A menos de cuatro meses de haber reestructurado Televisa se encuentra en una grave crisis que queda de manifiesto con el recorte de la quinta parte del personal de la empresa a todos los niveles.
Armando Enríquez Vázquez
De acuerdo con el documento oficial de Televisa la salida
definitiva de los programas de Adela Micha, Joaquín López Dóriga, Brozo y los
analistas financieros se deben a causas comerciales, lo que palabras llanas y
sin eufemismos significa que los programas no tienen las audiencias necesarias
que haga posible la venta de estos programas o sea que no tienen ningún
beneficio económico para la empresa televisora. ¿Y cómo habrían de tenerlo, sí
en general estamos hablando de lectores de noticias, que durante décadas han
servido de comparsa al sistema político?, Tanto López Dóriga, como Adela Micha
se han enriquecido con él y se han adjudicado arrogantemente atribuciones que
no les corresponden; López Dóriga y su esposa intentando extorsionar a personas
y empresarios, Adela Micha al retratarse de manera impune con armas de uso
exclusivo del ejército. Cada vez creemos menos en todos esos especialistas
creados en los camerinos de Televisa, Azteca y ahora Imagen TV que sólo son
comparsas de la línea editorial de una empresa. En el otro caso de
comentaristas de temas que poco importan ya a la mayoría de los mexicanos, por
ejemplo, Maricarmen Cortés, Yuste o Mares quienes desde hace ya muchos años han
conducido en radio uno de los principales espacios financieros, pero qué, sin
embargo, son temas que han rebasado la capacidad de interés de los mexicanos,
por más que en ellos se encuentren o se quieran encontrar las causas de las
desgracias económicas del país sin señalar a los verdaderos culpables.
Este último movimiento de la televisora de Azcárraga, al que
debemos sumar el final abrupto de su pésimo talk show a cargo de Arath de la
Torre, demuestra que los ejecutivos de la empresa están totalmente perdidos en
el conocimiento de las audiencias contemporáneas, hace un año ya que
despidieron a Chabelo con un argumento similar y sin embargo la empresa va en
caída libre. La prepotencia y
prepotencia son lo único con lo que cuentan los vicepresidentes encargados del
negocio de la televisión y de los contenidos; Bernardo Gómez, hermano de la ex
Procuradora de la Nación, hoy Secretaria de la Función Pública, y de José
Bastón casado con Eva Longoria cumpliendo el sueño de cualquier jodido.
Demostrando un nulo conocimiento del negocio.
A menos de cuatro meses de haber reestructurado Televisa y
sus contenidos, la empresa se encuentra en una grave crisis, que no sólo se
manifiesta con la salida de los lectores de noticias y conductores mencionados,
si no con el recorte de la quinta parte del personal de la empresa a todos los
niveles y la reducción en los sueldos de los que se queden, aunque esto viole
la ley federal del trabajo. En 2016 Televisa, falló una vez más en sus metas por
ingresos publicitarios. Sus espacios promocionales son patéticamente rellenos
con su programación, Izzi y Blim. El gasto en la compra de franquicias que la
empresa pensó que le resultarían lucrativas resultó otro fracaso. El
malinchismo y falta de visión de los directivos muestra de nueva cuenta su
total desconocimiento del nuevo mercado y de la importancia de crear contenidos
propios atractivos y de calidad.
TV Azteca que ha sido más moderado en sus cambios y tampoco así,
parece poder despuntar, ya ni hablar de Imagen TV que parece haber nacido
muerta, presumiendo el día de su lanzamiento el tercer lugar en rating de su
noticiero nocturno, de tres canales de cadena nacional con ese tipo de
programa. Imagen TV trasladó el modelo fracasado de Cadena3 a nivel nacional.
Más allá de la salida de los lectores de noticias, ellos con
los millonarios salarios están cubiertos para varios lustros de desempleo, lo
preocupante es la cantidad de empleos que se han perdido en el sector de la
televisión a lo largo del año, los recorte afectaron no sólo a Televisa, si no
a TV Azteca y baste recordar que hace un año la incapacidad de los directivos
de Grupo Imagen por no entender el negocio de la televisión terminó cancelando
el proyecto de Cadena3, poniendo en la calle a todas las personas que había
entrenado y formado la empresa, así como el retraso de más de diez meses, de
acuerdo con las fechas planteadas por el propio Olegario Vázquez Aldir, en la
salida al aire de su cadena nacional.
El problema real es que la industria pone en la calle a
miles de técnicos y profesionistas talentosos, por la mediocridad e incapacidad
de quienes dirigen los canales de televisión abierta, por su poca osadía, por
su nula apuesta por la creatividad e innovación en los contenidos y su
exagerada avaricia que es sólo el reflejo de la actitud de los dueños de los
mismos.
A pesar de la crisis que sufren las televisoras abiertas en
todo el mundo, empresas como NBC, CBS, ABC, RTVE, BBC, la enfrentan con
creatividad y riesgos. Lo que pasa es que en las empresas de televisión
mexicanas ni tienen el valor de apostar por lo nuevo y les vale el destino de
sus trabajadores. Decepcionando a las audiencias y traicionando a sus empleados.
Nuestra televisión abierta no sólo necesita caras y
propuestas nuevas, a nuestra televisión abierta le urge un cambió de directivos
y de ejecutivos que sean más ambiciosos, que estén dispuestos a arriesgar y no
sólo a perder dinero sentados en el mismo escritorio pensando que así se van a
resolver sus problemas. Ya lo dijo Einstein: Estúpido es aquel que haciendo lo mismo espera resultados diferentes.
publicado en roastbrief.com.mx el 5 de diciembre de 2016
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