lunes, 12 de julio de 2010

El espejismo del bienestar

Armando Enríquez Vázquez

El futuro de Afganistán puede parecer brillante pero en realidad sus problemas parecen sólo estar por comenzar

Hace apenas un par de semanas se anunció que los depósitos minerales en Afganistán pueden tener un valor comercial de más de un billón de dólares. Expertos del Pentágono y geólogos consultores del organismo militar declararon que Afganistán tiene ricos yacimientos minerales que pueden dar un giro total a la economía del país del medio oriente. La existencia de estos depósitos puede apartar a los afganos más pobres de las manos de la guerrilla y darles los satisfactores que cualquier occidental desearía tener en casa.


Durante los últimos seis años y a partir de una serie de viejos mapas hechos en tiempos de la intervención rusa encontrados en la biblioteca de geología de Kabul, se ha investigado el territorio afgano en busca de yacimientos minerales. Geólogos y expertos del Pentágono realizaron estudios especializados en las áreas que los mapas indicaban. Según los datos obtenidos Afganistán posee enormes yacimientos de hierro y cobre que lo pueden convertir en el principal productor de ambos minerales a nivel mundial. Además existen también grandes cantidades de oro, cobalto y litio.
Un oficial del pentágono ha llegado a declarar que “Afganistán puede convertirse en la Arabia Saudita del litio.” Las reservas afganas son muy superiores a las bolivianas, que tiene el primer lugar, señala el estudio. El litio es un mineral indispensable para las baterías de celulares y computadoras portátiles.
La noticia parece sacada de los periódicos nacionales de finales de los 70’s cuando en México, nos disponíamos a administrar la riqueza. Los afganos al igual que nosotros en aquellos años, enfrentan altísimos niveles de corrupción en su gobierno, amiguismo y una legislación poco clara, a eso hay que sumarle otros factores cómo la división entre los diferentes jefes tribales y señores de la guerra a lo largo y ancho del territorio afgano, las áreas de clara influencia Talibán y la guerra que aún se libra. La inestabilidad política en un país con recursos por explotar está demostrado que engendra largas luchas civiles, entre más recursos, más larga y encarnizada la lucha.

La economía afgana se basa en el cultivo de opio y el narcotráfico, su experiencia en el terreno minero es nula y se limita a algunas minas “artesanales”, como las definen los geólogos participantes en el estudio.
La noticia ha puesto tanto al gobierno afgano como a compañías trasnacionales a frotarse las manos. El gobierno afgano prepara ya una serie de conferencias en Londres para fijar las licitaciones de explotación de los yacimientos. Sin embargo, existe un grupo de escépticos que ponen en claro que la explotación correcta de las minas y el generar ganancia a partir de ellas pueden llevar entre 15 y 30 años. Otros ven como el mayor beneficiario de estos descubrimientos al gobierno chino, quién debido a su poca preocupación por las condiciones laborales, ecológicas y su indiferencia a la transparencia y corrupción, como ha quedado demostrado en Zambia, donde las condiciones de trabajo han llevado a la muerte a algunos mineros y otros han sido asesinados por protestar. El año pasado, el ministro de minas del gobierno de Amid Karzai fue acusado de corrupción por agentes del gobierno norteamericano por aceptar un soborno de 30 millones de dólares para conceder a China los derechos para explotar una mina de cobre. El ministro fue relevado de su puesto, pero los chinos continuaron con sus trabajos en la mina. La noticia de la cantidad de yacimientos seguramente despertará la ambición china, como ya lo hizo con las compañías occidentales lo cual puede terminar en enfrentamientos entre el gobierno de la casa Blanca y el de Pekín. Otros países como Rusia querrán, sin duda, su tajada del pastel.

El Banco Mundial ayudó al gobierno de Kabul a crear una legislación sobre la explotación minera en el país, tratando de conciliar los intereses de Kabul y los de las provincias. Sin embargo, la ley no ha sido llevada a la práctica y los asesores del Banco Mundial creen que debido a la situación política de la nación afgana esta pueda ser impuesta. Esto sin contar que también el Talibán puede reaccionar de una manera más violenta para proteger los yacimientos que se encuentran dentro de los territorios que tiene dominados.
La semana pasada, en su noticiero estelar, CBS presentó un reportaje con un hombre que se hizo llamar “terrorista financiero”, quién con gala de cinismo, explicó cómo los préstamos del Banco Mundial y del FMI son sólo maneras para crear oligarquías, promoviendo la corrupción y creando compromisos de los países en desarrollo para que los organismos internacionales, el gobierno de Estados Unidos y las grandes trasnacionales se apoderen de estos países, a partir de deudas que nunca se podrán pagar ya que los préstamos siempre terminan en la bolsa de las familias en el poder, mientras las deudas son adquiridas por las naciones. Nada nuevo, pero siempre impactante de ver tanto cinismo tratado tan a la ligera en televisión abierta de Estados Unidos. Desafortunadamente para los americanos, parece que los chinos ya llevan camino andado en Afganistán lo que enfurece al gobierno de Obama.
A diferencia de la explotación petrolera donde una vez cavado el pozo los resultados son inmediatos, lo mismo sucede con la extracción de diamantes, sin embargo, muchos de los minerales que abundan en el subsuelo afgano requieren de complejos procesos para su obtención que demandan una fuerte inversión, hay que tener en cuenta que los precios de los minerales fluctúan constantemente y que su incremento en precio nominal no es siempre equivalente al valor real. Por ejemplo, el oro rompió el año pasado la barrera de los mil dólares la onza por primera vez en la historia. En 1980 su valor era de ochocientos setenta y tres dólares la onza, que a valor real de hoy equivaldría a dos mil trescientos dólares, y por muchos años se mantuvo en quinientos dólares la onza. Nadie asegura que el precio de los diferentes minerales, el litio por ejemplo, sea igual de atractivo dentro de treinta años. A esto hay que sumar que la infraestructura para llegar a los lugares y explotarlos es inexistente y la seguridad que se deberá proveer por lo próximos 20 años. Los estudios norteamericanos demuestran que la riqueza mineral del país esta esparcida a lo largo y ancho de su territorio.

En el 2001, se hablaba ya de los intereses comerciales de los Estados Unidos que se ocultaban tras la invasión de Afganistán, hoy todas esas sospechas parecen confirmarse, los nueve años de invasión y los que sigan serían autofinanciables para el gobierno de Washington si los yacimientos fueran fácilmente explotables, cosa que parece improbable, como algunos miembros del Pentágono reconocen.
Sin embargo a nadie parece realmente importarle la población afgana, entonces toda esa riqueza es tan sólo otro espejismo para los miserables habitantes del devastado país de Medio Oriente.

Publicado en Blureport.com.mx julio 12 2010

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