lunes, 23 de octubre de 2017

El comal le dijo a la olla.



Es el PRI el principal responsable de convertir la política en México en sinónimo de impunidad y voracidad con que cara se atreven a pedir transparencia y justicia. 

Armando Enríquez Vázquez

Cuando el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, decidió dirigir a todas las huestes de su partido y de pagar notas en El Universal en contra primero de los morenistas y más tarde en contra de Ricardo Anaya, Presidente Nacional del PAN, y hoy en contra de Alejandra Barrales, lo único que ha demostrado es lo inquietos, por no decir lo temerosos que están los priístas frente a la fuerte posibilidad de perder no sólo la presidencia del país el próximo año, si no por primera vez perder esas mayorías en las cámaras con las que impidieron de manera cobarde y facciosa durante 2000 a 2012 el crecimiento y el desarrollo del país.
La última ofensiva del PRI en contra de sus opositores no se limitó al acto de censura nacido de la intolerancia y mente muy estrecha del Presidente Nacional del PRI, apoyado por el gobierno de Enrique Peña Nieto en contra de los periodistas Mario Amparo Casar y Ricardo Raphael, por extensión en contra de Leonardo Curzio, quien de manera más que digna renunció a su espacio informativo antes que deshacerse de sus colaboradores, disfrazada de presiones económicas de la radiodifusora donde trabajaban. El gobierno de Peña Nieto ha sido especialista en censurar. La lista de periodistas silenciados ha sido la mayor en la historia moderna del país y la manera de actuar de los priístas en contra de la libertad de expresión va desde la perdida de la fuente de trabajo, hasta el asesinato.
A finales de la semana pasada la ofensiva del PRI en contra de la oposición se sirvió de uno de sus abyectos soldados, el coordinador de la bancada priísta en San Lázaro César Camacho Quiroz, miembro del grupo Atlacomulco y cínico profesional quien solicitó la creación de una comisión para investigar el enriquecimiento ilícito de Ricardo Anaya.
Eso está muy bien y es bienvenido siempre y cuando se investigue también el enriquecimiento ilícito de gobernadores, ex gobernadores y funcionarios priístas incluido el mismo Camacho Quiroz, quien alguna vez presumió un reloj Rolex como fruto del trabajo como servidor público. O como puso sobre la mesa el presidente del PAN en respuesta, también de crearse una comisión para investigar a funcionarios del gobierno de Peña Nieto, a Enrique Ochoa, presidente del PRI Nacional y al mismo presidente de quien se sabe ha estado envuelto en al menos la forma corrupta de adquirir la famosa “Casa Blanca”. Pero además en lugar de gastar dinero en la creación de comisiones que no harán nada, ni investigarán nada como de todos es sabido, porque no propone el diputado Camacho que el dinero que planea invertir en dicha comisión se utilice en la reconstrucción de su estado, de Oaxaca, Chiapas, Morelos que hoy siguen necesitando ayuda y no propuestas tan poco lucidas e indignas como las tandas entre vecinos propuestas por Peña Nieto.
El PRI, la presidencia de la República, la PGR han omitido hasta hoy una investigación a fondo sobre Oderbrecht, que resulta financió parte de la campaña de Peña Nieto seguramente a cambio de ser parte de la Reforma Energética, de la misma manera que Televisa aportó a Peña Nieto a cambio de muchas cosas entre ellas atacar las empresas de Slim y la Procuraduría General de la República. Nada más que Televisa hace ya unos años que pone un circo y le crecen los enanos.
César Camacho Quiroz no sabe qué para aventar la piedra, se necesita estar libre de culpa y si algo ha sido el PRI a lo largo de más de ochenta años y sobre todo en estos últimos cinco es culpable de la pobreza, del marginación de millones de mexicanos gracias a la corrupción y autoritarismo de su partido. Gracias a los miembros del PRI que han cometido crímenes de lesa humanidad como Javier y César Duarte con la venta de placebos en lugar de medicinas, de trata de personas, de acoso, de autoritarismo de la gran mayoría de sus miembros.
Es el PRI el principal responsable de convertir la política en México en sinónimo de impunidad y voracidad, es cierto que después lo han seguido todos, o casi todos los demás, incluidas las huestes del mesías tropical como lo han demostrado en las delegaciones de Tláhuac, Xochimilco y Cuauhtémoc de la Ciudad de México.
Como ciudadanos debemos decir sí a la propuesta de Enrique Ochoa y su servil Camacho Quiroz, siempre y cuando incluya también a todos los presidentes de partidos como el Verde y el PANAL aliados del PRI, al Presidente de la República, a diputados y senadores a secretarios de estado y gobernadores en pocas palabras a todos los miembros de la casta de mezquinos que se hacen llamar políticos y son capaces de vender a la nación al mejor postor.
Porque es muy fácil ver la paja en el ojo ajeno, pero y ¿la viga en el propio señor Camacho Quiroz cuándo?

publicado en blureport.com.mx el 16 de octubre de 2017

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