martes, 6 de diciembre de 2011

Back to the future: Silbatos, gorras y acarreados.

Si todavía a alguien le quedaba alguna duda, el domingo 27 de Noviembre los Dinosaurios aparecieron y en su mejor tradición coronaron al rey. ¡Tengamos miedo, mucho miedo!

Armando Enríquez Vázquez

El 27 de Noviembre el ex gobernador del Estado de México, con paso firme, dando muestras de la escuela de oratoria con la que en la primaria ha de haber declamado “soy siervo de la nación” y luciendo su copete engominado que lo hace ver como estudiante modelo de la primaria “Benito Juárez” inscribió su candidatura a la presidencia por su partido el de la revolución Institucional.
Recuerdo a Carlos Salinas hace 24 años, otro domingo por la mañana siendo llevado a ese mismo enorme escenario, lleno de los mismos personajes, con distintos rostros, ambiciosos, mezquinos serviles, aplaudirle hasta sangrar las manos, mientras que en San Ángel, Sergio García Ramírez escondido tras los muros de su casa, observaba a los reporteros que se habían tragado el “borrego” de que él era el bueno. Las dos caras de la moneda. Tras un teatro de marionetas, que Miguel de la Madrid montó para hacernos creer que ya no había dedazo en México.
Hoy como entonces, el acto fue multitudinario, como calcado, por un lado, pareciera como si, uno de los requisitos para poder registrar una candidatura en dicho partido fuera poder demostrar la capacidad de derroche. Ahí estaban todos, tal y como se esperaba de un candidato de unidad, el Presidente de la Cámara de Diputados, El líder del partido, gobernadores, diputados, senadores, personajes funestos en la historia del partido como Arturo Montiel y Alfredo del Mazo. Todos estaban ahí hasta los acarreados, de quien uno de los acarreados dijo: “Como les íbamos a impedir venir.” Hasta las frases. Los lugares comunes. En el centro del acto como un dios ungido, el candidato, el único, que levanta la mano y saluda, que sonríe con una sonrisa Colgate, que hace caravana y reverencia ante todos aquellos, que él espera, hagan caravanas y reverencias cada vez que entre en un salón, cuarto o auditorio durante los próximos siete años.
Confeti, música, matracas, porras, aplausos fáciles, marcados dentro del guión y un discurso que no dijo nada, vacío. Un agradecimiento al senador Beltrones por declinar a favor de él. Al parecer una nube negra se cierne en el futuro del país.
Me sorprende como las cuentas de vidrio nos siguen siendo tan llamativas, el brillo del oropel nos deslumbra. En la calle la gente saborea el triunfo de Peña nieto como si fuera propio y los más se limitan a decir a mí la política no me importa. ¿Entonces para que piden a gritos democracia?
La añoranza de un PRI de carro completo, del saqueo de la nación, de las frases hechas y de lugares comunes, de doble moral. Eso es lo que queremos. Así es como nos gusta vivir.
Doce años de gobiernos del PAN solamente han servido para acabar con la esperanza de que algo mejor puede pasar en nuestro país, elegimos el cambio y no quisimos ser partícipes de él. Hablamos de la ciudadanía, esperando otro rey que nos llevara por buen camino. Hablamos de democracia y se nos olvido exigirla. Manoseamos la palabra justicia y permitimos los mismos abusos de siempre, las mismas personas de siempre, las mismas transa de siempre. Entonces instalados en nuestro eterno papel de víctimas nos hemos dedicado al rumor, al chisme y a la calumnia vil, sin pruebas ni fundamentos. Al rencor.
Todo se olvida con los silbatos y la alegría fingida en un acto que encamina al país a más de lo mismo pero peor. ¿Qué podemos esperar tras el inicuo discurso de Enrique Peña Nieto?
Ninguna democracia funciona, eso es muy claro. Hay las que simulan hacerlo de mejor manera y otras que a las que ni siquiera les preocupa el que dirán, durante setenta años vivimos en esa situación en el lado del proteccionismo de derechas y el argumento era me eligió la gente para hacer lo que yo quiera porque son brutos, incultos, necesitan un guía. Otros doce, los hemos pasado en me eligió la gente para hacer lo que yo quiera, porque ellos si saben lo que les conviene.
Parece que estamos listos para elegir la primera formula de nuevo, ya sea con el PRI o con el PRD.
Y al final sólo queda la pregunta de Manlio Fabio Beltrones: ¿Unidad para qué?
Publicado en blureport.com.mx del 6 de Diciembre de 2011

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