martes, 11 de mayo de 2021

El Cid, melodrama de una gesta épica.



 La epopeya castellana cede el paso a un melodrama muy televisivo que al parecer se aleja en ciertos puntos de la historia documentada del periodo.

Armando Enríquez Vázquez

En los libros de texto gratuito de español primaria en los años setenta, existía una lectura que ejemplificaba la evolución del español en el tiempo partiendo de El Cantar de Mio Cid. Desde ese entonces la figura del Campeador está impresa en mi mente como el héroe medieval por excelencia. La colección de Austral tiene una edición del poema épico con dos versiones; la original en español antiguo y la interpretación en español contemporáneo de Alfonso Reyes, el gran escritor mexicano de la primera mitad del siglo XX.

Por eso ahora que vi que Amazon Prime estrenó una versión en video de la historia del Cid Campeador no tarde en verla. Como muchas de las series históricas españolas la pobreza de los recursos de la producción se complementa con la majestuosidad de las locaciones.

No importa el deterioro de las ruinas de castillos donde se llevan a cabo algunas de las acciones, todo queda justificado porque el espectador puede imaginar la grandeza que alguna vez tuvieron esas ruinas, algo que la producción contrasta con la sobriedad del palacio árabe cuando conocemos la grandeza de aquello que sobrevive en el tiempo en lo que fue la España árabe.

Ruy Díaz de Vivar, el Cid, está interpretado por Jaime Lorente, a quien hemos visto en la serie de Netflix, La Casa de Papel como Denver y quien con un corte de cabello más de rockstar de los ochenta que de escudero de la corte de Fernando I de León (José Luis García Pérez) mantiene un personaje neutro que transita a lo largo de la primera entrega. En la primera temporada la serie nos cuenta en cinco episodios el inició de la vida del guerrero español, sus relaciones en la corte y los odios que va sembrando.

La epopeya castellana cede el paso a un melodrama muy televisivo que al parecer se aleja en ciertos puntos de la historia documentada del periodo. Así, Urraca de Zamora (Alicia Sanz), la hija primogénita de Fernando parece ser la enemiga jurada de El Cid, cuando en realidad fue la madrina de armas de El Campeador cuando este fue nombrado caballero, incluso existen versiones históricas que hablan de como la joven estuvo prendada de Ruy. En la serie se insinúa que la mujer envenenó a su padre el Rey Fernando I, algo totalmente falso.

Lo mismo sucede con la conspiración en contra de Fernando por parte del Conde Flaín Fernández (Carlos Bardem) un personaje histórico opuesto a Fernando I y quien conspiró y se rebeló en contra del rey más de una vez. Pero en ninguna de ellas participó la reina Sancha (Elia Galera) esposa de Fernando I y la existencia del obispo (Juan Echanove) que aparece en la serie es totalmente ficticia.

Esta primera entrega es ficción antes que historia, pero muchas veces eso sucede en las series de televisión, habrá que decir también en honor de la serie que muy poco se sabe con certeza de esa primera etapa en la vida del guerrero a no ser que en algún momento se convirtió en escudero de Sancho (Francisco Ortiz), hijo de Fernando. Desgraciadamente uno de los males de nuestros días es la obstinada necesidad de llenar huecos de orígenes, sin entender que muchas veces en la historia de la humanidad los personajes han cobrado importancia a partir de un hecho o momento de su vida y así como aparecen, desaparecen sin dejar el menor rastro. Una maldición que en tiempos de la sobreinformación parece imposible de evitar.

Las secuencias de batalla, así como los aquellas de torneo, no son malas, pero podrían ser más espectaculares dada la importancia del personaje y de la producción.

En general la primera entrega de El Cid no deja de ser un melodrama pasable donde las mejores actuaciones son sin duda la de los antagonistas, Urraca es el gran personaje de la serie, aunque la necesidad de una interpretación muy estereotipada la vuelve por momentos en villana de telenovela de Televisa. Carlos Bardem ha hecho tanto el papel de antagonista que con poner la misma cara de siempre se convierte ya en el intolerable personaje que suponemos debe haber sido el Conde Flaín.

Muchos españoles se sienten defraudados por la serie de Amazon Prime y la acusan de ser el intento hispano por crear una especie bastante pobre de Juego de Tronos. Pero lo cierto es que fuera de las fronteras ibéricas, la historia de El Cid Campeador puede volverse atractiva para los jóvenes hispanohablantes y recobrar un interés que los lleve a descubrir el Cantar de Mio Cid y otras historias relacionadas con el personaje y su entorno. Por eso esperemos que las siguientes entregas de Amazon Prime recuperen la grandeza épica del gran héroe medieval con los asegunes del personaje.

Amazon confirmó la existencia de una segunda temporada de la serie.
 

publicado originalmente en roastbrief.com.mx

imagen Amazon Prime

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