miércoles, 14 de septiembre de 2022

Chobani. El kurdo y su yogurt.

 


La historia de una de las más recientes marcas en el mercado que es una innovación en la manera de hacer negocios y un ejemplo de empresario para los viejos tiburones.

Armando Enríquez Vázquez.

El yogurt y otros lácteos similares tienen un origen milenario y según algunos arqueólogos e historiadores lo ubican antes de la agricultura y en Turquía algunos, otros en la zona de los Balcanes, o Grecia. Lo cierto que en las últimas décadas el alimento se ha convertido en uno de los alimentos básicos en muchos hogares alrededor del mundo y en muchas versiones y estilos regionales como lo que se llama yogurt griego, el skyr que es la variante islandesa.

En una pequeña comunidad llamada Illic, cercana al legendario río Éufrates, nació el 26 de octubre de 1972 Hamdi Ulukaya. La familia es dueña de una granja productora de diferentes tipos de lácteos entre ellos yogurt y quesos de cabra y oveja. Ulukaya pertenece a la etnia kurda que sufrió una gran represión por parte del gobierno turco. Por eso mismo y considerándose un activista kurdo el joven Ulukaya tras estudiar ciencias políticas en la universidad de Ankara emigró a Estados Unidos en 1994 para estudiar en la universidad de Adelphi en Nueva York. Tras tomar unos cursos de negocios en la universidad de Albany y bajo la influencia de su padre decidió importar y vender quesos feta de la granja familiar, el negocio no iba del todo bien cuando en 2005, Hamdi Ulukaya vio un anuncio sobre la venta de una vieja fábrica de yogurt de la que la gigante Kraft se estaba deshaciendo.

De acuerdo con la charla TED que Ulukaya impartió en 2019, dudó mucho antes de ir a conocer la planta abandonada, después de conocer edificio y ver el mal estado en que se encontraba en la población de Nuevo Berlín al norte del estado Nueva York. La planta estaba en muy mal estado, había sido construida en 1920 y solo quedaban 55 trabajadores, al finalizar la visita Ulukaya llamó a su abogado para informarlo de su intensión de comprar la instalación, el abogado lo instó a no comprarla, usando como una de las principales razones que si una empresa como Kraft había decido cerrar la planta por considerarla un fracaso, como iba Ulukaya a hacerla un negocio rentable. El empresario kurdo en un principio desechó la idea de comprarla, pero después decidió comprarla, consiguió préstamos bancarios, y empezó de cero, incluso la primera labor que llevó a cabo con los únicos cuatro empleados que conservó en un inicio fue pintar las paredes de la fábrica de blanco y de ahí para arriba. Con el tiempo Hamdi Ulukaya pudo ofrecer su empleo al resto de los trabajadores que el conoció en su primera visita. Ulukaya contrató a un maestro yogurtero directo de Turquía y pasò dos años perfeccionado su versión de yogurt griego, en un principio, para tener algo de ganancias que permitiera mantener la operación y los pagos de los préstamos, Ulukaya comenzó a producir un yogurt de tipo americano para algunas empresas norteamericanas.

En 2007 salió a la venta el primer Yogurt con la marca Chobani, la palabra elegida por Ulukaya, significa yogurt en kurdo. Con una estrategia que incluía la venta de Chobani en las principales tiendas y el producto debía ser mostrado en los refrigeradores normales y no en los de los productos gourmet o naturales, esto hizo que la marca fuera visualizada por el consumidor común de manera inmediata evitando el rechazo frente a una marca exclusiva para consumidores exigentes, el yogurt tipo griego era desconocido para la mayoría de los estadounidenses y de acuerdo con el propio Ulukaya, sólo se tenía conocimiento de una marca similar que había fracasado en los años noventa y cuya distribución había sido limitada. El éxito fue inmediato en menos de una década Chobani tenía ya tenía más del 50% del mercado en Estados Unidos.

Para lograr el ser expuesto en los refrigeradores junto a las marcas posicionadas Hamdi Ulukaya negocio con los supermercados pagar las cuotas que pedían para poner al producto en el lugar que el kurdo quería a partir de las ventas de Chobani. Otro factor que consideró Ulukaya para el lanzamiento de Chobani fue el precio de la porción que quedó entre el precio de las marcas norteamericanas muy baratas y las muy caras provenientes de Europa o que aludían a ser un tipo de yogurt gourmet.

Chobani comenzó a venderse en México en 2016 y en la actualidad cuenta con productos que diferentes a sus tradicionales líneas basadas en el yogurt griego, como sustitutos de crema para café, bebidas a partir de avena, bebidas probióticas, café y snacks.

El 25 de julio de 2012 Chobani inauguró un local conocido como Yougurt Bar en SoHo en la ciudad de Nueva York donde a manera de una cafetería vende diferentes combinaciones de yogurt con ingredientes dulces y umami, así como sopas, sándwiches y smoothies todos con el yogurt como ingrediente.


Chobani
tiene dos plantas en Estados Unidos, la original en el estado de Nueva York y otra más en Idaho. Una tercera planta se encuentra en Australia. Chobani es uno de los patrocinadores del equipo olímpico de Estados Unidos.

En 2016 Hamdi Ulukaya dio el 10% de la empresa a los 2000 empleados de Chobani, como agradecimiento a cristalizar y llevar a Chobani a ser el yogurt griego número en Estados Unidos. Una de las políticas de la empresa es contratar migrantes para ayudarlos a establecerse en Estados Unidos. De hecho, Chobani y su fundador están involucrados en diferentes instancias comprometidas con los migrantes.

En un inicio la imagen corporativa de Chobani se limitaba a una delgada tipografía con el nombre de la marca sobre un aséptico fondo blanco. En 2017 la diseñadora Lisa Smith, hoy Vice presidente de imagen de la marca fue invitada a trabajar en el relanzamiento de la imagen de Chobani, el resultado son las letras más redondeadas y gruesas sobre un fondo de color crema y la utilización de colores muy vivos en los diferentes productos de la marca.

Este texto fue publicado por primera vez en thepoint.com.mx el 5 de septiembre de 2022

imagenes: chibani.com

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