El 7 de noviembre de 2019 terminó la historia de una de
las empresas españolas promotoras de la lectura más importante de la segunda
mitad del siglo XX.
Armando Enríquez
Vázquez
A mediados de la década de los años setenta en casa de mis
abuelos comenzó a aparecer un catálogo de libros de una empresa llamada El
Círculo de Lectores. Antes a finales de la década de los años sesenta mi
abuelo me regaló el primer libro que leí, 20,000 Leguas de Viaje Submarino
de Julio Verne, que me definió como lector de por vida. Con el paso de los años
me di cuenta de la editorial, se trataba de una edición del Círculo de
Lectores,
Durante los siguientes años y hasta antes de la llegada de
los años ochenta compré y me compraron diferentes libros del Círculo de Lectores
que tenían ediciones todas en pasta dura y con un extraordinario diseño, algunas
realmente creativas como una colección de novelas policíacas, cada volumen
tenía dos novelas, cada novela estaba impresa de manera que en lugar de
contrapasta el libro tenía dos portadas y las novelas estaban encuadernadas de
manera que los librillos de una quedaban de cabeza en relación de la otra. Había
que girar el libro para iniciar la otra novela, una vez terminada la primera.
Yo no sé cuando la empresa comenzó actividades en México, ni
cuándo estas finalizaron, pero la empresa continuó funcionando en España hasta
el pasado 7 de noviembre de 2019, cuando Grupo Planeta actual dueño de
la empresa anunció la desaparición del Círculo de Lectores.
El Círculo de Lectores nació en 1962 por iniciativa y
de la alianza entre el gran emporio de medios alemán Bertelsmann que vio
en esta aventura una manera de iniciar su crecimiento global y la editorial
española Vergara. En un país ignorante, bajo el férreo control de un
dictador ignorante y autoridades que despreciaban el proyecto, ambas
instituciones apostaron por atraer y generar lectores en todos los estratos
sociales y en cada hogar español a partir de crear un catálogo de libros y la
promesa de llevar el libro hasta la casa del lector.
El mayor problema que enfrentó en un principio El Círculo
de Lectores fue el pésimo sistema de correos de la España Franquista y las
limitaciones que por ley tenían el sistema postal español que no permitía
enviar paquetes con peso mayor a los 300 gramos, por lo que la opción fueron
los vendedores que llevaban con ellos el catálogo del Círculo de Lectores con
una literatura de cierto renombre y calidad casa por casa sobre todo en
ciudades y villas remotas donde libros y librerías eran contados. La idea no
era nueva y recordaba a los vendedores de Biblias o enciclopedias de puerta en
puerta o a los catálogos de Selecciones del Reader’s Digest en Estados
Unidos, pero la infraestructura estaba bien sustentada.
Curiosamente la operación resultó menos atractiva para la
editorial española que para la alemana, Vergara se retiró del negocio en
1965, en ese momento el Círculo contaba con cerca de 100,000 miembros
que a Vergara le parecieron poco, y lo eran si no tomamos en cuenta las condiciones
de ignorancia y analfabetismo de España en ese momento. Además la editorial
española argumentó que la mayor parte de estos miembros se habían inscrito en
el primer año del Círculo, y después las inscripciones comenzaron a
caer. Bertelsmann, dirigido por el visionario Reinhard Mohn, aceptó la
retirada de su socio y tomó la empresa y el reto en sus hombros. Para 1968 la
cifra de miembros se había elevado a medio millón de personas y la inversión de
Bertelsmann se había pagado. Arnold Schmitt fue el primer director del
círculo de lectores y permaneció en el puesto hasta 1975. Fue sustituido por Gerardo Greiner quien
dirigió el Círculo de Lectores hasta 1980 y dejó el puesto a Hans Meinke quien
dirigió el Círculo hasta 1997.
Bajo la dirección de Schmitt, el Círculo de Lectores amplió
su catálogo a muebles, electrodomésticos y otras mercancías; un error que puso
en peligro la existencia de la empresa. Con la llegada de Greiner esta política
se corrigió y se focalizó de nuevo en los libros, el proceso de reconversión
tomó cinco años.
Meinke, que había llegado mucho antes a España y trabajado
en el Círculo de Lectores en una motoneta como vendedor y fue
asccendiendo, se dedicó a promover de manera importante al Círculo de Lectores,
bajo su dirección el número de afiliados al Círculo llegó a más de millón y
medio de personas; más del 15% de los hogares españoles de acuerdo con el mismo
Meinke. Pero más importante la relevancia y exclusividad de ciertos libros que
sólo se podían conseguir a través del Círculo, que los convertía en inaccesibles
para las librerías, obligó a la empresa a crear una editorial aparte para satisfacer
la demanda de los establecimientos de venta. En 1994 nació Galaxia Gutenberg.
En 1997 Meinke se jubiló y la dirección del Circulo de Lectores fue
otorgada a Albert Pelach y en 2001 fue relevado por Fernando Carro.
1997 marcó el año en que el Círculo de Lectores
inauguró su sitio corporativo en Internet. Con la llegada de Joaquín Álvarez de
Toledo en 2012 a la dirección del Circulo de Lectores se intentó crear una
plataforma similar a Kindle de Amazon, sin la tableta, que se llamó Booquo.
En 2010, Grupo Planeta compró el 50% de El Circulo de
Lectores y en 2014 el 50% restante a Bertelsmann. Para finalmente
cerrarlo este año ante la incapacidad de mantener un negocio lucrativo con el Círculo
de Lectores.
El primer logo del Círculo de Lectores era un aro con
una L adentro, que evolucionó a un círculo estilizado como si hubiera sido
dibujado de un solo pincelazo en color rosa.
Con más de trescientos millones de libros vendidos en 57
años, termina una historia de éxito, además del misterio de quién lo distribuía
en México. El Círculo de Lectores llegó a su fin.
imagen: circulo.es
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