jueves, 16 de agosto de 2012

Malí, un foco rojo más en África



La región norte de Malí dominada desde Marzo por grupos extremistas islámicos comienza a prender focos rojos en la región y en el mundo occidental.

Armando Enríquez Vázquez

Desde Marzo la región Norte de Malí se ha convertido en un bastión del extremismo musulmán y al menos tres grupos radicales musulmanes manejan la región.  Ansar Din, o los defensores de la fe, El Muyao y Al Qaeda del Magreb Islámico, quienes con la ayuda de los rebeldes Tuareg de la región se apropiaron del norte de la nación africana. Sin embargo a finales de Junio los tuareg fueron expulsados del territorio por los grupos terroristas.
A partir de Julio la influencia y administración del extremismo musulmán se ha hecho más que clara en el norte de Malí, la aplicación de la Sharia, o ley islámica se ha puesto en marcha. A finales de Julio una pareja fue acusada de tener dos hijos sin estar casados, por lo que las autoridades musulmanas dispusieron que la pareja fuera lapidada enfrente de los habitantes del pueblo y de sus hijos. A esto han seguido aplicaciones de la ley amputando manos a ladrones de la región. Además de prohibir el jugar futbol en las calles, beber y fumar.
La región controlada por los grupos extremistas de Malí es de aproximadamente 830,000 Kilómetros cuadrados, un territorio un poco menor a la mitad de nuestro país, o sea mayor que muchas de las naciones europeas.
Los servicios de inteligencia internacionales tienen los ojos puestos en esta región del mundo ya que se dice que los grupos terroristas tiene entre sus planes ataques a las embajadas de Estados Unidos, Francia y Reino Unidos, así como atacar los aeropuertos de aquel país para evitar la intervención de los países occidentales en los asuntos internos de Malí. La comunidad del occidente de África ha pedido a la ONU su intervención para acabar con esta amenaza. El gobierno de Burkina Faso ha sido designado por los países de la región como intermediario entre los extremistas que controlan el norte de Malí y el gobierno emanado de un golpe de estado en Marzo pasado y que ha prometido tras nombrar un presidente interino, Dioncounda Traoré, convocar a elecciones el año que entra, pero al paso que van las cosas esto podría ser ya demasiado tarde y Malí encontrarse dividido en dos nuevos países. Las negociaciones entre el líder de Ansar Din y el ministro de relaciones exteriores de Burkina faso han iniciado a un paso lento.
El miércoles pasado el Consejo de Seguridad de la ONU puso sobre la mesa el caso de Malí, sin embargo, nada quedó en claro y ninguna decisión fue tomada ya que la ONU pide a los países occidentales de África precisiones sobre el modelo de intervención que proponen para evaluar la aprobación del uso de la fuerza en el caso de Malí, además de dejar muy en claro que debe ser el gobierno de Malí y no sus vecinos quién debe solicitar dicha intervención.  Acción que el gobierno de Malí no ha pedido. Desde su llegada al poder, Francois Hollande ha advertido del peligro de que la región se convierta en una base para la exportación hacía Europa de terroristas y ha manifestado el apoyo de Francia a una intervención armada.
Por último, así como los talibanes acabaron con los gigantescos budas tallados en la montañas afganas, existe la preocupación de cómo trataran los grupos extremistas las ruinas de la histórica ciudad de Tombuctú, ubicadas también en el norte de Malí. Tombuctú, es una de las ciudades del mundo declarada por la UNESCO desde 1988 como patrimonio cultural de la humanidad. A pesar de no ser ya sombra de lo que fue en sus momentos de esplendor. Tombuctú alberga una de las bibliotecas más antiguas del Islam y cientos de textos escritos por autoridades de la época.
En Mayo y Junio de este año Ansar Din comenzó la destrucción de distintos templos y mausoleos en el interior de la ciudad, por ser considerados ejemplos de idolatría, un pecado castigado por las leyes de la Sharia.

Publicado en blureport.com.mx el 13 de Agosto de 2012
Imagen clubviaje.com

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