Una serie de
culto; una vida perdida. Una inquietante cinta se pasea por Max y sin ser de
terror su contenido es aterrador.
Armando Enríquez
Vázquez
I Saw the TV Glow (Vi el Brillo del telelevisor.) es
la historia de un adolescente obsesionado por ver una serie de culto The
Pink Opaque (El rosa opaco). La serie es la historia de dos jóvenes
adolescentes que se conocen en un campamento de verano, se hacen amigas y a
partir de este encuentro desarrollan un conexión psíquica, un pequeño fantasma
fluorescente tatuado en la parte trasera de su cuello es lo que revela esta
conexión. Físicamente separadas las jóvenes deben luchar contra un villano
universal Mr. Melancholy y salvar al mundo.
Las historias de terror que atraen a los adolescentes y en
particular de los suburbios de los pueblos americanos, se transmite los sábados
a las 10:30 de la noche. Owen, un niño de diez años, es uno más de aquellos a
los que el programa llama su atención, pero sus papás no le permiten verlo
porque su hora de ir a la cama son las diez de la noche. De manera fortuita
Owen conoce a Maddy, una chica de su preparatoria, mayor que él, que sentada en
los pasillos de la escuela lee una compilación de todos los capítulos de The
Pink Opaque y por lo mismo es cuestionada por Owen. Finalmente, él acepta
no haber visto la serie pero tener el interés de hacerlo a pesar de las
restricciones de sus padres, Maddy decide invitarlo un sábado a su casa a ver
la serie.
Tras algo que suponemos una sola visita de Owen, Maddy le
hace llegar los capítulos de la serie en videocasetes en formato de VHS de manera
semanal. Tras la transmisión del episodio final de la quinta temporada de The
Pink Opaque, Maddy desaparece mientras su televisor se quema en el patio trasero
de su casa. Nadie sabe a donde fue, ni que sucedió con la joven. Owen continua
entre su vida cotidiana y la espera de la nueva temporada.
Sí Maddy reaparece, si le da nuevas opciones de vida a Owen
y si The Pink Opaque es lo que realmente Owen en su edad adulta sigue
idealizando, son la parte en la que la cinta comienza a plantear la
distorsionada visión de un hombre gris perdido en su complejo sistema de
verdades o mentiras, de la forma en la que decidimos justificar nuestra vida. “Qué
tal si yo fui alguien más del lado más lejano de la pantalla de la televisión.”
Se cuestiona en algún punto de la vida Owen. Así la metáfora de vida perdida en
la contemplación. A diferencia del Quijote, Owen no vive su locura, no
construye su realidad a imagen y semejanza de sus fantasías, sólo contempla ad
nauseum el pasar de su vida esperando la llegada de alguien, de algo que le
dé sentido a la misma.
I Saw the TV Glow, es precisamente esa reflexión que
da nombre a la cinta, el resplandor adictivo de todos los dispositivos que
emiten contenidos visuales, en nuestra época, cuando más adictos a las
pantallas de las plataformas, la idealización de ciertas series que de manera
inexplicable se vuelven de culto. La vida de muchos hombres y mujeres se
disuelve en el espejismo que es una pantalla, en historias que viven de manera
segura y virtual.
Así la vida de Owen parece resumirse en un solo evento, una
relación efímera y superficial y la obsesión del personaje por una serie de
televisión cancelada al llegar al final de la quinta temporada.
La secuencia del club nocturno nos recuerda a las cintas del
underground sesentero o del punk setentero, como toda cinta caótica gran
parte de la acción sucede en la noche, los diferentes grafittis escritos en
rosa fosforescente sobre el asfalto siempre nos recuerdan que: Aún hay tiempo.
La televisión incendiándose, los grotescos y risibles monstruos, son el clásico
universo Kitsch que se vuelve tan atractivo a muchos.
De acuerdo con Google The Pink Opaque en el slang
norteamericano hace referencia a las personas que aún no se deciden a aceptar
su transexualidad, de hecho el personaje de Maddy está interpretado por el
actor Jack Haven, para hablar de la transexualidad aunque sea de una manera
disfrazada, porque Maddy se confiesa lesbiana y también viste a Owen de una manera
muy femenina.
Sí el asunto de la indefinición sexual de Owen está a lo
largo de la cinta, lo cierto es que no es el único tema y tampoco el autor se
centró en hacer una apología o condena de esa indefinición de su personaje, que
al final acepta el rol preestablecido de género y se casa y tiene hijos. Es la
indefinición frente a la vida lo que hace de Owen un personaje patético.
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