Al arrancar la promoción política lo único que queda claro es la nula imaginación de publicistas y jefes de campañas.
Armando Enríquez Vázquez
No cabe duda que no hay peores y menos creativos publicistas
que aquellos que cada tres años toman las riendas de las diferentes campañas
políticas y los políticos que pretenden alcanzar un puesto de elección popular.
Miles de millones de pesos se dilapidan cada tres años, en
algo que no es publicidad, pero tampoco propaganda. A lo que estamos expuestos
en el mejor de los casos una guerra de acusaciones baratas entre partidos y
candidatos. Lo importante que es para los publicistas la tan manoseada
creatividad, parece desaparecer de su ideario en el caso de las campañas
políticas. Basados en modelos exitosos de otras culturas, fallan en lo más
importante, leer y entender el momento mexicano.
Entiendo que la última palabra, (y muchas veces también la
primera), en publicidad la tiene el cliente. Un cliente que en el caso de los
políticos resulta sordo, ciego y prepotente, que desconoce su producto, el
mercado al que va dirigido y sobretodo la situación real del mercado.
Hace un par de semanas me llamó de manera muy especial un
nuevo spot del PRI. Desde el lunes de esa semana comenzó a filtrarse en
diferentes medios de comunicación la posibilidad de una conferencia de prensa,
que finalmente sucedió el viernes y en la que se anunciaron recortes al
presupuesto federal. En pocas palabras una nueva crisis económicas en un
gobierno del PRI.
Entonces tanto los operadores del PRI y los encargados de
pautar sus comerciales en los medios decidieron poner al aire un spot donde el
PRI congratula a los mexicanos por ser trabajadores, luchones, entrones;
aplaude sus esfuerzos por sostener a México con sus arrestos y sacarlo siempre
adelante, en pocas palabras: gracias a los esclavos del PRI por mantener a
diputados, senadores, gobernadores y demás funcionarios zánganos que se han
encargado de medrar con el país y sus habitantes.
Entiendo que la inversión publicitaria es muy grande, aunque
muchos de los spots van por tiempos oficiales que no cuestan, más vale dar un
paso atrás que luego tener que hacer un control de daños en la imagen de
cualquier producto. Pero tanto políticos como sus publicistas subestiman a los
ciudadanos.
Insensibilidad y cinismo parecen las premisas más
importantes de algunos de estos publicistas, la calumnia de otros y las
verdades de Perogrullo de casi todos aderezadas con imágenes “estéticas” y sin
sentido, hay que ver el nuevo spot del PAN como el mejor ejemplo de esto último.
Trabajar en automático. Entre los mejores trabajos de publicidad en materia
electoral fue lo que hizo Alazraki para
Arturo Montiel, en su momento tanto el lenguaje como las imágenes correspondían
y fueron los sencillamente directas y eficaces, tanto que aun hoy el Partido
Verde y el PAN utilizan imágenes similares, hoy desgastadas por los años y los
políticos son sólo lugares comunes. Lo malo fue que el candidato y más tarde
gobernador del Estado de México resultó más bribón que las ratas que iba a
meter a la cárcel, y ya desde su primera exhibición y por el candidato mismo el
comercial fue blanco de burlas.
Lo mismo ha sucedido con las frases vacías; Arriba y Adelante. La Solución Somos Todos,
La Renovación Moral de la Sociedad. Mover a México. Que fueron traicionadas
por los políticos a los que intentaban definir. En algunos casos la ciudadanía
ha podido hacer una paráfrasis mucho más exacta de esos gobernantes como es el
caso de La Corrupción Somos Todos que
define mejor los tiempos de José López Portillo, o Joder a México en un caso más reciente.
Lo barato e irreflexivo del trabajo de los creativos resulta
un insulto a los ciudadanos en el peor de los casos, un ejercicio de humor
involuntario como la campaña de Nueva Alianza en el mejor. La mayor ganancia
con el menor esfuerzo pero que parezca el máximo. ¡A huevo!
La publicidad política mexicana es por lo general una
excelente escuela de lo que no se debe hacer en publicidad política.
A veces, aunque solo fuera una, sería bueno que los
publicistas hicieran su trabajo y les hicieran ver a los partidos políticos y
sus representantes lo equivocados que están y que la gente a estas alturas se
da cuenta claramente de la demagogia y piden propuestas e ideas.
No deberían tener miedo a la palabra propaganda, porque un
instituto político y por extensión un candidato es lo que debe hacer para dar a
conocer su ideario político, sus propuestas.
Muchas veces me he preguntado; ¿Por qué los políticos en
lugar de contratar publicistas, no le pagan a reporteros de espectáculos
acostumbrados a lidiar con este tipo de desinformación, de guerras sucias y
pueriles?
En estos meses faltan otras joyas por ver, oír y leer, pero
ya los veremos y hablaremos de ellos en su momento.
publicado en roastbrief.com.mx el 9 de febrero de 2015
imagen. deathtoStock.
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