viernes, 23 de marzo de 2018

Rotoplas nació en Coyoacán.



El gigante en la fabricación de tinacos y formas de almacenamiento y distribución de agua tiene un origen sencillo y práctico como sus productos.

Armando Enríquez Vázquez

En el paisaje urbano de las principales ciudades mexicanas, no faltan antenas aéreas y satelitales, tanques de gas y tinacos de asbesto o de plástico. Cada día son más los de plástico y una marca es la que domina el mercado en México: Rotoplas.
Rotoplas es una marca mexicana que nació de la oportunidad de sustituir tinacos de asbesto y otros materiales peligrosos para la salud por nuevos contenedores para agua con materiales menos dañinos.
En 1978, la empresa hacía macetas, recipientes de plástico, casas de muñecas, macetas y casas para mascotas de acuerdo con Superbrands.com el nombre de Rotoplas nació de la unión de las palabras “Rotomoldeo” y “Plástico” y fue una idea del dueño de la empresa Carlos Rojas Mota Velasco. La empresa tenía su sede en ese entonces en Coyoacán. En 1989, tras haber detectado la importancia del mercado de los tinacos, Rotoplas lanzó al mercado el primero de sus famosos tinacos negros de polietileno. Tres años bastaron para que Rotoplas se convirtiera en empresa líder en su ramo. Actualmente los tinacos de Rotoplas presentan diferentes colores de acuerdo a la calidad del tinaco; el tinaco elite de la marca es de color beige en el exterior, con un desarrollo interno de cuatro capas, incluyendo la negra, resultado de las investigaciones de Rotoplas en sus centros de investigación.
A partir de ese momento la empresa fue haciéndose del mercado de los tinacos primero a nivel nacional, en 1995 contaba con 8 plantas en México y a partir de 1996 Rotoplas incursionó en el mercado de Centroamérica.
Actualmente cuenta también con plantas productoras en Centroamérica, Sudamérica además de tres centros de investigación del agua, uno en México, otro en Chile y uno más en Canadá.
Rotoplas ofrece no sólo tinacos. Han desarrollado una variedad de productos relacionados con el almacenamiento de agua y su distribución como cisternas y sistemas de captación de agua pluvial, bebederos, así como tuberías para crear redes de distribución, bombas de agua, una gama de filtros y purificadores del líquido caseros. Rotoplas produce también biodigestores.
Carlos Rojas Mota Velasco ha hecho de su empresa una más de las trasnacionales mexicanas que demuestran la capacidad de los empresarios mexicanos a diferencia de lo que la historia política del país quisiera hacernos creer.
La importancia, penetración en el mercado y la permanencia en el inconsciente colectivo de la marca ha hecho que en muchos lugares de la República la palabra Rotoplas sea hoy un sinónimo de tinaco, y además por razones obvias un apodo denigrante para mexicanos gordos y de piel morena. 

imagen: brandsoftheworld.com

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