La nueva
película de Mark Mylod es una feroz crítica a la sociedad de la banalidad y
estupidez en la que nos hemos convertido.
Armando Enríquez Vázquez
Zona de spoilers
después de este punto.
¡Quién no haya
visto un programa de cocina, que tire la primera hamburguesa!
La película El
Menú dirigida por Mark Mylod, quien ha hecho su carrera dirigiendo
capítulos para diferentes series de televisión entre ellas Succession, Game
of Thrones, Shameless,.
La cinta escrita
por Will Tracy y Seth Reiss especializados en comedia y sátira, resulta una historia
demoledora e irónica acerca de cómo la comida es comida y nada más.
El trailer de la
cinta vende la idea de la clásica y trillada historia del cazador, y sus
victimas humanas en una isla, pero la idea central de la cinta se centra en la
venganza, la comida y las pretensiones de los seres humanos que ya no
encuentran nada que hacer en esta sociedad de mezquindad y avaricia.
La historia se
centra en una serie de posers que viajan a una isla a degustar un menú
preparado por el famoso chef Slowik (Ralph Fiennes) una degustación de comida a
la que pocos pueden acceder y que en esta ocasión como descubrirán los
comensales no sólo es cara si no que todos ellos han sido seleccionados por el
mismo Slowik para asistir, todos con una sola excepción.
La isla está
habitada únicamente por los miembros del staff de Slowik. En la realidad la
relación entre el chef y sus empleados se asemeja más a una secta o un culto.
La devoción de cocineros, pinches, meseros, sommeliers y personal de seguridad
por Slowik es total.
Slowik es una
mezcla entre Lord Voldemort y Gordon Ramsey el neurótico, bipolar personaje de
la televisión.
La lista de
invitados incluye a una crítica de comida (Janet McTeer), y su acompañante (Paul
Adelstein) un político (Reed Birney) y su esposa (Judith Light), una estrella
de televisión en busca de revivir su carrera (John Leguizamo) y su pareja y publirrelacionista
(Aime Carrero) Tres jóvenes tecnócratas empleados de una de las empresas
tecnológicas más importantes y un sibarita egoista de nombre Tyler (Nicholas
Hoult) y quien parece ser su cita para la noche; Margot (Anya Taylor-Joy).
La presencia de
Margot parece inquietar no sólo a Slowik, si no desde un principio a su
asistente principal Elsa (Hong Chau) quien es la encargada de dar la bienvenida
a los visitantes en el muelle de la isla y darles un recorrido por la isla,
mostrarle la sustentabilidad de lo que van a degustar, así como lo orgánico de
los productos que crecen, se cultivan en la Isla y quien al conocer a Margot se
muestra sorprendida de su presencia en la isla.
Poco a poco y entre diferentes plato que no
son más que patrañas dignos de quienes gustan de ver los canales de comida y
visitar restaurantes “exclusivos” que sólo saben vender mínimas porciones por
el precio de una vaca entera, en ese sentido una de las mejores ideas de la
cinta es “el pan sin pan” que consiste en una serie de salsas que usualmente se
pondrían sobre el pan, pero sin que en la mesa se sirva una sola pieza de pan. Para
la mayoría de los comensales se trata de una burla, pero para Tyler es parte de
la enorme sapiencia culinaria de Slowik.
Todos, staff y
comensales se someten a los caprichos e ideas arbitrarias del prepotente chef, en
aras de comer las pequeñas muestras de comida de Slowik. Todos menos Margot que
es la única que cuestiona y enfrenta al chef. Esto hace que Tyler muestre su
verdadera naturaleza; mezquina, envidiosa y servil.
Margot no
pertenece al mundo de los privilegios y la prepotencia de los otros comensales,
conforme avanza la trama descubrimos que es solo una prostituta contratada por
Tyler para suplir a la persona que originalmente había invitado y con la que
tuvo un rompimiento, pero le aterró la idea de no ser admitido en la cena sin
pareja.
Una de los
momentos más importantes de esta experiencia/degustación sucede en el momento
entre platos cuando uno de los subalternos de Slowik, que intentaba ser como él
y fracasa en el intentó se suicida frente a los comensales bajo la mirada
complaciente del Cocinero en jefe.
En los últimos
años hemos visto a la comida convertirse de un fenómeno social y de convivencia
a una especie de creerse culto, no por pensar, sino por degustar, los
ejercicios de pensamiento y análisis para muchos se han convertido en meras
sensaciones; experimentación absurda sin una lógica. Los críticos culinarios
existentes desde hace décadas, se creen los críticos de arte, se sienten los
nuevos filósofos que descubren la verdad de la naturaleza en el bocado de un
cerdo cocinado.
El Menú se diferencia de aquellas cintas como El
festín de Babette, Chocolate en las que la comida es el pretexto para unir
a los seres humanos para devolverles la humanidad perdida. El Menú es la
bestialidad de los seres humanos con la comida como pretexto para disfrazarla.
Si eres amante
del humor negro y del sinsentido El Menú puede llegar a gustarte y tras
el final de la cinta y mientras las luces del cine se encienden, tal vez notes
el regusto de haber visto algo interesante.
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