jueves, 14 de agosto de 2014

Plumas notables que apoyaron alguna vez a un producto.





A lo largo de la historia de la publicidad famosos escritores prestaron su imagen para validar a diferentes productos. Estos son algunos casos.

Armando Enríquez Vázquez.

Estas cansado por todo el esfuerzo. A tus pies yace el pescado, sin que ningún tiburón lo haya mordido y tienes una botella fría de Ballantine en la mano, bebes de ella. El liquído fresco, ligero y con mucho cuerpo. Su delicioso sabor permanece en el paladar mucho tiempo después de que lo has bebido.

El texto lo escribió Ernest Hemingway en 1951 para un anuncio del ale de una cervecera norteamericana; Ballantine. Dos años después la cervecera publicó un nuevo anuncio esta vez con un texto del también novelista norteamericano John Steinbeck, que escribió un pequeño cuento sobre trabajadores del campo a pleno sol para describir los beneficios de la cerveza de  Ballantine:




 …Primero das un trago grande para acabar con la resequedad de la garganta hasta que recobras el sentido del gusto. Entonces dejas que Ale de Ballantine se deslice por tu garganta seca, como la lluvia primaveral en el desierto. La suave malta y los lúpulos se unen para combatir el calor, el polvo, el cansancio. Esa es la mayor sed que conozco y la mejor manera de combatirla.

La campaña se llamó: ¿Cómo describirías un vaso Ballantine Ale en palabras? e incluyo a otros escritores celebres a lo largo de dos años.

A pesar de lo extraño que esto pudiera parecer no lo es. Una de las medidas que se han utilizado para validar diferentes productos a lo largo de la historia de la publicidad ha sido el incluir la voz, frases o simplemente la imagen de celebridades para dar credibilidad a las marcas. Entre ellas a los escritores.




En 1898 apareció un anuncio en el que Samuel Clemens mejor conocido en el mundo literario como Mark Twain, autor de Las aventuras de Huckleberry Finn, recomendaba el uso de las plumas fuente de Paul E. Wirt. El escritor compró su primera pluma Wirt en 1886 y desde ese momento no uso ninguna otra. La competencia de Wirt envió una carta al escritor buscando su imagen y Twain ni siquiera la respondió.

Frederick Forthsyth, autor del Día del Chackal, apareció en anuncios de Rolex durante la década de los setentas y los ochenta.

Con la llegada la televisión otros escritores se unieron a la publicidad para avalar la calidad de los productos. Kurt Vonnegut autor de Madre noche y Matadero Cinco, hizo un comercial para Discover una tarjeta de crédito. William S. Burroughs, uno de los más importantes escritores de la generación Beat y creador de la famosa El almuerzo desnudo, apareció en un extraño comercial de Nike en 1994.




Pero sin duda uno de mis favoritos es el comercial que Stephen King hizo para ESPN en 2008 donde aparece como escritor fantasma, esto es aquellos que no llevan ningún crédito por su trabajo, para la redacción de la cadena deportiva.




En el caso de nuestras plumas sólo recuerdo un caso. Aquel en el que el escritor Carlos Fuentes aparecía hablando sobre las bondades de nuestro país. ¿Será que nuestros escritores son más serios? ¿O que nadie los reconoce porque en nuestro país desgraciadamente nadie lee? 

publicado en thepoint.mx el 12 de agosto de 2014
imagenes: flavorwire.com

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