viernes, 20 de abril de 2012

Letras que incomodan.


La Poesía peca y además incomoda, así lo demuestra una vez más con la reacción intolerante del gobierno y periódicos israelís ante el poema del premio Nobel de literatura Günter Grass, ¿Es momento de preocuparnos por las letras que queman o de las armas que matan seres humanos?

Armando Enríquez Vázquez
 
Cuando leí que Günter Grass había sido declarado personan non grata y tenía prohibida la entrada a Israel por un poema suyo publicado por Süddeutsche Zeitung y cuyas versiones en español  e inglés se encuentran ya en diferentes sitios de la red, no pude más que sentir indignación, esa indignación que se siente cuando los politiquillos y los asesinos en masa que controlan el mundo quieren hacernos creer que todo lo que se hace, se hace por el “Gran Bien Común.”
El Poema se titula Lo que hay que decir.” Un texto ante todo político, pero así es la obra de Grass. En el acusa a Israel de ser una potencia nuclear que pone en peligro la paz mundial con su obsesión por acabar con Irán, de quién también dice esta maneja da por “un fanfarrón”, que somete a su pueblo y lo lleva al “júbilo conducido”.  Además, Grass cuestiona a  Alemania por vender submarinos capaces de lanzar ojivas nucleares a Israel, cuestionando a su patria, el ser partícipe de una próxima matanza. Sin tomar en cuenta que después de sesenta años aún cargan con los pecados de la II Guerra Mundial, en la cual, él, Grass, combatió con el ejército alemán y después sufrió en un campo de prisioneros de los Aliados.
Durante los últimos sesenta años Israel se ha encargado de que el mundo no se olvide de los crímenes de Hitler y sus secuaces. Que sean el estigma del pueblo alemán. Todos los años, libros, películas, programas  de televisión , de ficción, documentales, históricos y biográficos nos recuerdan una de las peores atrocidades del hombre, un genocidio basado en el odio, en la diferencia, en el hecho de adorar a un dios distinto al cristiano. Es cierto fue una atrocidad, un genocidio dirigido y planeado, un acto execrable. Pero con qué calidad ética el gobierno de Israel se atreve, hoy, a pretender obligar al mundo a llorar por sus muertos de hace más de sesenta años mientras masacra y trata de exterminar a otros seres humanos simplemente porque no creen en el mismo dios.
Hablar en contra del gobierno israelí se ha considerado por décadas un acto antisemita, nadie puede poner en duda las intensiones de Tel Aviv , sus políticos y militares porque está conspirando contra un pueblo contra el que desde la aparición de Jesucristo todo occidente ha conspirado. Que se defiende paranoicamente de todos a su alrededor, Acaso no lo hemos visto cien y más veces en las pantallas de nuestras televisiones, en las páginas de cientos de libros que hemos leído. Sin embargo existe una diferencia entre el pueblo Judío, mucho del cual se encuentra diseminado por el mundo y los políticos israelís tan similares a los políticos del resto de mundo.
La historia la escriben los ganadores, por eso se nos impide escuchar las voces de palestinos, libaneses, egipcios, sirios, masacrados año tras año por el ejército israelí o por sus servicios de inteligencia, despiadados y crueles como hace setenta años los SS y la Gestapo.
Pero más allá de esta última controversia por no llamarla desatino de las autoridades de Israel y sus periodistas, hay que leer el poema de Grass y ver que una de las grandes plumas y mentes del siglo XX y principios del XXI, habla también de esa carga que es ser alemán y lo que se cree es correcto y lo que no en el discurso de un alemán. No es la primera, ni será la última que la literatura, el arte en general cargue con el estigma de incómodo, de subversivo.
Afortunadamente el artista no será jamás políticamente correcto eso se le queda a periodistas y miembros de los partidos políticos en cuya inmoral balanza tiene más peso el maltrato animal, que la trata de seres humanos, La hora de Planeta y el calentamiento global en oposición a la pobreza y maltrato de niños en el mundo. Es más simpático ver a los niños actuar como adultos en un insulso comercial de una ONG que verlos morir de hambre junto a las milpas abandonadas. Grass se ha limitado a decir que sólo en tres ocasiones se le ha negado la entrada a un país, la Alemania del Este, Birmania y ahora Israel y dice que el gobierno Israelí debe estar consciente de su similitud con ambas dictaduras y la temida Stasi de la Alemania Oriental.
El arte sólo tiene dos compromisos; con su autor y con él mismo y por eso hemos de dar las gracias. Si quieren leer el poema se encuentra en:





Imagenes cortesía de biografiasyvidas.com y thelede.blogs.nyt.com

Publicado en blureport.com.mx  20 de Abril de 2012

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