jueves, 1 de julio de 2021

Una jornada espectacular

 


Lo que sucedió el domingo 6 de junio fue un triunfo de la democracia y de los ciudadanos a pesar de los intentos de López Obrador por descreditar a quienes no están con él.

Armando Enríquez Vázquez

Llegar temprano a la casilla tanto los ciudadanos encargados de las casillas que estábamos en nuestros puestos antes de la siete y media, listos para armar la casilla, como los ciudadanos votantes que comenzaban a formarse frente a la casilla ya era en sí una buena señal de la participación ciudadana. Como el país la casilla estaba conformada por más mujeres que hombres y mi casilla era presidida por una de ellas.

Con el tapabocas y careta puestos, una botella de gel, los funcionarios ciudadanos de casillas y los representantes del INE esperamos a que los policías del edificio oficial donde se instalaron las casillas nos abrieran el estacionamiento para entrar y recibir de los funcionarios del INE las mamparas, mesas, sillas, papelería, paquetes de boletas, plumones, urnas y los elementos particulares de una jornada electoral en pandemia; tapabocas, gel, toallitas. Comenzamos a armar todos los elementos, a contar las boletas y registrarlas. En la casilla contigua una mujer representante del PT pidió sellar cada una de las boletas, con la arrogancia propia de Gerardo Fernández Noroña, la mujer que obviamente no supo lo que pidió seguía sellando boletas después de hora y media de iniciada la jornada electoral, no sé que creía que era sellar las boletas, pero se veía fastidiada de poner su sellito ridículo del PT o de Morena, porque unas horas después de iniciada la jornada electoral cambio su pin del PT por otro de Morena.

La gente fuera de la reja a pesar de no ser aun las ocho aumentaba y cierta impaciencia se notaba mientras armábamos toda la casilla. Mi casilla inició con un retraso de unos veinte minutos porque uno de los ciudadanos funcionarios no se presentó y como marca la ley y hay que esperar para confirmar su ausencia. Los dos jóvenes suplentes; un chico y una chica universitarios fueron ejemplo a seguir de todos pues aguantaron media jornada ayudando en diferentes faenas como acercar a los ciudadanos de la tercera edad, mostrando a cada votante la casilla correspondiente.

La jornada se llevó a cabo sin ningún problema, fue durante las horas previas al mediodía cuando más ciudadanos se presentaron a votar. En la casilla donde me tocó actuar como secretario 2, se presentaron 2 jóvenes menores de 30 años como los representantes del PAN desde el inicio de la jornada.

En la casilla aledaña, la mujer del PT/Morena, consultaba su teléfono de manera obsesiva y mandaba mensajes de manera constante a quien sabe quién, diferentes personas se acercaron a ella en diferentes momentos del día, todos con identificaciones del partido oficial, con la arrogancia de quien se siente intocable y vencedor, triste panorama el que les esperaba.

A las seis de la tarde se cerró la casilla e inició la parte esencial del proceso la apertura de urnas y el conteo de votos que no hace ningún representante de partido o funcionario del INE o de los institutos locales, sino es efectuado por aquellas personas de la sociedad civil que por sorteo fuimos designados como funcionarios de casilla.

Boleta por boleta, contamos los votos de la elección federal y de las elecciones locales. Para armar los paquetes que se envían al INE para los conteos de todos los votos ciudadanos. Los representantes del PAN y una chica que se sumó de último momento de Morena supervisaron el conteo y estuvieron de acuerdo con los resultados. La mujer de la casilla contigua se pálida y desencajada firmó su acta correspondiente, ante la apabullante derrota de los candidatos oficiales en las tres elecciones en las casillas que estábamos ahí, la arrogancia se había borrado de su cara y había perdido como cuarenta centímetros de estatura. Pero lo único cierto era que la democracia había vencido en esas casillas y la participación ciudadana fue cercana al 70% en esas casillas.

En pocos países del mundo incluidos aquellos que asumimos como las más importantes democracias son los ciudadanos los que se encargan de llevar a cabo las elecciones, de contar los votos en la primera instancia, de servir a los otros ciudadanos en uno de los días más significativos de la democracia. Ahora es el presidente y una bola de políticos mediocres los que quieren arrebatar a la ciudadanía de esta muestra de la participación democrática, solamente porque el señor sueña con convertirse en el dictador tras las bambalinas de los futuros gobiernos.

Lo importante y debe quedar claro es que el INE es mucho más que el Consejero Presidente y los consejeros que son la cabeza del instituto, somos los ciudadanos que a pesar de lo que diga el presidente luchamos desde hace muchos años por hacer de México una democracia, somos nosotros los que desde  las urnas, con nuestro voto y nuestro compromiso de llevar a cabo las elecciones como funcionarios de casilla la parte viva del instituto y los que a golpe de voto hemos cambiado el país y no debemos permitir que un obseso con aires de dictador acabe con un instituto ciudadano, solo por el capricho revanchista de aun hombre que jamás es responsable de nada.

La democracia no es de chairos o fifíes, si no de chairos y fifíes, es un acto de inclusión y diversidad de opiniones y voces y eso fue lo que demostramos querer los mexicanos este domingo.

A manera de colofón esta semana fui sorteado para participar también como funcionario en la consulta popular que se llevara a cabo el 1º de agosto. Ya les contaré como me fue.


La imagen es también de mi autoría.

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