La fragilidad en la que se encuentran los niños es desde hace muchos años una responsabilidad que los gobiernos evaden, la cantidad de niños que desaparecen en el país es importante.
Armando Enríquez Vázquez
Nada más impactante y desesperanzador que las fotografías de
los niños autodefensas de Guerrero, pero también es sólo otro ejemplo del
desprecio que los gobiernos incluido el federal tienen por los niños. En la
misma semana el presidente minimizó y dijo que ya había medicamentos para los
niños con cáncer en el sistema de salud pública como lo ha hecho otras veces de
manera ligera y sin importarle realmente la salud de los menores, lo que pone
al presidente y su gabinete de salud en una posición similar a la del gobierno
de Javier Duarte y su agua “cura” cáncer, con la diferencia que este gobierno
federal, no simula, simplemente niega las medicinas porque el presidente
necesita el dinero para sus redes de poder. Tristemente también la Guardia
Nacional al cargar contra los migrantes centroamericanos lo hizo contra niños
sin importarles este hecho que pone a México en el peor lugar
internacionalmente en materia de derechos humanos, pues lo único que a esta
administración le importa es obedecer las órdenes de Donald Trump.
La fragilidad en la que se encuentran los niños es desde
hace muchos años una responsabilidad que los gobiernos evaden, la cantidad de
niños que desaparecen en el país es importante. En 2017 la, ahora inútil,
Comisión Nacional de los Derechos Humanos declaró que alrededor de 70,000 niños
y niñas son víctimas de trata. Pero hay que sumar la cantidad de menores que
son parte del crimen organizado trabajando desde halcones, hasta sicarios. De
acuerdo con UNICEF 1 de cada 2 niños y adolescentes de nuestro país vive en
condiciones de pobreza y el 20% lo hace en pobreza extrema, y claro que no es
culpa de un gobierno con un año en el poder, pero tampoco tienen la menor
intención de resolver el problema, ni de enfrentar sus responsabilidades.
Todo esto habla de una derrota devastadora del estado que
inició en la década de los noventa del siglo pasado en los gobiernos del PRI y
que ni el PAN, ni Morena han podido, ni querido resolver. Hace dos años cuando
se estrenó el spin off de la serie de motociclistas Sons of Anarchy,
titulada Mayans MC, una de los arcos narrativos más interesantes de la
serie es el de los huérfanos del narco en la frontera de Baja California, que
luchan contra un cartel poderoso. Ese es el mensaje de estos niños armados del
Estado de Guerrero huérfanos porque las autoridades de ese estado han sido
rebasadas desde hace muchos gobiernos del PRI y el PRD por el crimen organizado,
algunos de estos gobernantes cercanos al hoy presidente, como el senador Félix
Salgado Macedonio, quien cuando fue presidente municipal de Acapulco por el
PRD, prefirió hacerse a un lado y dar paso franco al crimen organizado,
mientras el se dedicaba a filmar una película, cobarde e incapaz de combatir
los problemas de la ciudad costera. Ese mismo hombre amparado en su fuero, hoy
quiere dictar códigos morales a la sociedad desde su escaño.
No existe discurso político, ni postura demagógica capaz de
acabar a partir de verborrea con la realidad, con la fractura que existe en la
sociedad, con una verdad que lacera a miles de mexicanos con la muerte que se
pasea a diario en sus comunidades. Importa, claro, saber quienes son los responsables,
sí se les va a castigar, pero es más importante solucionar, para eso eligieron
a López Obrador, no para que día tras día a lo largo de un año se haga la
víctima desde el poder, algo que ni Peña Nieto.
A López Obrador, Morena y funcionarios locales de los
gobiernos de ese partido, lo único que les importa es conseguir dinero, para
crear y pagar grupos de choque azuzados por las palabras matinales de odio del presidente,
que también sirva para financiar las elecciones del año entrante. Los electores
son mayores de edad y por lo tanto al presidente y a su servil comisionada de
los Derechos Humanos, los derechos de los niños les valen un comino.
Pero el problema está ahí, en las generaciones
de niños huérfanos, desarraigados que con todas las razones del mundo, no creen
en el gobierno, en la sociedad, en los otros, generaciones de niños, niñas,
adolescentes y jóvenes mujeres y hombres que tienen una visión que en nada se
parece a la de los demás ciudadanos y menos a la del demagógico grupo de
políticos que dice “gobernar” el país.publicado en blureport.com.mx el16 de febrero de 2020
imagen: DeathToStock.com
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