Italiana de origen
judío sobrevivió a dos Guerras Mundiales, y llevó a cabo las investigaciones
sobre el tejido nervioso que le permitieron ganar el premio Nobel de Medicina
en 1986.
Armando Enríquez
Vázquez
En 1986 cuando la asamblea del Instituto Karolinska,
encargada de otorgar el Premio Nobel de Medicina anunció como ganadora a la
doctora Rita Levi Montalcini, ella se tenía 77 años de edad, había sobrevivido
a las dos guerras mundiales y con ello a la estupidez y el racismo de
Mussolini. Alguna vez la científica declaró: Debería agradecer a Mussolini haberme declarado raza inferior, ya que
esta situación de extrema dificultad y sufrimiento, me empujó a esforzarme
todavía más. Además, había llevado a cabo las investigaciones para entender
mejor una función de las células nerviosas y su crecimiento.
No sólo el dictador fascista fue uno de los hombres que al
oponerse a sus ideas y desarrollo personal motivaron a Rita a crecer y
perseverar en sus estudios e investigaciones, Otro fue su padre y un tercero su
mentor y primer jefe el doctor Giuseppe Levi.
Rita Levi Montalcini nació en Turín el 22 de abril de 1909,
Rita tuvo una hermana gemela llamada Paola. Su padre Adamo Levi, fue un
ingeniero dueño de una fábrica de hielo y del que Rita recordó en una
entrevista en 2009 al diario español El
País, su naturaleza victoriana que la impulsó a nunca determinar el nunca
querer casarse por no seguir el patrón de sumisión y obediencia de su madre. Su
padre a pesar de esa rigidez con la que a lo largo de su vida lo recordó la
médica italiana, al enterarse del interés de Rita por la medicina, se limitó a
contestar: No lo apruebo, pero no puedo
impedírtelo. El hombre había hecho lo posible para que sus hijas fueran
modelo de la mujer ama de casa tan idealizada a principios del siglo XX por una
sociedad machista.
Rita estudió en la Universidad de Turín, en una época en que
en la facultad de medicina de la escuela sólo había 7 estudiantes mujeres en
una matrícula de 300 alumnos. En 1932, Rita ingresó al laboratorio histológico del
Giuseppe Levi, quién fue un pionero de las investigaciones del cultivo de
células in vitro, y en el campo de la
neurociencia estudió los tejidos nerviosos. Levi no sólo fue maestro de Rita
Levi Montalcini, entre sus estudiantes en la Facultad de Medicina de Turín
también se encontraban Salvador Luria y Renato Dulbecco quienes como Rita
habrían de ganar el Premio Nobel de medicina, el primero en 1969 y el segundo
en 1975.
En 1936 y tras graduarse como médica, Rita Levi Montalcini
estaba por decidir la especialidad que iba a estudiar cuando Benito Mussolini
publicó su Manifiesto de defensa de la
raza, en el que se prohibió la presencia de judíos en las universidades italianas.
Entonces Rita decidió con ayuda de su hermano y de sus vecinos poner un
laboratorio en su casa en el que continuó con sus estudios y las
investigaciones iniciadas en el laboratorio de Levi, quien tras el manifiesto
abandonó Italia. En 1939, Levi consiguió un trabajo en Bélgica para Rita, pero
este únicamente duró nueve meses, pues una vez que los Nazis invadieron
Bélgica, Rita Levi, prefirió regresar a Italia y en el campo cercano a Turín
montó de nuevo un laboratorio en el continuó con sus investigaciones.
Fue en esos años, cuando gracias otra vez a Giuseppe Levi,
que Levi Montalcini conoció el trabajo de Viktor Hamburger sobre el sistema
nervioso. Tras la dimisión y huida de Mussolini en 1943 y la presencia Nazi en
Turín, la familia Levi huyó a las cercanías de Florencia y Rita colaboró con la
Cruz Roja Internacional hasta la llegada de las fuerzas aliadas y el fin de la
guerra, en ese momento Rita se reincorporó al equipo de trabajo de Levi y
repitiendo los experimentos de Hamburger logró resultados diferentes.
En 1946, Rita Levi Montalcini viajó a Estados Unidos
invitada por Hamburguer, con quién se quedó a trabajar por los siguiente quince
años y después dividió su tiempo entre Estados Unidos e Italia. Fue entonces
cuando Levi hizo su gran descubrimiento acerca del funcionamiento de las
células y el factor de crecimiento, su conocimiento acerca del cerebro la llevó
a formular la declaración de la existencia de un mayor desarrollo en uno de los
hemisferios cerebrales del ser humano y fue este crecimiento de acuerdo a sus
palabras lo que obligó a los homínidos a bajar de los árboles.
El trabajo de Levi Montalcini ayudó a los neurobiólogos y
neurólogos a entender cómo las células crecen y se reproducen de acuerdo a una
“orden”, en este caso llamado factor de crecimiento, en específico las células
nerviosas incluidas las neuronas. Con la ayuda del bioquímico Stanley Cohen, la
científica a partir de un trabajo con células cancerosas en ratones y pollos se
dedicó a aislar y reconocer este factor de crecimiento. En 1954 Cohen logró
aislar una nucleoproteína que ambos científicos identificaron con el factor de
crecimiento que estaban buscando.
Rita Levi Montalcini fue la primera mujer en ser admitida en
la Academia Pontificia de Ciencias fundada por el papa Clemente VIII en 1603.
Levi Montalcini ingreso a dicha academia en 1974 y a pesar de considerarse
agnóstica mantuvo buena amistad con Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Fundó en 2002 el European Brain Research Institute con sede
en Roma. Este Instituto se encarga de buscar soluciones a enfermedades
neurodegenerativas como el Alzheimer y cuyo personal está compuesto en una gran
mayoría por mujeres.
Incansable Feminista, fue nombrada senadora vitalicia de la
República Italiana en 2001.
En 2008 junto con su asistente y mano derecha a lo largo de
más de cuarenta años publicó un libro biográfico titulado La clepsidra de la vida. Este no fue el único libro que la ganadora
del Premio Nobel de Medicina escribió a lo largo de su vida, pues también
escribió un libro llamado Senz’olio
contro vento. Una expresión de los marineros italianos para referirse a
hacer frente a las tormentas y el cual trata sobre italianos que enfrentaron de
maneras diferentes el fascismo y la discriminación durante la II Guerra
Mundial, Elogio a la imperfección, Eva
era africana, Cronología de un descubrimiento, El as en la manga, entre
otros.
En la entrevista citada para el periódico español El Pais, cuando el periodista Miguel
Mora le preguntó ¿Cuál era el secreto para cumplir cien años? La científica italiana
contestó:
La única forma es
seguir pensando, desinteresarse de uno mismo y ser indiferente a la muerte,
porque la muerte no nos golpea a nosotros sino a nuestro cuerpo, y los mensajes
que uno deja persisten. Cuando muera, solo morirá mi pequeñísimo cuerpo.
Rita Levi Montalcini murió el 30 de diciembre de 2012 a los
103 años de edad.
publicado en mamaejecutiva.net el 10 de octubre de 2016
imagen ebri.it
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