sábado, 31 de mayo de 2014

Los números retirados de los Gren Bay Packers.





Seis jugadores han sido considerados por los Packers dignos de ser homenajeados retirando el número con el que jugaban de aquellos que pueden seleccionar los nuevos jugadores del equipo.

Armando Enríquez Vázquez.


En los casi cien años que tienen de haber sido fundados los Green Bay Packers, únicamente 6 números han sido retirados de los jerseys del equipo a manera de homenaje a los jugadores que portaron ese número haciendo grandes hazañas para los Packers.




En 1951 se decidió retirar el primero de estos números, este fue el número 14 que durante su carrera como jugador de los Packers utilizó Don Hutson. Hutson jugó para los Packers de 1935 a 1945. Fue uno de los receptores más versátiles en la historia de la NFL, al salir de la universidad y al no existir el Draft en esos años, cualquier equipo podía firmar a los jugadores Hutson fue firmado por los Packers y por el equipo de Brooklyn. Ambas altas ante la Liga llegaron el mismo día a la oficina del comisionado Joseph Carr, quién reconoció al jugador para los Packers porque los papeles del equipo de Green Bay llegaron unos minutos antes. El record de más pases para anotación recibidos que impuso Hutson a lo largo de su carrera, con 99, se mantuvo en la NFL por 44 años, hasta que en 1989 Steve Largent de los Seattle Seahawks lo rompió. Lo mismo sucedió con su record de más pases para anotación recibidos en una temporada que era de 17, fue superado 42 años después por Mark Clayton de los Delfines de Miami. A pesar de ello dos records de los impuestos por Hutson permanece aún vigentes; uno es el del jugador liderando la liga por mas temporadas con el mayor número de anotaciones, con 8 temporadas y no parece que nadie lo vaya alcanzar en los próximos años, pues su más cercano rival fue Jim Brown de Cleveland que jugó en los años 50 y 60 y fue el líder de la liga por tres temporadas. En ese mismo sentido Hutson fue líder en anotaciones durante cuatro años de manera consecutiva, una marca que tampoco ningún otro jugador de la NFL ha podido igualar en 50 años. Al momento retirarse Don Hutson tenía 18 records en la NFL.

Hutson fue un receptor excepcional, pero además durante los once años en los que jugó con Packers fue pateador y logro 172 puntos extras y 7 goles de campo. En esa época tampoco era inusual que un jugador desempeñara labores a la ofensiva y a la defensiva Hutson logró en su carrera 30 intercepciones y recuperar un fumble. Es miembro del Salón de la Fama, del Salón de la Fama de los empacadores y del Salón de la Fama Colegial. En 1951 los empacadores decidieron rendirle un gran homenaje al retirar el número 14 que portó en su jersey de la circulación. 



En esos años los Empacadores de Green Bay ganaron los campeonatos de la NFL en 1936, 1939 y 1944. En 1941 llegó al equipo otro jugador que habría de relucir en Green Bay; Tony Canadeo que fue corredor y quarterback para los Packers. Portó en su jersey el número 3 y jugó de 1941 a 1952 en Green Bay, el año de su retiro su número fue retirado de la circulación. Canadeo fue el primer Packer en ganar más de 1000 yardas en una temporada y el tercero en lograr la hazaña en la NFL. Canadeo jugó sus años colegiales en la Universidad de Gonzaga en el Estado de Washington y por su velocidad se le conocía como el Fantasma Gris de Gonzaga.  El gris era porque Canadeo tenía muchas canas prematuras. Canadeo es miembro también del Salón de la Fama.



Habrían de pasar 21 años para que los Packers decidieran retirar un tercer número de los Jerseys en homenaje a otro gran jugador. En 1973 el número 15 de Bart Starr, el quarterback que ganó cinco campeonatos para los Packers, incluyendo los primeros dos Superbowls de la historia, fue retirado en Green Bay.

Barr Starr el legendario Quarterback de la era de Vince Lombardi llegó a los Packers en 1956 y como quaterback del equipo ganó los campeonatos de la NFL de 1961, 1962, 1965,  1966 y 1967, este último conocido como el Ice Bowl por las extremas temperaturas bajo cero en las que se llevó a cabo y en el cual, en la última jugada Bart Starr en una carrera dio el triunfo a los Packers. En 1971, tras 15 temporadas con los Packers Bart Starr se retiró y dos años después su número fue retirado. Al igual que Hutson y Canadeo, Bart Starr es miembro del Salón de la Fama.




Diez años más tarde los Packers decidieron reconocer a un jugador defensivo y retirar su número de la circulación, en esta ocasión el número 66 de Ray Nitschke. El Linebacker jugó con los Packers de 1958 a 1972, ganándose la titularidad en 1962. Miembro de la era de Vince Lombardi al igual que Bart Starr, Nitschke es uno de los mejores linebackers que ha jugado al futbol americano. El mismo Dick Butkus sentía un gran respeto y admiración por Nitschke. Se dice que en una ocasión, mientras entrenaban en el campo de Oneida, una torre de acero cayó sobre él. Lombardi corrió a ver qué había sucedido, al enterarse de que Nitschke era el accidentado, el entrenador se limitó a decir: ¡Ah sí es Nitschke está bien, no hay problema!  Nitschke se levantó, una de las enormes tuercas de la torre había hecho un agujero en su casco. Ray sonrío y el entrenamiento continuó como si nada.

En el juego de campeonato de 1962, Ray fue electo el jugador más valioso y sólo después de Bart Starr y Bret Favre es el jugador con más juegos jugados con los Packers con 190. Como los otros jugadores Nitschke es miembro del Salón de la Fama.



En 2005, los Packers retiraron el número 92 utilizado por Reggie White durante sus años en el equipo, curiosamente White es el único de los cinco jugadores que fue parte de otros equipos y jugó con Green Bay sólo 6 temporadas de 1993 a 1998, pero eso fue suficiente para que White en su momento fuera el jugador con más atrapadas de quarterback en la historia del equipo y ganó con ellos el Superbowl XXXI, en contra de los Patriotas de Nueva Inglaterra. En 1998 fue nombrado el jugador defensivo del año y por supuesto es miembro del Salón de la Fama.



El 26 de noviembre de 2015, en un encuentro de jueves por la noche frente a sus eternos rivales, los Osos de Chicago, inmortalizaron el número 4 que durante quince años utilizo Brett Lorenzo Favre, quien llevó al equipo a ganar el Superbowl XXXI al derrotar a los Patriotas de Nueva Inglaterra por un marcador de 35 a 21. Poseedor de los principales records de la franquicia y en algunos casos de la liga, sin duda Favre será en los próximos años miembro del salón de la fama del futbol americano profesional.


Sólo seis números en 96 años de historia. Para algunos aficionados con más que razones justificadas el 1 de Curly Lambau, fundador del equipo.

imagenes. nfl.com
                nfl.com
                kids.britannica.com
                sportsilustrated.cnn.com
                sportinvasion.net
                packers.com

viernes, 30 de mayo de 2014

Josefina Vicens cronista taurina.





La gran escritora mexicana además de sus dos novelas, se dedicó también a la  crónica taurina bajo el seudónimo de Pepe Faroles.

Armando Enríquez Vázquez.

Porque afortunadamente la literatura no tiene que ser denuncia social, para eso están los periodistas, ni tampoco hiperrealismo desgarrado que ya para eso existe la nota roja. En México a lo largo de los siglos han existido grandes escritoras. Que con su imaginación y su talento nos han hecho vivir en mundos diferentes. Una de ellas fue Josefina Vicens, su obra literaria se reduce a dos novelas publicadas en un intervalo de 24 años, pero fueron suficientes como en el caso de otros escritores nacionales para convertirla en una de las escritoras fundamentales de nuestra literatura.

Josefina Vicens nació en Villahermosa, Tabasco el 23 de Noviembre de 1911. Tuvo cuatro hermanas y en alguna entrevista ella se definió a sí misma como la más mal portada de las cinco, siempre jugando a las canicas, al balero y soñando con ser un vagabundo, para ella las palabras maternas siempre fueron; Un día acabarás en la cárcel. Cosa que no sucedió.

Su primera novela la publico en 1958. El libro vacío. Con ella ganó el Premio Xavier Villaurrutia. Octavio Paz no tuvo más que elogios para la novela de la tabasqueña que no volvió a publicar otra novela hasta 1982, Los años falsos.

La obra de Vicens es modesta en número, que no en calidad, como la de otros pilares de nuestra literatura. Escribir no le era sencillo a la autora de las dos novelas y para remarcar el hecho contaba que la última charla que mantuvo con Juan Rulfo junto a tazas de café. Rulfo le preguntó:

- Oye, Peque, ¿por qué no escribes otro libro?

Peque era como la llamaban sus conocidos. Puedo imaginar entonces a Vincens, levantar la mirada y desde la otra orilla de la taza de café responder al autor de Pedro Páramo:

-Oye, Juan, ¿por qué no escribes otro libro.

- Pues sí, ¿verdad?- Respondió Rulfo.

- Pues sí, ¿verdad?- Remató la tabasqueña.

Y de nuevo en el terreno donde la computadora de un tercero se mete en conversaciones ajenas, me puedo imaginar una sonrisa de complicidad entre los dos escritores y un escalofrío secreto que recorrió a ambos nada más de imaginar volver a enfrentarse a ese placer tortuoso y sufrido que para ambos parece haber representado una hoja de papel en blanco y una historia que contar en ella.

Pero además de sus dos novelas, la escritora se dedicó a otros géneros de la escritura para sobrevivir esto es al periodismo y el guionismo. Escribía una columna política bajo el seudónimo de Diógenes García. Escribió guiones de cine entre los que destacan: Las señoritas Vivanco, El proceso de las Señoritas Vivanco, ambas películas estelarizadas por Sara García y Prudencia Griffel  la primera basada en un argumento de los también escritores Elena Garro y Juan de la Cabada. Además ganó dos veces el Ariel al mejor guión, la primera vez en 1973 por el guión de la película Los Perros de Dios,  y en 1975 por Renuncia por motivos de salud.

En alguna ocasión declaró que el guionista debería ser el director de su propia obra de otra manera esta sufre muchas traiciones, y el guionista muchas frustraciones.

Fue presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas y vicepresidenta de la Sociedad General de Escritores de Mexico, entre otros puestos.

Literata de manera autodidacta, siempre le quedó claro que su oficio estaba por encima de su género: Voy a decir una cosa y la diré siempre que me pregunten por qué si soy una mujer mis personajes son masculinos, pues, porque estoy haciendo literatura y hay literatura buena o mala no hay literatura femenina o masculina. Declaró en una ocasión y otra vez dijo:

Los guiones no se escriben ni con las faldas ni con los pantalones, sino con la inteligencia. Y ésta no tiene sexo. No hay relación ni rivalidad, ni competencia. Escribo mejores guiones que muchos hombres y muchos hombres escriben mejores guiones que los míos. Cobro por ellos más que algunos hombres y algunos hombres cobran por sus guiones más que yo. Es inútil relacionar el sexo con este trabajo.  

Josefina Vicens en la década de mil novecientos cuarenta  escribió también crónica taurina y editó una revista en la materia que se llamaba Torerías  de la cual llego a ser directora general, para Vicens el toreo era una fiesta metafísica única, en la que campean la vida y la muerte. Sus crónicas aparecieron también en otra revista llamada Sol y Sombra. Sus colaboraciones iban firmadas bajo el seudónimo de Pepe Farolas.

Su estilo mordaz y crítico la llevó a verse envuelta en problemas, en alguna ocasión que escribió en contra de alguna faena de Carlos Arruza. Un boxeador amigo del torero amenazó con ir a las oficinas de Torerías y golpear a Pepe Farolas. Vicens recibió al púgil y lo invitó a platicar, tras unos minutos de amable charla, Josefina miró al peleador y le dijo; Me va usted a disculpar pero tengo una reunión, así que por favor comience a golpearme. El boxeador sorprendido por las palabras de la escritora la observó desconcertado, entonces Josefina le explicó que ella era Pepe Farolas y pues ya que él había amenazado con golpearla, adelante. Sobra decir que la golpiza no se llevó a cabo.

Su colaboración tenía un estilo en el que fotografiaba el ambiente alrededor del ruedo, ese que brinda el público desde las gradas, y no, precisamente, en ese estilo de sociales acerca de quienes se sientan en el primer tendido de sombra:

-¡El que sea decente que se calle!

No queremos decirle a usted el ruido que se armó en la plaza.

Escribió alguna vez en su columna. En esa misma ocasión consignó que alguien desde las gradas de sol le gritó a Agustín Lara al verlo sin María Félix:

- Agustín, ¿dónde dejaste a Doña Bárbara?

Y otro, comprendiendo la soledad del cadavérico compositor, le dijo:

- ¡Se sufre, hermano, se sufre!

Me gusta la historia de esta mujer de letras que disfrutó de su pasión por los toros como enfrento su temor de escribir novelas malas.

Josefina Vicens murió el 22 de Noviembre de 1988 y me gustaría que sus crónicas taurinas se recuperaran, y poder disfrutar de ellas tanto como ella de lo hizo de la fiesta.

Publicado en thepinkpoint.com.mx el 23 de mayo de 2013
imagen: red.ilce.edu.mx

jueves, 29 de mayo de 2014

Ese extraño placer llamado lectura.





La lectura es algo que los mexicanos no practicamos, somos detractores del libro y lo que este objeto representa, sin embargo el poder acercarnos a este hábito podría cambiar los patrones de pobreza del país.

Armando Enríquez Vázquez

Los mexicanos leemos casi tres libros al año, de acuerdo con la más reciente encuesta nacional de lectura efectuada por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), dada a conocer el pasado 30 de abril durante la exposición de la CANIEM en el WTC de la Ciudad de México.
El promedio anual de lectura apenas se incrementó en los últimos ocho años de manera insignificante. En 2006 los mexicanos leíamos 2.60 libros al año y ahora ese promedio es de 2.94 Otro índice del fenómeno lo dio a conocer la UNESCO el año pasado durante la celebración del día del libro que se celebra el 23 de abril, según el organismo mundial México ocupó el lugar 107 en lectura de 108 países estudiados.
En España se leen un promedio de 7.5 libros al año y en Alemania de 12. Suecia es el país que más lee en el mundo. El 91% de la población en Japón lee, 12% en Argentina, el 18% en Chile. En México sólo el 2%.
28%  de los mexicanos ha leído un libro en su vida. 19.7% ha comprado un libro al año, sólo el 35% de los mexicanos tiene más de diez libros en casa. El 33.5% de la población no lee y existe una librería por cada 85,000 habitantes.
Los números son fríos, duros, claros. Pero los libros no los son y en México desde las entrañas de nuestro muy deteriorado sistema escolar se han encargado de que los mexicanos no leamos. Que veamos el hábito de la lectura como algo inútil, tedioso, cuya única función es ayudar a los estudiantes a lograr una calificación aprobatoria y después olvidar para siempre en un cajón al libro y sobre todo su contenido.
En 1921, José Vasconcelos se convirtió en el primer Secretario de Educación Pública y durante su gestión se editaron varios de los clásicos de la literatura universal para ser repartidos a los nuevos mexicanos surgidos de la revolución, el problema como siempre en este tipo de asuntos es que a lo mejor Platón no es la mejor manera de invitar a todo mundo a adquirir el hábito de la lectura.
En las últimas décadas se han creado espacios y campañas que han intentado promover la lectura en especial entre los niños y jóvenes mexicanos. Desgraciadamente cuando asistimos a las ferias del libro muchas veces nos topamos con cientos de estudiantes, que una vez más fueron, enviados por los maestros y directores de las escuelas para poder lograr unos míseros puntos que los salven de reprobar la materia de literatura. Nadie los guía o les abre las páginas de un libro para invitarlos a convertirse en lectores. Las ferias también están llenas de padres que ven a los libros como curiosidades y prefieren comprarle al hijo un rompecabezas en el mejor de los casos, cuando no una Coca Cola, un sándwich y una bolsa de palomitas.
En cuanto a las campañas a veces exaltan puntos de la lectura que son un mito y no la hacen atractiva. Por ejemplo, esa patraña de que la lectura tiene como resultado una buena ortografía en el lector, si eso fuera cierto nadie escribiría manuales de ortografía. Es claro que un libro sobre la cultura maya, me hará entender mejor a los antiguos habitantes del sur del país, que uno de mecánica me ayudará a comprender el funcionamiento de las cosas e incluso a componerlas, pero la literatura no tiene ningún valor tangible y los mundos que abre al lector son únicos y personales. Leer, claro que no sólo se refiere a la literatura y mucho menos a que todos los niños o adolescentes deban leer a fuerza la Divina Comedia, El Quijote o la Iliada. Alguna vez Jorge Ibargüengoitia aclaró que a pesar de los mitos de la utilidad que le atribuyen a la literatura él jamás dijo al terminar de leer un libro, y ponía el ejemplo de Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós, que bueno que leí este libro por ahora si ya sé cómo enfrentar este problema.  
Por otro lado escuché alguna vez a Paco Ignacio Taibo II decir que el hecho de que una joven de Peralvillo se vuelva por unas horas una princesa turca medio puta, le cambia la perspectiva de vida y le saca de su realidad.
El mejor caso de promoción de la lectura que hemos visto en los últimos quince años sucedió en un principio no por un  fenómeno de publicidad si no por un libro que se empezó a ser leído por los jóvenes y niños ingleses que se llamó Harry Potter y la piedra filosofal, indudablemente que después estuvo apoyada por una gran campaña de mercadotecnia pero la saga de libros tiene algo que hizo a una generación, hoy de jóvenes volver a leer libros y separarse por un momento de los aparatos de televisión. La mejor promoción es clara poner en las manos de nuestros jóvenes un libro, sin fijarle ninguna obligación o tarea al finalizar de leerlo.
Promover la lectura es qué como padres nuestros hijos nos vean leer, que leamos lo que ellos leen y formemos parte de esas aventuras que a ellos emocionan y que les enseñemos que si es cierto que existe la literatura que es disfrutable y que existen otro tipo de libros que en los que podemos aprender, entender y saber de temas que nos gustan, nos llaman la atención o simplemente nos dan curiosidad.
Probablemente leer no sea un factor que por sí mismo detone la economía del país, aunque pensándolo del lado de un empresario promover la lectura en México de manera exitosa puede crear un mercado potencial de más de 100 millones de personas de las cuales algunas compran más de un libro al año, y si no habrá que preguntarle a los editores de libros de texto para le enseñanza media de nuestro país como les va.
Pero leer sí crea personas menos ignorantes y con ganas de vivir de mejor manera, que buscan como alcanzar mejores estándares de vida, aunque únicamente sea tener dinero extra para poder comprar más libros.

publicado en blureport.com.mx el 26 de mayo de 2014
imagen: imgfave.com

martes, 27 de mayo de 2014

H.R. Giger. In memoriam. (1940-2014)






Mucho se ha escrito y se escribirá sobre el talentoso H.R. Giger, de su genialidad y de su trabajo artístico, aquí un poco de su relación con la música y los músicos.
Armando Enríquez Vázquez.
La primera vez que vi Alien,  fue el día de su estreno en el Cine Latino en 1979 o 1980, en esa época las películas extranjeras podían tardar en llegar a las pantallas nacionales meses y hasta años. La película más allá de la belleza de Sigourney Weaver y el sorprendente relato de suspense, me inquietó durante varias semanas con aquella siniestra criatura que podía incubarse en el interior de un ser humano. Un parasito superlativo. Así como el extraño ser que en la fase anterior de su evolución surgía de un huevo y tenía características que eran la mezcla de una mano, un artrópodo y un crustáceo.
La inmensidad de la sala donde encuentran los huevos de la criatura siempre me ha parecido uno de los paisajes más desconcertantes a los que se pueda enfrentar a un espectador de cine. Pero hasta ese momento y durante un tiempo la existencia de la mente de H.R. Giger, me fue ajena.
En el número de diciembre de 1981 de la revista Heavy Metal que aún conservo entre mis libros y revistas, encontré una colaboración entre Deborah Harry, la cantante de Blondie y el artista suizo H.R. Giger, las similitudes con la estética de Alien saltaban a la vista y se confirmaban al leer el texto.
H.R. Giger es uno de los artistas que reforzó mi idea que en el arte la categoría de la belleza no es la única que puede despertar sentimientos en el espectador. Sensualidad que raya en la pornografía. Fantasías que rozan la perversión. Realismo que ronda lo obsceno, lo satánico, lo maldito y la ciencia ficción. Eso es Giger para mí. Años más tarde mientras observaba libros con la obra del suizo fue cuando me di cuenta de que su obra me era conocida mucho antes de que viera Alien.
A lo largo de su carrera como artista gráfico H.R. Giger creó también algunas portadas de discos. No tantas como se cree y se dice por ahí, porque muchas de ellas las creó de manera independiente y después diversos grupos de música pidieron el permiso, o no, del autor para utilizarlas como portadas de discos. Pero una de las que si realizó específicamente para una portada de LP, la realizó en 1973 para el grupo inglés de Rock Progresivo Emerson Lake and Palmer. El cuarto disco de la banda se llamó Brain Salad Surgery y la portada le fue encargada a Giger. La portada muestra un cráneo humano atravesado por barras de metal y un circulo a la altura de la boca del cráneo que nos permite ver una boca con labios, la portada del disco se abre por la mitad y descubre un rostro femenino con cicatrices, un cabello similar a lo que décadas después llamaríamos rastas y que parecen además cables metálicos, la imagen es acorde a lo que años después Giger desarrollará en su serie de dibujos de Biomechanics.  El rostro tiene en la frente un símbolo del infinito. En la parte inferior del círculo que marca la boca, se percibe apenas la cabeza de un pene, que la disquera pidió al artista difuminar al máximo a que pareciera una luz, y la portada tiene la connotación de una felación, porque así lo tenía en un principio el nombre del disco. En la parte inferior de la pintura se muestra el nuevo logo del grupo también diseñado por Giger.


Sin embargo esta no fue la primera portada de un disco para la que trabajo el artista suizo, la primera fue para una banda llamada Walpurgis en 1969.
En 1981, el artículo publicado por Heavy Metal con Deborah Harry y Giger, era parte del trabajo que en conjunto estaban llevando a cabo. Giger dirigió y creó las escenografías para dos videos de la cantante: Now I Know You Know y Backfired,  así como la portada del álbum Koo Koo álbum solista de Deborah Harry.


La portada del álbum es un close up de Deborah Harry atravesada por cuatro gigantescas agujas. De acuerdo con Giger la idea se le ocurrió porque acaba de recurrir a un acupunturista amigo suyo para un tratamiento y en las cuatro agujas, Giger, encontró una relación con los cuatro elementos.
Los videos muy mal producidos y editados son llamativos por la gran exposición de la obra de Giger, sobretodo Now I Know You Know que además de tener toda la estética de Giger y de sus trabajos sobre Biomechanics, lo llevó a crear un traje especial para la cantante y a maquillarla con una brocha de aire para ciertas escenas del video. Estos videos me demuestran que aun dentro de Giger existe una gran ingenuidad, por lo menos como director de videoclips y que zapatero a tus zapatos.


Giger creó a lo largo de su vida algunas otras portadas de discos pero su colaboración con la música y los músicos lo llevaron a creaciones de otro estilo, durante los últimos 24 años de su vida Giger se dedicó únicamente a la escultura y dentro de ese tipo de trabajos Giger creó guitarras para la afamada marca Ibanez.
Por último, habrá que mencionar el un micrófono y pedestal que Giger creó para Jonathan Davis vocalista del grupo Korn. Giger le pidió al cantante que le enviara el material discográfico de la banda para decidir si trabajaba en el diseño del pedestal para el micrófono y de acuerdo con el testimonio que consta en la página web del artista, la música del grupo le gustó por lo que decidió hacer el trabajo. En el año 2001 el grupo visitó al artista en su casa y Davis aprobó los bocetos para el pedestal. El pedestal representa una mujer de pies a cabeza con una pequeña cintura y balas en lugar de pezones. Su cabeza sólo se limita a la mandíbula y de los labios emerge una sensual lengua 


En 2005, se llevó a cabo una exposición de la obra de Giger en Praga, en el Museo Nacional de Tecnología entre abril y agosto de ese año y la muestra incluía los originales de la portada y contraportada que Giger hizo para Brain Salad Surgery. Al terminar la exposición los dos cuadros fueron robados y nunca han vuelto a ser vistos. En la página de Giger se ofrece una recompensa por ellos.
El pasado lunes 12 de mayo murió H.R. Giger, a consecuencia de una caída. Tenía 74 años de edad.

publicado el 22 de mayo de 2014 en thepoint.mx
imagenes: giger.com
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