jueves, 2 de julio de 2020

Sandra; asistente personal muy personal.





La propuesta de Sandra y su narrativa obliga a reflexionar no sólo en la tecnología, si no si es cierto el asunto del desarrollo de la Inteligencia Artificial como nos quieren hacer ver. 

Armando Enríquez Vázquez


La empresa productora de podcast Gimlet produjo en 2018 un podcast de ciencia ficción que vale la pena escuchar. El nombre es Sandra y se puede escuchar de manera directa en la pagina de la empresa o en cualquier plataforma de podcast.
Sandra es una fábula en 7 capítulos acerca del lado humano de la tecnología y los errores que cometemos los humanos cuando jugamos con ella.
Sandra es una metáfora de Alexa de Amazon o Siri de Apple; una aplicación que puede contestar las dudas de usuario y “ayudarlo” a lo largo de su diario vivir.
En el caso de la serie la aplicación se llama Sandra, pero a diferencia de las aplicaciones de Amazon o Apple, Sandra es operada por cientos de seres humanos dedicados a responder preguntas y resolver situaciones específicas del usuario. Sus voces son convertidas es una misma voz que es Sandra
La historia nos cuenta el ingreso de una nueva empleada a la empresa que administra y opera a Sandra. Helen Perera (Alia Shawkat), es una joven a punto de divorciarse de un hombre demasiado problemático, el clásico ignorante, vividor, macho de cualquier pueblo del centro de Estados Unidos como lo es pequeño pueblo donde vive Helen y donde están las oficinas de la empresa creadora de Sandra, para Helen que se casó durante su adolescencia, este trabajo es una luz al final del camino para un mejor futuro y su única forma de evadirse de su realidad y de su entorno. Tras la entrevista final por parte de la sección de recursos humanos de la empresa, Helen es asignada a la sección de pájaros de Sandra. Desde su diadema constantemente conectada Helen tiene como trabajo el ayudar a los usuarios de Sandra a resolver sus dudas sobre las aves. La voz de Sandra es la de la actriz Kristen Wiig, conocida para los aficionados a SNL.
Como es de esperarse no todos los usuarios son ideales: adolescentes escatológicos, niños que juegan con la aplicación o personas solas que se comunican con la aplicación en busca de compañía, borrachos obscenos. Helen, en un momento de impotencia, decide apartarse de su línea de temática cuando en medio de una consulta y hacer de consejera de una de las usuarias a la que ayuda a tomar la decisión de separarse de su abusiva pareja, lo que para sorpresa de Helen en lugar de hacerla merecedora de una llamada de atención, hace que su jefe Dustin (Ethan Hawke) la aliente a seguir por ese camino pues así logra que el usuario tenga una experiencia más personalizada y por lo tanto tenga un mayor engagement con la marca.
Este apoyo aunado a la ciega confianza y arrogante posición de Helen, junto con las acciones de Donny (Christopher Abbot), el marido de Helen que pone, como es de esperarse, condiciones absurdas para firmar los papeles del divorcio y la aparición de un usuario desolado, Tad (Avi Rothman) que parece dependiente de la aplicación y con el que Helen comienza una relación a partir de su aparente empática soledad, desatan rápidamente el conflicto de la historia.
La propuesta de Sandra y la narrativa nos obliga a reflexionar no sólo en la tecnología, sino acerca de lo realmente confiable que esta es y si es cierto el asunto del desarrollo de la Inteligencia Artificial como nos quieren hacer ver. Acerca de cómo son más importantes la ganancias de una empresa que la verdadera calidad del producto. Acerca de lo humano que aun hoy esta detrás de la tecnología. Sandra es una especie de Black Mirror. Más ingenua, menos totalitaria Sandra es una historia que vale la pena escuchar, con un extraordinario reparto como ya ha quedado en claro, otra de las ventajas es que ninguno de los capítulos llega a los 23 minutos de duración, lo que hace que uno pueda escuchar Sandra de un jalón. 
Escrita y creada por Kevin Moffet y Matthew Derby el podcast no produjo nuevos episodios después de esos primeros siete a pesar que su final que es muy abierto y puede no gustar a los racionalistas millenials que buscan las razones y explicaciones mal llamadas lógicas de todo, invitaba para algunos episodios más.
Se especuló si los derechos de Sandra habían sido adquiridos por una empresa de producción de series de video, incluso se ha mencionado a un productor de nombre Paul Lee para la adaptación en la pantalla de tele o computadora. A diferencia de otros podcasts, no existe indicio alguno que implique que Sandra se esté produciendo, en mi opinión personal. el encanto de Sandra radica en ser un producto totalmente auditivo y así como en las viejas radionovelas nos permita imaginar ese infinito call center perdido en medio de Estados Unidos, que además por su estructura narrativa a partir de consultas de audio permite que sea más llamativo en su formato de podcast.

publicado el 31 de marzo de 2020 en roastbrief.com.mx
imagen gimletmedia.com

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