jueves, 17 de agosto de 2017

Una sencilla serie de humor negro.





Entre los estrenos de 2017, en materia de series se encuentra Imposters. Una serie pequeña pero de gran intensidad.

Armando Enríquez Vázquez

Entre los estrenos de 2017, en materia de series se encuentra Imposters, una serie norteamericana producida por el canal Bravo y que, a pesar de parecer una serie menor, es una de las más divertidas, inteligentes y llena de vueltas de tuerca, como toda buena serie de estafadores debe ser, que he visto este año.
En medio de los clásicos sitcoms de gags fáciles y trillados, de las series de policías y asesinos que se resuelven en un sólo capitulo, los creadores de la serie, Paul Adelstein y Brook Adams, así como los escritores lograron una serie redonda, llena de humor negro. Una serie que se sostiene a lo largo de una primera temporada de diez capítulos con giros en la trama, guiños para el espectador y una serie de trucos en el guión que mantienen el interés por la serie y los personajes.
La trama es sencilla; Al llegar a casa después de casi un mes de haberse casado Eza Bloom (Rob Heaps), la encuentra vacía, su esposa, ha desaparecido y con ella toda la fortuna de Ezra. Ha sido víctima de un equipo de estafadores dedicados a engañar a solteros con dinero y problemas para relacionarse con los demás, a partir de tramas sencillas envuelven a sus prospectos a partir de la belleza y juventud de Maddie Jonson (Inbar Lavi) de quien invariablemente, se enamoran. Las estafas terminan en el altar. Pocos días después de la boda, Maddie desaparece y los deja sin nada, excepto un video disculpándose y amenazando con exponer secretos negros de ellos o su familia si se atreven a denunciarla. Así conocemos a tres parejas victimas de Maddie: Ezra Bloom, Richard Evans (Parker Young) y Jules Langmore (Marianne Rendón), que iniciarán el largo viaje para encontrar a Maddie y pedir las explicaciones necesarias, además del dinero.
Tal vez, contada así no resulte atractiva, pero lo que sigue en la trama, cuando Ezra, Richard y Julesse encuentren y lo hacen en medio de un nuevo trabajo. Aquí no va ni la mitad de la serie. Convierte cada capítulo en nuevas situaciones, con nuevos planteamientos y una historia que al mismo tiempo que se complica, integra nuevos personajes, igual de extraños y cínicos, como Lenny Cohen (Uma Thurman) encargada de solucionar de manera drástica cualquier problema que surja al interior del equipo de estafadores, bajo las órdenes directas del Doctor (Ray Proscia), un cirujano, encargado de investigar y proporcionar toda la información de futuras víctimas a los estafadores, jefe de la banda y quién se lleva el 70% de las ganancias obtenidas, y de los que Maddie y sus compañeros parecen ser sólo una célula entre otras que controla El Doctor.
Sí además incluimos en la mezcla agentes del FBI encubiertos, lo que en un principio parecía una serie de lugares comunes, se transforma en una serie llena de intrigas dentro de la intriga y otras intrigas menores.
Imposters, tiene sus guiños a películas que también tratan sobre el tema de estafas y trucos como la señal entre Max (Brian Benben) y Richard, homenaje a El Golpe.
Imposters está llena de amargura, de mala leche, de cinismo y ganas de vengarse. La justicia institucional y la justicia que los hombres por su propia mano ejecutan, códigos que crean vínculos dentro de una sociedad donde los códigos y reglas son creados para que los hombres mismos que juran defenderlos, los puedan romper y violar en aras muchas veces de cosas tan absurdas y concretas como la gloria personal. Una serie donde para actuar fuera de la ley hay que crear leyes y códigos propios que pueden resultar igual de endebles que los que rigen a la sociedad en general.
Pero también está llena de empatía entre aquellos que no pueden, o mejor dicho deben, ser empáticos. De camaradería entre los incapaces de creer en la solidaridad, de amor entre los descorazonados, y donde todo queda colgando de los hilos que prometen una segunda temporada con un aura aún más trágica y llena de humor negro que la primera, si es que Bravo llega a confirmarla. 
Es una serie de traidores traicionados, de traicioneros buena onda y de traicionados traidores, Imposters, es un buen ejemplo de una serie ligera de gran humor negro.

publicado en roastbrief.com.mx el 17 de abril de 2017
imagen: bravo.com 

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