viernes, 13 de abril de 2018

La “justicia” electoral.




Lo único que falta en este proceso electoral es que uno de los poderes o el mismo Peña Nieto disuelvan a los organismos electorales pretextando ser parciales.

Armando Enríquez Vázquez

 Nada más patética que la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el sentido de incluir a Jaime Rodríguez “El Bronco” en la boleta electoral, no por el hecho de que en teoría se defiendan los derechos humanos y electorales de un pre candidato, si no por la desfachatez de actuar conforme a los intereses de la Presidencia de la República y PRI al reconocer y legitimar la trampa y la corrupción de un personaje cínico como Jaime Rodríguez “El Bronco” quien cometió un delito electoral, curiosamente no tipificado, al presentar más firmas falsas que reales para sustentar su candidatura, por el simple hecho de que, en teoría, pude quitarle puntos a López Obrador.
Hace unas semanas el INE se pronunció en un sentido similar al aceptar la candidatura “independiente” de Margarita Zavala quien presento más firmas falsas que “El Bronco” pero menos por muy poco que las reales para que el Instituto Nacional Electoral “se olvidara” de las falsas y le permitiera de manera facciosa golpear al golpeado Ricardo Anaya.
Más allá del claro mensaje político que esto manda a la sociedad y al mundo, donde de por sí la visión del México más corrupto que nunca es una certeza, es que en materia de parcialidad a favor del partido en el poder y la preservación de su sistema todo se vale. Utilizar a la PGR en contra de la oposición, destituir a fiscales, atacar a gobiernos de Estados soberanos de la federación desde la Secretaría de Gobernación. En México todo se vale para que nada cambie.
Costó a la sociedad mexicana 70 años librarse de la Dictadura Perfecta ejercida por el PRI, para que un traidor, hoy reconocido priísta, Vicente Fox y un grupo enfermo por el poder encabezado en su momento por Felipe Calderón, hoy por José Antonio Meade y Javier Lozano, dieran al traste con la naciente democracia mexicana.
El PRI es el menos interesado en crear oportunidades para los mexicanos, establecer un sistema educativo de mediana calidad, un nivel de vida decoroso para los mexicanos y sí continuar en el poder implica descaradamente manipular a jueces títeres, sin lugar a duda lo hará y lo ha hecho. Los magistrados que obedecen a los intereses de la presidencia y del PRI son Felipe Alfredo Fuentes Barrera, José Luis Vargas Valdez, Mónica Aralí Soto e Indalfer Infante González cuatro magistrados que, como en el caso de “El Bronco”, llegado el momento podrán anular la elección si así le conviene a sus amos, porque entre estos cuatro poco éticos jueces tienen la mayoría de los votos del pleno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
El TEPJF y el INE ahora simulan desacuerdos y se atacan cuando en realidad los dos han jugado su papel en la aprobación de candidatos independientes poco éticos. Y lo peor está por venir porque en su momento estos mismo pseudo magistrados habrán de validar o no a Armando Ríos Píter, el último de los independientes en supuestamente haber logrado las firmas necesarias para obtener la candidatura y al que el INE le negó la misma con el mismo argumento que se la validó a la esposa de Calderón, la presentación de firmas falsas. Siendo justos, lo que no parecen ser ni los magistrados del actual TEPJF y los consejeros del INE de Peña Nieto, el apodado “Jaguar” deberá tener su lugar en la boleta, pero con estos magistrados no se sabe.
Cabe aclarar que, a diferencia del Instituto Nacional Electoral, la magistrada electoral Janine Otálora Malassis, votó en contra de la resolución que favoreció al gobernador con licencia de Nuevo León, mientras todos conocemos el papel de tapete que incluso al interior del INE tiene Lorenzo Córdova Vianello, quien ha desgastado el cargo de Consejero Presidente de una manera que después de Leonardo Valdés Zurita hubiera parecido imposible. Aunque también es cierto que la presidenta del TEPJF y los otros dos que se abstuvieron en el caso de “El Bronco” fueron parte del voto unánime que validó las elecciones de Coahuila y el Estado de México en 2017.
La democracia mexicana parece estar muerta cuando desde sus entrañas es atacada, cuando aquellos que deberían defenderla y procurarla se encargan de servir a los intereses más oscuros. Son estos magistrados y cinsejeros los que habrán de avalar una elección que a ojos de buen cubero y tratando de darle validez alguna a las encuestas, el PRI no ganará de manera legal y si lo hace será porque toda la maquinaria del Estado y todas las transas que acostumbra el PRI se ejercerán incluyendo la aprobación en su momento del INE y en el final del TEPJF.
Es claro el desprecio que ambos órganos tienen en la actualidad por la ciudadanía, por su opinión, pero más preocupante es el desprecio que tienen los dos por la democracia.


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