lunes, 6 de enero de 2025

2024 algunos libros de mi año.

 


Estos son los libros que llamaron mi atención a lo largo del año que acaba de concluir. No necesariamente son novedades, son mis lecturas de este año.

Armando Enríquez Vázquez

¿Por qué hacer listas al finalizar el año?

Por seguir los lugares comunes, por reflexión de lo transcurrido a lo largo de un periodo caprichoso de tiempo, o simplemente y llanamente por el placer de hacerlo.

El año de 2024 trajo consigo muchos libros y muchas lecturas para mí, no todas novedades, pero si algunas memorables las cuales comparto y recomiendo.

Debo empezar con la grata sorpresa que fue descubrir dos pequeños y delgados volúmenes editados en Guadalajara por la editorial Mandrágora, Xalisco inefable y Xalisco Monstruoso resultado de un par de concursos convocados por la misma editorial, ambos volúmenes dedicados a la literatura fantástica, el primero sobre horror cósmico y el segundo dedicado a Guillermo del Toro. Algo excepcional de estas antologías es que los textos seleccionados no tienen desperdicio, lo que hace que muy recomendables ambos volúmenes y para los amantes del género un par de libros llenos de historias de terror que suceden en diferentes locaciones del estado de Jalisco.

Y si de cuentos se trata no puedo dejar de pensar en el la extraordinaria colección de Reyna Guerrero Cero Grasa, editado por Bonilla Artigas editores, la autora médica psiquiatra, gracias a su experiencia con pacientes de diferentes tipos logra un descarnado y desolador panorama del ser humano y su alma trastocada, cuento como Ramo de novia, Cero grasa, que da título al volumen, Noche de graduación o Píntale otra raya al tigre son narraciones con una frialdad clínica sobre los abismos del cerebro humano, no hay edulcorantes, ni tranquilizantes que la escritora ofrezca en sus relatos a sus lectores y la fuerza de su pluma da lugar a este libro altamente recomendable.

Otro de mis libros favoritos leído a lo largo de los pasados 12 meses es Odio a los sanos…y los optimistas de Esther Charabati, editado también por Bonilla Artigas Editores. El libro está formado por una serie de textos muy ácidos y en tono de comedía acerca de cómo los demás perciben y aconsejan a la autora para lidiar con su males crónicos y aunque siempre bien intencionados, no siempre parecen racionales o ilustrados, también están aquellos sanos que necesitan demostrar que sufren más que Esther. También, la autora nos comparte su periplo por diferentes médicos, sanadores y charlatanes a los que ha acudido la autora. Termina en estas muy divertidas experiencias, con una la reflexión en el mismo tono acerca de la pandemia de la Covid-19 y a lo que enfrentamos en esa Planilandia actual impuesta por la comunicación virtual.

Las palabras nos definen y al mismo tiempo nosotros les damos un significado que trasciende las absurdas, por no decir arbitrarias y rígidas reglas de las academias, para convertirlas en un códice personal, así en el Diccionario de ideas sueltas y pensamientos mundanos de Gabriel Trujillo Muñoz, editado por Bonilla Artigas Editores, es uno de esos libros de resonancias, reflexiones e inspiración, además de ser un libro de grata lectura que nos recuerda que a lo largo de nuestras existencias ciertas palabras nos acompañan y algunas de ellas van cambiando de significado con los días y nuestra experiencia y relación personal con ellas. La lectura de este diccionario nos deja en claro que los diccionarios personales son a veces más importantes que los académicos.



Un muy recomendable texto juvenil es la novela escrita por el arqueólogo Emiliano Gallaga, quien en su opera prima, Ritos antiguos señales del pasado. La gran experiencia de Gallaga como arqueólogo en el norte del país, da como resultado este libro de ficción y divulgación sobre los pueblos originales del noroeste de nuestro país, algo que la educación federal ha omitido desde siempre. La novela de Gallaga que mezcla el pasado con el presente es sin duda una muy buena forma de que un niño o un adolescente comiencen a interesarse por las culturas de árido-américa de las que poco conocemos en México.

Hablando de libros escritos por arqueólogo el año que acaba tuve el gusto de leer el segundo volumen de Sombras y susurros, la serie de testimoniales que Luis Alberto López Wario y Luis Alberto Martos López se han dado a recolectar entre sus colegas, sobre las experiencias sobrenaturales que estos profesionales han sufrido en los diferentes sitios en los que trabajan. El proyecto surgido durante los tediosos meses de la pandemia ha fructificado y se prepara ya una tercera entrega de la serie debido a la gran participación de arqueólogos nacionales y de otras partes del continente a los que poder compartir estas experiencias extracurriculares los ha entusiasmado. La calidad de los textos no es nada mala y al ser fuentes primarias los relatos resultan interesantes y nos llevan a las mismas reflexiones, sin sesgo de los investigadores: ¿Qué demonios sucedió ahí?



Hay una novela que resalta entre lo que leí por su frescura, imaginación, erotismo. La jauría errante de los recuerdos de Mercedes Rodríguez Abascal, es una opera prima que vale mucho la pena leer, más allá de los lugares comunes actuales de la violencia y esoterismo que trabajan muchas de las escritoras del continente, la novela de Rodríguez Abascal es una novela sui generis, que emociona, divierte y nos deja un grato regusto tras cerrar la contratapa.

La lista podría ser más larga e incluir algunos cuentos que leí durante estos doce meses como las dos aterradoras ficciones: Subasta de María Fernanda Ampuero, editado en esa colección demagoga y en ocasiones doctrinaria que es Vientos del pueblo del Fondo de Cultura Económica. Una historia del terror real, la violencia y el crimen organizado que se vive en toda América Latina y Sabes de que va la historia del danés Thomas Olde Heuvelt, uno de los grandes escritores de literatura fantástica en la edición digital de Tor.com, una historia que da una vuelta de tuerca a una de las historias lugar común en el mundo paranormal de todos los países acerca.

Quedaron libros en el estante y en el Kindle con la promesa de leerlos en este año que comienza.

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