jueves, 19 de enero de 2023

La estupidez es un plato que se sirve sin guarnición

 


La nueva película de Mark Mylod es una feroz crítica a la sociedad de la banalidad y estupidez en la que nos hemos convertido.

Armando Enríquez Vázquez

Zona de spoilers después de este punto.

¡Quién no haya visto un programa de cocina, que tire la primera hamburguesa!

La película El Menú dirigida por Mark Mylod, quien ha hecho su carrera dirigiendo capítulos para diferentes series de televisión entre ellas Succession, Game of Thrones, Shameless,.

La cinta escrita por Will Tracy y Seth Reiss especializados en comedia y sátira, resulta una historia demoledora e irónica acerca de cómo la comida es comida y nada más.

El trailer de la cinta vende la idea de la clásica y trillada historia del cazador, y sus victimas humanas en una isla, pero la idea central de la cinta se centra en la venganza, la comida y las pretensiones de los seres humanos que ya no encuentran nada que hacer en esta sociedad de mezquindad y avaricia.

La historia se centra en una serie de posers que viajan a una isla a degustar un menú preparado por el famoso chef Slowik (Ralph Fiennes) una degustación de comida a la que pocos pueden acceder y que en esta ocasión como descubrirán los comensales no sólo es cara si no que todos ellos han sido seleccionados por el mismo Slowik para asistir, todos con una sola excepción.

La isla está habitada únicamente por los miembros del staff de Slowik. En la realidad la relación entre el chef y sus empleados se asemeja más a una secta o un culto. La devoción de cocineros, pinches, meseros, sommeliers y personal de seguridad por Slowik es total.

Slowik es una mezcla entre Lord Voldemort y Gordon Ramsey el neurótico, bipolar personaje de la televisión.

La lista de invitados incluye a una crítica de comida (Janet McTeer), y su acompañante (Paul Adelstein) un político (Reed Birney) y su esposa (Judith Light), una estrella de televisión en busca de revivir su carrera (John Leguizamo) y su pareja y publirrelacionista (Aime Carrero) Tres jóvenes tecnócratas empleados de una de las empresas tecnológicas más importantes y un sibarita egoista de nombre Tyler (Nicholas Hoult) y quien parece ser su cita para la noche; Margot (Anya Taylor-Joy).

La presencia de Margot parece inquietar no sólo a Slowik, si no desde un principio a su asistente principal Elsa (Hong Chau) quien es la encargada de dar la bienvenida a los visitantes en el muelle de la isla y darles un recorrido por la isla, mostrarle la sustentabilidad de lo que van a degustar, así como lo orgánico de los productos que crecen, se cultivan en la Isla y quien al conocer a Margot se muestra sorprendida de su presencia en la isla.

 Poco a poco y entre diferentes plato que no son más que patrañas dignos de quienes gustan de ver los canales de comida y visitar restaurantes “exclusivos” que sólo saben vender mínimas porciones por el precio de una vaca entera, en ese sentido una de las mejores ideas de la cinta es “el pan sin pan” que consiste en una serie de salsas que usualmente se pondrían sobre el pan, pero sin que en la mesa se sirva una sola pieza de pan. Para la mayoría de los comensales se trata de una burla, pero para Tyler es parte de la enorme sapiencia culinaria de Slowik.

Todos, staff y comensales se someten a los caprichos e ideas arbitrarias del prepotente chef, en aras de comer las pequeñas muestras de comida de Slowik. Todos menos Margot que es la única que cuestiona y enfrenta al chef. Esto hace que Tyler muestre su verdadera naturaleza; mezquina, envidiosa y servil.

Margot no pertenece al mundo de los privilegios y la prepotencia de los otros comensales, conforme avanza la trama descubrimos que es solo una prostituta contratada por Tyler para suplir a la persona que originalmente había invitado y con la que tuvo un rompimiento, pero le aterró la idea de no ser admitido en la cena sin pareja.

Una de los momentos más importantes de esta experiencia/degustación sucede en el momento entre platos cuando uno de los subalternos de Slowik, que intentaba ser como él y fracasa en el intentó se suicida frente a los comensales bajo la mirada complaciente del Cocinero en jefe.

En los últimos años hemos visto a la comida convertirse de un fenómeno social y de convivencia a una especie de creerse culto, no por pensar, sino por degustar, los ejercicios de pensamiento y análisis para muchos se han convertido en meras sensaciones; experimentación absurda sin una lógica. Los críticos culinarios existentes desde hace décadas, se creen los críticos de arte, se sienten los nuevos filósofos que descubren la verdad de la naturaleza en el bocado de un cerdo cocinado.

El Menú se diferencia de aquellas cintas como El festín de Babette, Chocolate en las que la comida es el pretexto para unir a los seres humanos para devolverles la humanidad perdida. El Menú es la bestialidad de los seres humanos con la comida como pretexto para disfrazarla.

Si eres amante del humor negro y del sinsentido El Menú puede llegar a gustarte y tras el final de la cinta y mientras las luces del cine se encienden, tal vez notes el regusto de haber visto algo interesante.

 imagen:cinembrollos.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario