martes, 11 de septiembre de 2012

Los elefantes de la Guerra.



 En África nada ni nadie se salva de la guerra y de la codicia humana, una de las víctimas más abatidas este año son los elefantes. Los conservacionistas están preocupados por la especie. El número de animales sacrificados es ya mayor al de 2011.

 Armando Enríquez Vázquez

Un animal icónico de África es el elefante. Hoy los elefantes enfrentan la extinción a mediano plazo, una especie que siempre sido una de los favoritas de los cazadores furtivos y comerciantes, por el marfil de sus colmillos, ya en tiempos de Leopoldo II se le conocía como el  oro blanco, a pesar que desde 1990 cualquier comercio de Marfil está prohibido, los datos no son alentadores y a los cazadores furtivos ahora se han unido también de los señores de la guerra que intercambian el marfil por armas.
Hoy quedan en África alrededor de 400,000 elefantes de acuerdo a Samuel Wesser un experto de la Universidad de Washington. Hace treinta años había más de un millón de estos nobles animales habitando el continente. El marfil en los elefantes se ha vuelto un bien que se cotiza en el mercado en alrededor de mil quinientos dólares el Kilogramo. El principal cliente del comercio legal e ilegal de marfil es China y los estudiosos del tema suponen que casi el 70% del marfil va al gigante de oriente, el segundo mercado es Tailandia. Mientras que los países donde más elefantes son cazados de manera ilegal son Tanzania con el 37%, Kenya el  27%, Sudáfrica 6%, Zimbabwe y Nigeria con 4%, Uganda con 3% y Camerún con el 2%. De acuerdo con un estudio del New York Times. Solamente el año pasado se confiscaron 23 toneladas de marfil lo que equivale a 2,500 animales muertos. Y este año se asegura que es peor. De seguir así muy probablemente para el año 2030 no queden elefantes salvajes en África.
Los guerrilleros aprovechan a los animales que matan y reparten la carne entre los poblados cercanos para ganarse sus simpatías. Pero lo importante es el marfil que comercian para financiar las armas de sus guerras. Incluso hoy en día hay quienes acusan a gobiernos y a ejércitos de estos gobiernos  de ser los culpables de algunas masacres de elefantes. Tal es el caso de la matanza de más de 20 elefantes perpetrada en el Parque Nacional de Garamba en el que se acusa al ejército del Congo de haber matado a los animales desde helicópteros, para quedarse con el marfil. El gobierno del Congo niega estar involucrado y acusa a los ugandeses de la matanza. Se ha ligado con la caza furtiva de elefantes a lo largo del continente a muchos otros grupos armados desde Al-Shabab, a quién se responsabiliza de la matanza de elefantes que a principios de años en el Parque Nacional de Bouba N’djida en Camerún acabó con la tercera parte de la población de paquidermos de la reserva. Hasta los grupos que protegen al militar rebelde Joseph Koni.
Poco se puede hacer por que tanto los cazadores furtivos como los grupos armados que están cazando a los elefantes, son más poderosos que las autoridades locales y están mejor armados, eso sin contar la corrupción existente en África. ¿Nos suena esto familiar? Otro problema son las porosas y mal cuidadas fronteras de los países africanos que permiten a los traficantes establecer y varias las rutas para embarcar el marfil hacía Asia desde puertos de Tanzania, Somalia y Sudán.
Otro factor importante es el crecimiento de la demanda de marfil dentro del territorio africano resultado de la gran migración de chinos a África. La estrella china de NBA, Yao Ming, se ha convertido en vocero de la organización WildAid, y ha viajado a África este verano para concientizar a los chinos del problema de la caza furtiva tanto de rinocerontes, como de elefantes.
Pero al parecer este recrudecimiento en la caza de elefantes no va a ser fácil de detener. Para muchas comunidades pobres en territorios bajo el control de grupos guerrilleros, el marfil y la caza de elefantes representan recursos que de otra manera nunca podrían obtener.

publicado en blureport.com.mx el 10 de Septiembre de 2012
Foto: travel.nationalgeographic.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario