca de lo que
realmente es el maíz transgénico y las intenciones que tiene la señora para
manipular a la opinión pública desde el poder que le otorga su escaño. La
senadora como la mayoría de los funcionarios de la 4 T es ignorante en temas
científicos porque de principio desprecia a la ciencia y se basa en las fobias
y miedos sin sustento que organismos falaces como Greenpeace intentaron y
continúan difundiendo en contra de los transgénicos basados exclusivamente en
el problema real que representa el costo y las ganancias que generan de manera
directa estos cultivos a empresas privadas, antes que, a los campesinos, lo que
siempre tiene solución. Algo que sigue sin entender el gobierno que preside
Andrés Manuel López Obrador; fomentar la ciencia y la investigación implica
ganancias económicas. No se puede desechar la certeza de la ciencia por infundadas
y quiméricas creencias y sospechas.
Afortunadamente para los mexicanos aún existen instituciones
como el Colegio Nacional y como el Doctor Francisco G. Bolívar Zapata, miembro
del Colegio Nacional, fundador del Centro de Investigación sobre Ingeniería
Genética y Biotecnología de la UNAM, hoy Instituto de Biotecnología y, sin
duda, uno de los más distinguidos científicos e investigadores de nuestro país
en la materia, durante la década de los años setenta del siglo pasado fue parte
de un grupo de científicos que trabajó en San Francisco, California y lograron
a partir de ingeniería genética que un grupo de bacterias sintetizaran de
manera transgénica diferentes proteínas humanas como insulina que producida de
esta manera se utiliza en medicamentos para combatir la diabetes. El Colegio
Nacional y el Doctor Bolívar Zapata ofrecen periódicamente a los mexicanos
conferencias de divulgación científica sin costo, no videos maniqueos, acerca
de las bondades de los transgénicos, el Doctor contestó preguntas del público
en la más reciente a diferencia de lo mudo y soberbio que resulta un video en
estos tiempos de las benditas redes sociales.
Bolívar Zapata explica de manera clara por qué es importante
utilizar los transgénicos en nuestro país y sobre todo como lograr que
independiente de los beneficios directos a la población y agricultores que este
tipo de organismos implica, se logren en materia de investigación las patentes
para que estas beneficien a mexicanos y a la economía del país.
Lo primero; los transgénicos lejos de afectar nuestra salud,
son benéficos a la salud de manera directa para los agricultores y trabajadores
agrícolas y también para los consumidores. La ingeniería genética ha logrado
que algunas plantas sean resistentes a los insectos lo que impacta de manera
directa en el uso de los tóxicos insecticidas que utiliza la agricultura el día
de hoy con sustancias prohibidas en Europa como el Malatión que son
cancerígenos y permanecen en la planta para desgracia de trabajadores agrícolas
y consumidores y por los que debería estar preocupada la teatrera disfrazada de
política.
En México está prohibida la producción de maíz y soja
transgénicos, pero como resaltan muchas notas en los portales de diarios
nacionales, los mexicanos de cualquier manera consumimos una gran cantidad de
maíz y soja transgénicos, ya que hace muchos años dejamos de ser
autosuficientes en la materia alimentaria y estos productos se importan de
países que si permiten cosechar transgénicos. Entonces el discurso de la Senadora
y del gobierno o de instituciones como Greenpeace resultan pura demagogia, algo
de lo que ellos son conscientes y por lo tanto sólo sesgan la información para
beneficio propio o político. El principal afectado de esta prohibición es el
campesino que cada vez obtiene menos ganancias de su cosecha que es vulnerable
a diferentes plagas de insectos, insectos que van desarrollando resistencia a
los químicos, lo que obliga a un uso en mayor concentración del mismo y termina
minando la salud de los campesinos. Eso sin contar la menor rentabilidad que esto
provoca, algo que no es ignorado por los grupos en contra de los transgénicos
pero que prefieren obviar. Desgraciadamente se convierten entonces en buhoneros
de la pobreza.
A lo largo de más de 30 años de cultivos transgénicos no se
ha reportado un solo caso de impacto negativo en la salud de trabajadores
agrícolas o de consumidores, también los estudios de investigadores en
ambientes controlados así lo demuestran. Pero sobre todo hay transgénicos que
impactan de manera directa y benéfica en las políticas de salud de los países;
el poder crear insulina a través de transgénicos ha beneficiado de manera
importante a países como el nuestro donde la diabetes es sin duda una de las
enfermedades más comunes y con altas repercusiones en el sistema de salud y
económicas en el país. Lo mismo sucede con el interferón que se utiliza para combatir
ciertos tipos de cáncer.
En México se cultiva algodón transgénico desde 1996 con
excelentes resultados y nulo impacto negativo para los trabajadores agrícolas o
los consumidores, este tipo de algodón ha permitido mejores cosechas y hasta
antes de la llegada de la 4 T se esperaba recuperar la autosuficiencia en
materia de algodón tanto para textiles, como para elaboración de aceite y como
forraje en los próximos años, algo que no sucede en más de cuatro décadas.
Incluso las proyecciones del año pasado pensaban que en unos años se podría
exportar algodón, lo que beneficia de manera directa a la economía del país. Algo
que no sucede, ni se espera que suceda con el maíz que se siembra en México y resulta
cada vez más insuficiente para el consumo nacional y más contaminado por
insecticidas, algo que la senadora y otros miembros de la legislatura
morenistas están ocultando y que tiene un impacto directo en la salud de todos
nosotros.
Otro investigador mexicano ejemplar en este campo es el Doctor
Luis Rafael Herrera Estrella, actual Director del Laboratorio Nacional de
Genómica para la Biodiversidad, que ha trabajado y ganado innumerables premios
y reconocimientos a nivel mundial por sus aportaciones en el campo de los transgénicos
y de las que escribiré en futuros textos.
Existe en la actualidad una carta firmada por más de 140
ganadores del Premio Nobel apoyando a los transgénicos y denunciando a
organizaciones falaces de ultraderecha como Greenpeace que obviamente ha
protestado y acusado a los científicos de querer desprestigiarlos. Pero seamos
claros en ese sentido Greenpeace no se apoya en ningún científico, ni en ninguna
investigación seria, únicamente en una campaña que su directora Ayesha Imam,
una socióloga que nada o poco sabe de ciencias exactas, apoya en fobias y
dichos no comprobados, y aunque Greenpeace ha logrado a lo largo de las décadas
convertirse en punta de lanza de ciertas campañas ambientalistas y ecológicas,
la forma en que falsean y sesgan la información acerca de otras actividades
humanas como es el caso de los transgénicos surge de una gran ignorancia
voluntaria en temas científicos.
Los transgénicos como todo claro que tiene un lado negativo;
el que la investigación genere patentes y estas a su vez propiedad intelectual
de los logros y descubrimientos y esto genera una riqueza que muchas veces no llega
de manera directa a los productores agrícolas y que encarece la semilla, el
aumento en la producción, aunque la menor o nula inversión en otros insumos compensa
de manera benéfica en el agricultor. Lo que se necesita es el apoyo de la
legislación y de los organismos como CONACYT para el desarrollo de transgénicos
en nuestro país que generen patentes y de manera directa riqueza para el Estado
Mexicano.
En México existe una sola empresa privada dedicada a los
transgénicos llamada Probiomed fundada en 1970, pero debería haber muchas otras
más.
Los transgénicos no son lo que dicen que son y es
interesante e importante averiguar más al respecto antes de emitir opiniones políticas
y mal informadas.
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