Tras los
evangelizadores que llegaron a la Nueva España, llegaron algunas mujeres a las
que encargó la educación y catequización de las niñas indígenas.
Armando Enríquez
Vázquez.
Una vez terminada la conquista de Tenochtitlán, una de las
misiones de los españoles fue convertir a los nativos de sus nuevos dominios a
la religión católica. En 1524, llegaron los primeros frailes franciscanos a la
Nueva España decididos a catequizar indios, pues ellos llamaban también a los
nuevos territorios las Indias Occidentales.
Entre esos primeros franciscanos que llegaron al continente
se encontraba Fray Toribio de Benavente, mejor conocido como Motolinía, este
fraile se dedicó a enseñar oficios a los indígenas y aprender náhuatl. Entre
los conflictos que le surgieron al fraile se encontraba el dar a las mujeres y
en especial a las niñas y adolescentes indígenas una educación católica, para
lo cual recurrió a una mujer que gozaba de fama de devota y cuyo nombre era Catalina de Bustamante.
Catalina nació en Llerena provincia de Badajoz en España el
año de 1490. No se sabe cuándo llegó a la Nueva España donde al parecer enviudó,
pero si se sabe que embarcó rumbo a Santo Domingo en compañía de su esposo,
hijas y cuñadas el 5 de mayo de 1514. Cómo miembro de la orden terciara seglar
de los franciscanos Catalina llevaba una ejemplar. En 1528, Motolinía, con el
visto bueno del Obispo de la Ciudad de México Juan de Zumárraga cedió parte de
un palacio indígena en Texcoco para que Catalina llevara a cabo su labor de
enseñanza entre las niñas indígenas.
Catalina de Bustamante enseñó a las niñas indígenas no sólo
el español a través de las letras y de canciones, las instruyó en oficios
dignos que pudieran llevar a cabo y les inculcó la fe católica, pero lo más
importante fue que las hizo conscientes de no permitir que las utilizaran como
moneda de trueque sus padres, así como el valor de su persona.
Una noche de 1529, la escuela fue asaltada por un grupo de
mercenarios enviados por el alcalde para secuestrar a una muchacha indígena de
nombre Inesica y a su sirvienta, pues el hombre se había enamorado de ella.
Catalina presentó una denuncia al día siguiente contra el alcalde y sus hombres
que a pesar de ser apoyada por las autoridades eclesiásticas de Texcoco se topó
con que el encargado de impartir justicia en la zona era el hermano del alcalde
por lo que la denuncia no procedió.
Catalina entonces procedió a hacer llegar una carta al rey
Carlos I, sin embargo el rey estaba ocupado por otros asuntos, la carta cayó
entonces en manos de la reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos I, quien
indignada pretendió tomar cartas en el asunto, pero fue ya demasiado tarde para
actuar en favor de Inesica y su criada. La reina no olvidó a Catalina, si no
que por el contrario se interesó en su causa y decidió enviar a más beatas a la
Nueva España para ayudar a Catalina en la catequización y educación de las
niñas indígenas. A estas mujeres la reina asignó un sueldo.
En 1535, Catalina regresó a España para entrevistarse con la
reina Isabel y solicitarle más recursos y ayuda para poder ampliar la red de
beateríos donde educar a las niñas y sobre todo sacarlas de la condición en que
se encontraban donde eran vistas como meros objetos sexuales para intercambiar
por otros productos o alianzas entre diferentes caciques y autoridades civiles
de los pueblos en la Nueva España. Isabel accedió y dio más fondos y tres
nuevas educadoras a Catalina que regresó a México y continuó con su labor de
educación y catequización. Gracias a los fondos otorgados por la reina Catalina
pudo incluir en sus escuelas a pequeñas indígenas de la más baja clase social.
En 1545, una epidemia de peste azotó el territorio de la
Nueva España, entre las ochocientas mil víctimas de la enfermedad estuvieron
Catalina de Bustamante, las demás mujeres evangelizadoras y las alumnas del
beaterio en Texcoco. La labor iniciada por esta mujer quedó inconclusa y su
nombre e historia reducida a menciones aquí y allá.
En Texcoco una estatua celebra a esta mujer que es conocida
como la primera educadora de América.
publicado en mamaejecutiva.net el 11 de mayo de 2015
imagen: alianzademaestros.org.mx
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