lunes, 22 de mayo de 2017

Caterina Scarpellini documentando cometas y lluvias de estrellas.



Entre las mujeres que se dedicaron a la observación del cielo y tomar datos sobre lo que en el firmamento ocurría se encuentra esta astrónoma y meteoróloga autodidacta del siglo XIX.

Armando Enríquez Vázquez

En el pequeño y milenario pueblo de Foligno en la provincia de Perugia, en el centro de Italia, nació el 29 de octubre de 1808 Caterina Scarpellini.  Se sabe que a la edad de dieciocho años viajo con su tío, el astrónomo Feliciano Scarpellini a Roma. El tío acababa de ser nombrado director del observatorio de la Universidad de Roma La Sapienza. Caterina viajó en calidad de asistente de Feliciano.
Es en la universidad donde conoció a un destacado alumno de su tío, de quien se enamoró y con el que se casó; Erasmo Fabri. Fabri al momento de desposar a Caterina renunció a su apellido y adoptó el de su mujer, por tener ella una mejor posición social que él. En 1840, murió Feliciano, pero el matrimonio Scarpelllini permaneció en sus puestos de trabajo bajo el nuevo director, Ignazio Calandrelli, también astrónomo.
Caterina era muy apreciada por su gran conocimiento acerca del sistema solar y de las constelaciones. Scarpellini era reconocida gracias a los artículos que publicaba en la revista Corrispondenza scientifica, que fundó su esposo en el año 1847 y que promovía la divulgación y discusión entre los científicos italianos y su colegas ingleses y franceses. La publicación tenía además de artículos, dos suplementos, uno de los cuales llamado Bulletino delle osservazioni ozonometriche-meteorologiche, era dirigido por Caterina.
A pesar de no tener una formación académica, los conocimientos de Caterina eran tan buenos como los de el mejor de los egresados de las universidades, sus publicaciones constantes en la revista de su marido, le permitieron no sólo dar a conocer sus hallazgos, sino a darse a conocer y mantener una relación y dialogo con la comunidad astronómica europea del siglo XIX.
En 1854, anunció haber descubierto un cometa, aunque unas semanas después se retractó, reconociendo que el descubrimiento había tenido lugar unos días antes por otro astrónomo. En 1856 publicó el primer catálogo de una lluvia de estrellas en Italia. También escribió acerca de la existencia del ozono, del eclipse solar del 18 julio de 1860, acerca de la influencia de la Luna sobre los terremotos. Los fenómenos meteorológicos atraían su atención y también escribió artículos sobre las tormentas de arena en el desierto del Sahara y las comparó y relacionó con una que tuvo lugar en Roma en 1863, incluso escribió acerca de otros temas científicos como la epidemia de viruela que hubo en Roma en 1861, o lo inocuo del arsénico para tratar cualquier tipo de fiebre. Así como una biografía de Ignazio Calandrelli y otra en honor de los cien años del nacimiento de Humboldt.
En 1856 creó al interior del Observatorio Capitolino en Roma, una estación meteorológica y de medición del ozono.
El talento y los conocimientos que demostró Caterina Scarpellini le valieron el reconocimiento de la comunidad científica italiana; fue nombrada miembro ordinario de la Accademia dei Quiriti en Roma, miembro de la Società dei Georgofili en Florencia y también de la Academia de Historia Natural en Dresde, así como de la Sociedad Imperial de Naturalistas de Moscú por nominación directa del Zar. En 1872 el gobierno italiano le otorgó una medalla de oro, en reconocimiento a su trabajo.
Caterina Scarpellini murió el 28 de noviembre de 1873, a la edad de 65 años. Un enorme cráter, de 27 kilómetros de diámetro, en la superficie de Venus lleva el nombre de esta extraordinaria astrónoma y meteoróloga italiana.

publicado en mamaejecutiva.net el 15 de mayo de 2017
imagen, es.wikipedia.org

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