jueves, 2 de junio de 2022

La necesidad urgente de reforestar la Ciudad de México.




 

Es indiscutible el aumento de la temperatura en la Ciudad de México en los últimos años se puede solucionar de manera rápida, sólo se requieren acciones de gobierno.

Armando Enríquez Vázquez

Esta primavera de 2022, poco a poco de regreso a nuestras actividades normales, nos hemos encontrado con días de un calor abrumador, y si bien es cierto que el cambio climático afecta a todo el mundo, en la Ciudad de México a sus 2000 metros de altitud sobre el nivel del mar debería de ser menos, sin embargo, a diario ocurren acciones que ayudan al aumento de la temperatura en la capital.

A diario de manera legal o furtiva, como sucede los fines de semana con las cuadrillas de Total Play, en la Ciudad, se podan y talan árboles a diestra y siniestra. Eso sin contar con un crimen aun peor que se da en las sierras de las alcaldías rurales del país; la tala ilegal de los árboles por parte de grupos criminales. En el centro sur de la capital alguna vez lleno de árboles desde los gobiernos de López Obrador, Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum la poda y tala se regularizó en pro de obras de infraestructura y permisos a las grandes constructoras.

Fue en una acción criminal y sin permisos del gobierno que la constructora de la Torre Mítika en Río Churubusco acabó con todos los árboles de avenida Mayorazgo en un fin de semana, sin ser castigada por el gobierno de Claudia Sheinbaum o las entonces autoridades de Morena en la alcaldía Coyoacán.

En una zona de Benito Juárez gobernada por el PAN una constructora derribó varios enormes árboles para crear departamentos, las aves que vivían en ellos se refugiaron en los estacionamientos de los edificios aledaños, las protestas de los vecinos tuvieron respuesta la constructora les ofreció envenenar a las aves para que ya no dieran problemas.

El estado de la flora de la capital no es responsabilidad única del gobierno actual, aunque la Jefa de Gobierno siempre ha despreciado a los árboles citadinos, baste recordar que fue ella la responsable desde su puesto como, irónicamente, secretaria del medioambiente durante el gobierno de López Obrador, quién permitió la destrucción de cientos de árboles en la avenida Insurgentes para la construcción del metrobús.

En estos momentos en que necesitamos capturar agua en la ciudad y crear obras practicas y no de sus giras absurdas aquí van algunas propuestas para alcaldes y funcionarios de las instancias correspondientes a nivel local.

La legislación sobre poda y/o tala de los árboles debe ser revisada porque no se aplica y para colmo se podan árboles en cualquier estación del año. Se podan solo bajo el criterio de dar paso a los cables de luz y de telefonía. Entonces para no talar el árbol las cuadrillas de podadores, se deshacen de las ramas, sin importar el grosor y el tamaño de las mismas que obstaculizan el paso de más cables.  Esto tiene una consecuencia lógica que escapa a la mente de quienes de manera arbitraria talan los árboles, el equilibrio del árbol lo que provoca la vulnerabilidad de la planta en los casos de los fuertes vientos que son comunes en la ciudad. Por supuesto árbol que cae, además de los daños que causa, jamás es repuesto. También las penas y multas a los taladores de árboles en las sierras y bosques de la CDMX deben ser más fuertes y ser aplicadas sin miramientos.

Con el paso de las décadas la ciudad ha ido perdiendo sus zonas arboladas y el aumento de las áreas asfaltadas o recubiertas por concreto ha elevado la temperatura de la Ciudad, eso sin contar que los enormes edificios con sus fachadas de vidrio elevan la temperatura al menos en las aceras circunvecinas. Muchas de las colonias de la zona norte del país son verdaderos desiertos de asfalto que los gobiernos progresistas, porque ninguno ha sido de izquierda, de la Ciudad desde hace casi tres décadas han ignorado.



Los cables de Total Play y otros servicios deben ir por debajo de la tierra como los de Telmex, pero en este y otros gobiernos se ha privilegiado a la empresa de Salinas Pliego para que haga lo que se les dé la gana y a pesar de ello como en el caso de la tala en Mayorazgo, sus activas las llevan de manera furtiva en fines de semana cuando las autoridades están descansando.

Las zonas arboladas crean microclimas más frescos y esto se puede observar de manera clara cuando uno camina por la zona arbolada de una calle y cruza a la que no lo está. Los árboles además ayudan a atraer agua, algo que la Ciudad necesita de manera urgente. Las zonas arboladas permiten la proliferación de las poblaciones de aves en la ciudad y crean pequeños ecosistemas, basta pasear por los parques de la Ciudad para ver la cantidad de vida que existe en esos oasis de la ciudad.

Es labor de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México proteger a la fauna y flora de la capital del país y para evitar tener problemas como los que ha habido con palmeras y en el pasado eucaliptos que abundaban en el sur de la ciudad, proponer que especies de árboles que son nativos de la ciudad para ser plantados y que deben tener cierta edad para evitar lo que ya en muchas otras ocasiones hemos vivido que es ekl vandalismo por parte de la ciudadanía para destrozar a los jóvenes árboles. Por lo que cómo mencione arriba la legislación al respecto debe ser revisada y sobre todo implementada.

No existen estudios claros sobre las consecuencias de la contaminación en la Ciudad de México en los habitantes, pero sin duda el reforestar la Ciudad ayudaría a combatir la misma.  

Nuestra obligación como ciudadanos es exigir que los próximos gobiernos de la ciudad, entre otros muchos problemas que tiene la ciudad pongan el dedo en la imperiosa necesidad de reforestar la Capital.


Las imagenes son también de mi autoría.

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